Susana. Cuéntame ¿cómo sigue tu hermano? Por favor, no pierdas las esperanzas, y sigue orando por él, y por ustedes, su familia, para que el Señor haga maravillas. No necesariamente esas maravillas tienen que terminar en la curación de él (aunque es lo que todos quisieran) sino que su vida sea un testimonio viviente del poder transformador de Dios, de la bendita esperanza que nos anima, y del amor que surge de un corazón convertido. Ojalá tú y tu familia sigan teniendo a Dios como su fortaleza.
con cariño.
Geo.