DIOS AMADO
Ante ti me humillo en está hora de angustia y aflicción, te doy la honra, la gloria, y la alabanza porque tu eres bueno, porque para siempre es tu misericordia; te ruego Padre, que inclines tu oído hacía mis suplicas y rogativas, tu que eres un Dios de justicia, tu que sabes y conoces plenamente la difamación y la calumnia, te ruego y te suplico, que deshagas toda obra perversa de satanás que en está hora sea quebrantada, y que no prospere toda campaña de descrédito y difamación en contra de quién en este momento este sufriendo esta injusticia, tu conoces la lengua mentirosa y calumniadora, te ruego cierra toda lengua de quién se levanta para proferir mentira en contra de quien en ti confía, en especial contra los Adventistas que son hermanos nuestros y de tu pueblo, de tu linaje escogido, tu sabes Padre que dañan hasta las coyunturas, los huesos y el tuétano, pero más aún dañan terriblemente el alma, no podemos callar las malas lenguas, más tu que eres nuestro Padre puedes frenar toda obra de desprestigio, deshonra y descrédito en contra de tus hijos, te ruego que tomes toda autoridad en cualquier conflicto que se presente a tus ungidos, a tus hijos, a tu pueblo santo, levántate y defiende porque a ti clamamos tu eres nuestro poderoso gigante, quién nos dice: "No temas yo te ayudo"
En ti confío Señor, mi fe y esperanza está puesta en ti, para que tu derribes toda obra calumniadora, y más aún te ruego que limpies el honorable nombre de quien sea manchado por una lengua perversa y mala, Señor a ti venimos en tiempo de angustia y aflicción, porque tu nos dices: "Clama a mi y yo te responderé" a ti clamamos suplicando justicia divina, te imploro que nos ayudes en las difíciles pruebas, te ruego levántate y defiéndenos.
Te lo imploro, te lo ruego, y te lo suplico en el poderoso nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén y Amén
Reflexión:
Santiago 3:5-12
Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.
He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad.
La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
De una misma boca proceden bendición y maldición.
Hermanos míos, esto no debe ser así.
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
Hermanos míos, ¡puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos?
Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
Amada
Ante ti me humillo en está hora de angustia y aflicción, te doy la honra, la gloria, y la alabanza porque tu eres bueno, porque para siempre es tu misericordia; te ruego Padre, que inclines tu oído hacía mis suplicas y rogativas, tu que eres un Dios de justicia, tu que sabes y conoces plenamente la difamación y la calumnia, te ruego y te suplico, que deshagas toda obra perversa de satanás que en está hora sea quebrantada, y que no prospere toda campaña de descrédito y difamación en contra de quién en este momento este sufriendo esta injusticia, tu conoces la lengua mentirosa y calumniadora, te ruego cierra toda lengua de quién se levanta para proferir mentira en contra de quien en ti confía, en especial contra los Adventistas que son hermanos nuestros y de tu pueblo, de tu linaje escogido, tu sabes Padre que dañan hasta las coyunturas, los huesos y el tuétano, pero más aún dañan terriblemente el alma, no podemos callar las malas lenguas, más tu que eres nuestro Padre puedes frenar toda obra de desprestigio, deshonra y descrédito en contra de tus hijos, te ruego que tomes toda autoridad en cualquier conflicto que se presente a tus ungidos, a tus hijos, a tu pueblo santo, levántate y defiende porque a ti clamamos tu eres nuestro poderoso gigante, quién nos dice: "No temas yo te ayudo"
En ti confío Señor, mi fe y esperanza está puesta en ti, para que tu derribes toda obra calumniadora, y más aún te ruego que limpies el honorable nombre de quien sea manchado por una lengua perversa y mala, Señor a ti venimos en tiempo de angustia y aflicción, porque tu nos dices: "Clama a mi y yo te responderé" a ti clamamos suplicando justicia divina, te imploro que nos ayudes en las difíciles pruebas, te ruego levántate y defiéndenos.
Te lo imploro, te lo ruego, y te lo suplico en el poderoso nombre de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén y Amén
Reflexión:
Santiago 3:5-12
Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.
He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad.
La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
De una misma boca proceden bendición y maldición.
Hermanos míos, esto no debe ser así.
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
Hermanos míos, ¡puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos?
Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.
Amada