Orar en el nombre de Jesús y alimento diario

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5 Septiembre 2001
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Orar en el nombre de Jesús
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Juan 14:13-14 Y todo lo que pidáis en Mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en Mi nombre, Yo lo haré. 17 El Espíritu de realidad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque permanece con vosotros, y estará con vosotros.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
Además podemos orar en el nombre de Jesús (Jn. 14:13-14; 15:16; 16:24). Esto no significa que hacemos una oración larga y concluimos con las palabras: “en el nombre de Jesús”. Esto es muy formal. Sin embargo, no me opongo, pues lo he hecho muchas veces. Más bien, diría yo que cuando oramos es bueno invocar el nombre de Jesús y decir: “¡Oh Jesús! ¡Jesús! ¡Yo acudo a Ti a orar!” En el nombre de Jesús, usted tendrá un profundo deseo de orar, y fácilmente tendrá la seguridad de que su oración haya sido oída y contestada. Si invocamos el nombre de Jesús, tendremos la seguridad de que recibiremos lo que pedimos.

Después de que el Señor Jesús nos dijo que debemos orar en Su nombre, añadió que el Espíritu vendrá para morar en nosotros (Jn. 14:13-17), lo cual indica que el Espíritu que mora en nosotros tiene mucho que ver con la oración que hacemos en el nombre del Señor Jesús. Necesitamos al Espíritu para orar en el nombre de Jesús. Cuando estamos en el Espíritu, estamos en la realidad del nombre en el cual oramos, es decir, el nombre de Jesús.
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!

PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 16 --- La iglesia en Corinto
Domingo --- Leer con oración: Ef 4:12; 1 Co 12:15-28; Ro 12:3-6
“Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros” (1 Co 12:24-25)
COMO MIEMBROS DEL CUERPO DEPENDEMOS Y NOS NECESITAMOS LOS UNOS A LOS OTROS
En el Cuerpo de Cristo, no solamente tenemos dones, sino también ministerios. Así como en el cuerpo humano, la boca, el oído, las manos y los pies tienen su “ministerio”, igualmente en el Cuerpo de Cristo hay muchos ministerios diferentes, pero todos apuntan al único ministerio: la edificación del Cuerpo (Ef 4:12). Nuestra meta es edificar el Cuerpo y, para que esto ocurra, cada miembro necesita ejercer su función.
En 1 Corintios 12:15-17 leemos: “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?”. Estos versículos nos muestran que la actitud de ciertos hermanos que se tienen en poco a sí mismos, que se sienten disminuidos o que siempre se consideran inferiores a los demás hermanos, no es aceptable para el Señor. Cada miembro tiene su función y es importante en el Cuerpo. Ningún miembro es dispensable, sino que todos son útiles para la edificación del Cuerpo de Cristo (cfr. Ro 12:3-6).
Los versículos 18 a 20 dicen: “Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como Él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo”. En el Cuerpo de Cristo hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Del mismo modo, hay muchos miembros, pero un solo Cuerpo.
El versículo 21 dice: “Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros”. No debemos considerarnos tan capaces a tal punto de no necesitar de los demás, a ejemplo de la boca que no puede decir que no necesita de los oídos, pues, sin los oídos, ¿quién escucharía lo que la boca dice? Entonces, de acuerdo con 1 Corintios, vemos que todos nosotros, en la iglesia, independientemente de tener uno o varios talentos, somos todos miembros del Cuerpo; dependemos y nos necesitamos los unos a los otros.
En los versículos 24 a 26 leemos: “que Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan”. El término ordenó también puede ser traducido por combinar, entremezclar, unir. Fue el mismo Dios que nos colocó en el Cuerpo de Cristo junto con los demás miembros, por eso no podemos despreciar a nadie, ni a nosotros mismos.
Leamos nuevamente el versículo 28: “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas”. Primeramente, hay tres categorías de personas que tienen el ministerio de la palabra: apóstoles, profetas y maestros. Los demás tienen el ministerio de gobernar y de administrar la iglesia, que son los ancianos. Lo importante es que todos los miembros Anotaciones ejerzan sus funciones en la iglesia, pues si nos apartamos de ella no habrá edificación.
Esto es lo que quiere decir 1 Corintios 12. ¡Gracias al Señor por la iglesia en Corinto y por las epístolas que Pablo les escribió, por medio de las cuales podemos ser ayudados en varios aspectos de la vida de la iglesia, especialmente en cuanto a su edificación!
Punto Clave: Todo miembro es necesario
Pregunta: ¿Cómo ha sido su experiencia en la iglesia como miembro del Cuerpo de Cristo?
Dong Yu Lan