Antigua Oración
A San José
Promesas
1. “Los que leyesen esta Oración serán premiados; igualmente se premiará a los que la escuchasen al ser leída, o si la llevasen en su persona.
2. A todas estas almas se les promete que no morirán repentinamente,
ni se ahogarán, ni Serán afectados por el veneno.
3. No caerán en manos de sus enemigos; ni serán consumidos en ningún incendio; ni aún derrotados en la batalla.”
Oración
¡Oh, San José!
Cuya protección es tan grande, tan poderosa
y eficaz ante el Trono de Dios:
En Tus Manos entrego todos mis intereses
y mis deseos.
¡Oh, San José! Asísteme con Tu Poderosa Intercesión.
Obtén para mí de Tu Divino Hijo, nuestro Señor, todas las Bendiciones espirituales que necesito, a fin de que habiendo conseguido aquí en la Tierra la ayuda de Tu Poder Celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje al Padre más amoroso.
¡Oh, San José! Nunca me cansaré de contemplarte
Con el Niño Jesús dormido en Tus brazos.
No me atrevo a acercarme
mientras que el Niño reposa
Sobre Tu Amantísimo Corazón.
Abrázale fuertemente en mi nombre; y de parte mía,
Besa Su Divina y Sagrada Cabecita.
Luego, suplícale que me devuelva ese beso
Ala hora de mi último suspiro.Amén.
Esta oración fue descubierta en el año quincuagésimo(0050) de nuestro Señor Jesucristo. Imprimatur: Rverendísimo Jorge W. Ahr, Obispo de Trenton.
A San José
Promesas
1. “Los que leyesen esta Oración serán premiados; igualmente se premiará a los que la escuchasen al ser leída, o si la llevasen en su persona.
2. A todas estas almas se les promete que no morirán repentinamente,
ni se ahogarán, ni Serán afectados por el veneno.
3. No caerán en manos de sus enemigos; ni serán consumidos en ningún incendio; ni aún derrotados en la batalla.”
Oración
¡Oh, San José!
Cuya protección es tan grande, tan poderosa
y eficaz ante el Trono de Dios:
En Tus Manos entrego todos mis intereses
y mis deseos.
¡Oh, San José! Asísteme con Tu Poderosa Intercesión.
Obtén para mí de Tu Divino Hijo, nuestro Señor, todas las Bendiciones espirituales que necesito, a fin de que habiendo conseguido aquí en la Tierra la ayuda de Tu Poder Celestial, pueda ofrecer mi gratitud y homenaje al Padre más amoroso.
¡Oh, San José! Nunca me cansaré de contemplarte
Con el Niño Jesús dormido en Tus brazos.
No me atrevo a acercarme
mientras que el Niño reposa
Sobre Tu Amantísimo Corazón.
Abrázale fuertemente en mi nombre; y de parte mía,
Besa Su Divina y Sagrada Cabecita.
Luego, suplícale que me devuelva ese beso
Ala hora de mi último suspiro.Amén.
Esta oración fue descubierta en el año quincuagésimo(0050) de nuestro Señor Jesucristo. Imprimatur: Rverendísimo Jorge W. Ahr, Obispo de Trenton.