Otro punto de vista sobre JPII de un teólogo evangélico

18 Noviembre 1998
12.218
23
blogs.periodistadigital.com
Otro punto de vista sobre el Papa

<TABLE cellSpacing=0 cellPadding=0 align=left border=0><TBODY><TR vAlign=top align=left><TD id=foto>
050417ms.jpg
</TD><TD>
espacio.gif
</TD></TR><TR vAlign=top align=left><TD></TD><TD>
espacio.gif
</TD></TR></TBODY></TABLE>Escribir hoy un elogio o defensa de Juan Pablo II puede provocar la desagradable sensación de estar subiéndose atrasado al carro de la victoria. Si además se escribe en calidad de creyente evangélico –como es el caso-, puede generar la sensación aún más desagradable de que se es un traidor. Ambos problemas se ver ían sin embargo solucionados, si Juan Pablo II hubiera tenido desde hace mucho tiempo alguna relación positiva con las iglesias evangélicas, lo que nos permitiría suponer que no estamos ni tan atrasados ni somos tan traidores. ¿La tuvo?

La respuesta se encuentra unos 26 o 27 años atrás. Un joven evangelista norteamericano, Billy Graham, quien ya se había convertido en el evangelista más importante del siglo XX, pretendía en su calidad de evangelista (¡y para colmo de norteamericano!) iniciar una campaña de evangelización en el bloque comunista europeo. Hoy cuesta imaginar cuál era el principal obstáculo a la realización de proyecto semejante: el problema era simplemente encontrar un lugar en el cual hablar, siendo que todos los edificios públicos eran de propiedad estatal, y no podían por tanto ser puestos a servicio de un enemigo tan peligroso como lo es el cristianismo. Sorpresivamente, Graham se enteró de que gran parte del apoyo a su venida se encontraba en la jerarquía católica . Lo de los edificios se solucionó con facilidad: ante la ausencia de espacios estatales, las catedrales católicas del país fueron puestas a su disposición y pudo predicar ante un público multitudinario en Varsovia y.......¡Cracovia! Quien había organizado esto último, el cardenal Karol Wojtyla , no pudo sin embargo recibir a Billy Graham: acababa de partir a un cónclave en Roma, del cual saldría como Juan Pablo II.

La cordial relación entre ambos, continuada en varios encuentros, se mantuvo hasta la reciente muerte del papa. Y el punto en el que más fruto dio fue en el apoyo mutuo para evangelización en países donde el cristianismo estuviera oficialmente proscrito, notablemente en los casos de China y Corea del Norte . Para Graham esto significó desde luego un cambio fundamental de perspectiva: seguía sabiendo cuáles eran sus diferencias con el catolicismo, pero sabía también que no tenía motivo para ser mezquino a la hora de elogiar a Juan Pablo II, quien según Graham ha constituido “fuera de toda duda la voz más influyente de los últimos 100 años en temas de ética y paz”. ¿Ha ido Graham demasiado lejos en su elogio? Esa es la impresión que tienen muchos evangélicos. Me gustaría por tanto aquí atender a algunas críticas que se hacen al reciente papado, en parte para ver qué pueden tener de razón, y en parte para que los críticos entiendan por qué también habemos algunos evangélicos dispuestos a sumarnos a un elogio de todo corazón.

Se critica a Juan Pablo II por una parte por muchos pronunciamientos en temas de moral. Se reconoce, sin embargo, que tenemos en realidad muchos puntos en común. Ante todo, que queremos precisamente lo que él ha calificado como una “cultura de la vida”, que incluye el respeto a la dignidad humana en muchos distintos niveles: no solo en lo que se refiere a la defensa de los por nacer, sino también en lo que se refiere, por ejemplo, al reconocimiento de la dignidad de la vejez. Junto a éste hay otros muchos temas en que se puede verificar posiciones comunes. ¿Cuál es entonces la crítica a las posiciones del difunto papa? Lo más común suele ser el criticar el modo en que se ha presentado los temas por su parte. Se alega que intenta “imponer” sus puntos de vista, y que es en eso en que los evangélicos no estamos de acuerdo. Creo que esto es un error, un error que emana del hecho de que solo escuchamos sus opiniones por la prensa, en lugar de leer sus documentos por cuenta propia. Porque quien lee los documentos se percata inmediatamente de que ellos no buscan “imponer”, sino “convencer” (y “convencer” es lo que busca todo cristiano). Por lo mismo no son meras afirmaciones de la ética cristiana, sino documentos cargados de argumentos en favor de ella: argumentos bíblicos, racionales, históricos, etc. Argumentos que no se puede rechazar con ligereza, sino que obligan a pensar y reconocer lo seria que es la propuesta que el cristianismo hace al mundo. Y por lo mismo, ahí donde el público evangélico ha sabido leer estos textos, ha podido sacarles gran provecho. Este es particularmente el caso de la influencia de la encíclica “Evangelium Vitae (Evangelio de la vida)” entre cristianos evangélicos en Estados Unidos (detalles al respecto puede verse en los artículos de la última edición de la revista Christianity Today).

Otro ejemplo que me involucra más directamente puede ser el caso de quienes trabajamos como evangélicos en el campo de la educación en filosofía: no nos cuesta nada constatar que hay mucho que aprender de los escritos de Juan Pablo II, tanto en lo que se refiere al diagnóstico que se hace de nuestra propia época, como a la necesidad de conjugar lucidez y bondad para responder a tal desafío . El tal vez principal filósofo protestante del siglo XX, Alvin Plantinga, ha escrito un elogioso comentario a la encíclica “Fides et Ratio”, sobre las relaciones entre fe y razón, un testimonio claro de lo que ocurre con tales documentos cuando no se los lee de modo prejuiciado. Ante tales circunstancias creo que simplemente hay que reconocer con nobleza lo que el papa tenía de grande. En cualquier caso, si a uno le interesa la figura del papa, el mejor mecanismo para no caer ni en el elogio vacío ni en la crítica vulgar, es simplemente leer sus escritos. Y para quienes creemos que todo debe ser visto desde Cristo, corazón del cosmos y de la historia, lo mejor es comenzar por la lectura de la encíclica “Redemptor Hominis”, la primera de su pontificado y que trata precisamente sobre el único Mediador entre Dios y los hombres.

Luego nos encontramos con muchas otras críticas a Juan Pablo II que un evangélico casi necesariamente suscribirá, porque apuntan precisamente a las diferencias básicas que tenemos con el catolicismo . Y esas diferencias, aunque hoy menos virulentas que antes, desde luego no se han esfumado de la faz de la tierra: nuestras diferencias sobre la mariología, o sobre la misma noción de iglesia, permanecen en pie. Pero no estoy seguro de que tenga mucho sentido criticar al papa por esto. Porque después de todo, tal crítica se reduciría a criticarlo por ser católico. Y que los papas sean católicos no es algo que nos deba extrañar... Al decir esto no pretendo enredarnos en un mero juego de palabras, sino que pretendo decir algo muy simple: no creo que los evangélicos debamos buscar una Iglesia Católica cada vez más debilitada, ni debemos creer que la mayor afinidad la tendremos con aquellos católicos que son críticos acérrimos de su propia iglesia. Aunque parezca paradójico, creo que tiene razón C.S. Lewis en algo que escribió: verdadera unidad sólo puede darse entre quienes se encuentran en el mismísimo corazón de sus respectivas comunidades eclesiales. Aunque sea grande la diferencia entre católicos y evangélicos, la mayor posibilidad de comunión se encuentra precisamente entre católicos y evangélicos que realmente toman en serio el mensaje de sus respectivas iglesias, y no entre católicos y evangélicos escépticos o con pretensiones de vanguardia revolucionaria.

Esto me lleva al último punto, que es preguntarme si acaso la mayoría de las críticas que se oyen a Juan Pablo II son críticas que realmente provienen de nuestra propia fe, o si solo se trata de que hacemos eco de las críticas que recibe de los propios progresistas católicos. Me temo que en muchas ocasiones se trata de esto último. De que algunas personas no se han recuperado tras su última lectura de Hans Küng, y se limitan a repetir las mismas críticas de la prensa progresista. Para confirmar lo poco serias que son dichas críticas, basta mirar la manera en que la prensa ha tratado a Juan Pablo II, en medio de tanto elogio que indudablemente le ha rendido: la prensa nos ha mostrado un papa “bueno”, aclamado por condenar la guerra en Irak, por criticar la pena de muerte o por su cercanía a la juventud; a la vez nos ha mostrado un papa “malo”, criticado por conservador, por defender algunas posiciones clásicas de la ética cristiana o en materia doctrinal por haber favorecido un ecumenismo que muchos consideran demasiado limitado (y otros demasiado extendido). Todo esto quiere decir una sola cosa: la prensa secular ha alabado a Juan Pablo II en aquellos puntos en que está de acuerdo con ella, y lo ha criticado en los puntos en que no está de acuerdo con ella. A eso se reduce la apertura de la prensa: a entronizar su propia perspectiva.

Mi argumento es que como creyentes evangélicos es muy probable que tengamos algunos puntos de encuentro y otros puntos de desencuentro con el legado del papa. Pero debemos cuidarnos de no repetir los triviales puntos de encuentro y desencuentro que la prensa tiene con el mismo . Si los repetimos, caeremos en el juego de imaginar un Juan Pablo II medio esquizofrénico, con ese lado “bueno” y ese otro lado “malo”. Para evitar dicha incoherencia solo hay un camino de salida: intentar entender su legado no solo desde nuestras propias categorías, sino intentando comprenderlo desde el centro de su propia fe, en que todos estos lados forman una unidad mucho más clara. Como ya indiqué, eso se logra leyéndolo, y ante todo leyendo sus textos sobre Cristo. Si a alguien eso le parece demasiado trabajo, no tiene por qué hacerlo; pero puede ser recomendable que entonces mejor omita hablar de su persona, ya que correría el riesgo de emitir juicios no sólo osados, sino además repetidos.

Manfred Svensson es profesor de filosofía, pertenece a la Asamblea de Dios y ha traducido al español "La Época Presente" de Soren Kierkegaard
© M. Svensson, ProtestanteDigital, 2005, Madrid, España

------------


¿Cuántos sabían lo de la ayuda de la Iglesia Católica a Billy Graham para predicar detrás del telón de acero comunista?
 
Re: Otro punto de vista sobre JPII de un teólogo evangélico

Aunque parezca paradójico, creo que tiene razón C.S. Lewis en algo que escribió: verdadera unidad sólo puede darse entre quienes se encuentran en el mismísimo corazón de sus respectivas comunidades eclesiales.
Me ha impresionado grandemente esa frase de C.S. Lewis. Efectivamente, tiene toda la razón.
 
Re: Otro punto de vista sobre JPII de un teólogo evangélico

Dios te bendiga Elessar.

Precisamente esa parte que pones fue la que más me impactó, sobre todo lo que sigue: "Aunque sea grande la diferencia entre católicos y evangélicos, la mayor posibilidad de comunión se encuentra precisamente entre católicos y evangélicos que realmente toman en serio el mensaje de sus respectivas iglesias, y no entre católicos y evangélicos escépticos o con pretensiones de vanguardia revolucionaria".

Esto es sorprendente, pero es así! Demasiado profundo, pero es así. Oye, esta frase hasta requiere coraje para leerse, pero es así!

Esto otro me parece digno de tomarse en cuenta, lástima que me imagino no leerán muchos este epígrafe:

"En cualquier caso, si a uno le interesa la figura del papa, el mejor mecanismo para no caer ni en el elogio vacío ni en la crítica vulgar, es simplemente leer sus escritos."

Ratificado al final.

"Como ya indiqué, eso se logra leyéndolo, y ante todo leyendo sus textos sobre Cristo. Si a alguien eso le parece demasiado trabajo, no tiene por qué hacerlo; pero puede ser recomendable que entonces mejor omita hablar de su persona, ya que correría el riesgo de emitir juicios no sólo osados, sino además repetidos."

En el Amor de Jesús.
Gabaon.
 
Re: Otro punto de vista sobre JPII de un teólogo evangélico

Esto no va solo a protestantes si no a cada denominacion, hace algunos dias me preguntaba, si se Jesus ( y hablo de Cristo , no me salgas con Jesus Adrian Romero) apareciera por unos dias, entraria a este foro?:eek: que crees tu?
 
Re: Otro punto de vista sobre JPII de un teólogo evangélico

Jesús lee este foro todos los días. Y no me cabe la menor duda de que muchas veces se apena enormemente al ver cómo somos, cómo nos tratamos y qué poco reflejamos su caridad.
 
Re: Otro punto de vista sobre JPII de un teólogo evangélico

[ ¿Cuántos sabían lo de la ayuda de la Iglesia Católica a Billy Graham para predicar detrás del telón de acero comunista?[/QUOTE]

Eso ya se sabia.

Billy Graham tiene un programa en la estacion 98.5 FM. (eeuu)
 
Re: Otro punto de vista sobre JPII de un teólogo evangélico

Luis Fernando dijo:
Jesús lee este foro todos los días. Y no me cabe la menor duda de que muchas veces se apena enormemente al ver cómo somos, cómo nos tratamos y qué poco reflejamos su caridad.

en eso estoy con tigo..................
Juan 13:35
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 15:12
Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, [ Jn. 13.34; 15.17; 1 Jn. 3.23; 2 Jn. 5. ] como yo os he amado.

Juan 15:17
Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Juan 15:16-18 (en Contexto) Juan 15 (Todo el Capitulo)
Romanos 12:10
Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
Romanos 13:8
No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
Romanos 14:13
Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
Romanos 15:7
[ El evangelio a los gentiles ] Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.