Opus Dei : La secta del Vaticano ??

2 Junio 1999
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Opus Dei: la secta del Vaticano

El creciente auge que está adquiriendo el Opus Dei, en los medios políticos y económicos nacionales e internacionales, unido a las numerosas denuncias sobre la naturaleza sectaria de la organización, hace que esta prelatura personal –la única existente en el seno de la Iglesia Católica–, detente un poder que se sugiere como peligroso.


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Miembros del Opus Dei proclaman que a su organización sólo le incumbe el bienestar espiritual de sus miembros. Por otra parte, algunos críticos lo comparan a una Mafia "de guante blanco". Robert Hutchison en un trabajo de investigación publicado en el periódico británico The Guardian, informa sobre esta organización secreta en el corazón de la Iglesia Católica.

La religión y la política siempre han ido peligrosamente de la mano. Los cristianos fundamentalistas han mirado hacia atrás y han introducido un movimiento anticientífico dentro de la política de los EE.UU. El resurgimiento de partidos políticos islámicos militantes ha restablecido conceptos que se creían fenecidos junto con la Era de la Obscuridad. Pero hay otro movimiento, menos conocido, que ha ido entreabriendo silenciosamente las puertas del poder en los cinco continentes. El Opus Dei, la polémica organización que está en el corazón de la Iglesia Católica Romana, intenta recrear una alianza entre el mundo espiritual y el mundo secular, algo que se intentó por última vez durante el Renacimiento, con resultados catastróficos.

En los países en los que tiene una fuerte presencia, el Opus Dei trabaja en silencio y con tenacidad para asimilar la política del gobierno a la del Vaticano. Pero sus gestiones para introducir un neo-Renacimiento en el mundo católico, hasta ahora ha producido resultados contradictorios.

Debido a que constituyen un grupo cerrado y disciplinado guiado por una ideología autoritaria, los estrategas del Opus Dei han cosechado grandes éxitos en el Vaticano. Bajo el mandato de Juan Pablo II, la organización se ha convertido en la fuerza dominante dentro de la Curia Romana, el cuerpo de 2500 prelados y seglares de confianza que gobierna la Iglesia Católica. Las maniobras del Opus Dei despiertan un sinfín de comentarios en Roma, donde situarse en el lado equivocado de la Obra de Dios no es algo que se pueda tomar a la ligera.

Sin embargo, el Opus Dei es un recién llegado a la estructura de poder del Vaticano. Fundado en 1928 por Jose Mª Escrivá , hijo de un comerciante aragonés arruinado, que encontró poder y fama en la carrera eclesiástica. El ascenso a la influencia y a la fortuna del opus Dei no ha sido corto ni espectacular. En tanto fenómeno religioso estuvo estrechamente ligado a la política de la España de Franco. Hoy, según el Annuario Pontificio (el anuario del Vaticano), el Opus Dei cuenta con 80.000 miembros en todo el mundo, de los cuales alrededor de 2000 son sacerdotes.

Al ser la única diócesis flotante –lo que se conoce como prelatura personal– está gobernada por un prelado general, que posee el rango de obispo y opera por encima y más allá de la autoridad de los obispos locales. Se dice que es más rico que muchos estados del Tercer Mundo, pero el Opus Dei no publica informes financieros ni listas de miembros y sólo da cuentas al Papa cada cinco años.

Aunque tiene sus cuarteles generales en el opulento distrito Parioli de Roma, el Opus Dei se proclama "pobre" y dice no poseer los medios para llevar adelante una agenda política. Afirma que su única procupación es el bienestar espiritual de sus miembros. Esto es muy dudoso porque cuanto más se sabe del Opus Dei, es más evidente su naturaleza secreta y elitista. Su objetivo primario es devolver a la Iglesia Católica su puesto central en la sociedad, como en la época medieval.

Visto así puede no resultar peligroso, pero el Opus Dei posee muchas de las características de una secta peligrosa. Sus miembros –que se dividen en dos clases: solteros y casados– se someten a un rito de iniciación secreto. Se jura obediencia al prelado general y a "otras personas autorizadas de la prelatura". Una vez introducidos deben someterse a lo que se conoce como "normas formativas", una forma de condicionamiento mental. Ellas incluyen el informe semanal a un "director" que tiene derecho a supervisar todas sus actividades personales y profesionales. Confesarse una vez a la semana con un sacerdote del Opus Dei es prescriptivo. Los solteros consagrados deben llevar cilicios regularmente – un objeto punzante metálico, usado por las comunidades católicas en la Edad Media– y practicar la autoflagelación. A los miembros casados se les estimula para que sus hijos asistan a las escuelas del Opus Dei. Las escuelas sirven como centros de reclutamiento.

Al Opus Dei se le ha acusado de ser una iglesia dentro de la Iglesia. Tiene su propia doctrina que pretende ser de inspiración divina. Aún más, es la única organización Católica Romana –aparte de la propia Iglesia– que cree que ha sido creada por Dios.

La mayoría de las sectas practican el culto al fundador. En este caso el Opus Dei se ha propuesto tener a Escrivá, que murió en 1975, declarado santo antes del milenio. Pero algunos católicos prominentes han protestado alegando que la canonización debilitaría la credibilidad de la Iglesia. Uno de los teólogos dirigentes de España, Juan Martín Velasco, señaló: "no podemos poner como modelo de vida cristiana a alguien que ha servido al poder del Estado y que ha usado ese poder para catapultar su Obra, que ha dirigido con criterios obscuros –como una mafia de guante blanco– sin aceptar el magisterio papal cuando no coincidía con su manera de pensar".

Tales sólidas protestas no han inmutado a Juan Pablo II, cuya opinión acerca de la santidad de Escrivá y la consideración en la que tiene al Opus Dei es bien conocida. En 1978, pocos días antes del primer Cónclave después de la muerte del papa Pablo VI, (en él se eligió al papa Juan Pablo I, quien murió sólo treinta y tres días después) el futuro papa visitó la sede de Villa Tevere y rezó en la tumba de Escrivá. Tras la muerte del sucesor del fundador, el obispo Álvaro del Portillo, en 1994, Juan Pablo II volvió a la prelatura y se arrodilló ante el féretro durante el funeral del prelado general. Esta ruptura del protocolo –el Papa sólo se arrodilla ante los restos mortales de un cardenal– fue contemplado por muchos como un signo de fidelidad a la organización que no regateó esfuerzos para elevarlo al trono papal.

A pesar de la oposición del principal consejero de Pablo VI, cardenal Giovani Benelli, en noviembre de 1982, Juan Pablo II elevó al Opus Dei a la posición de única prelatura personal. Benelli murió de un repentino ataque al corazón el mes anterior. Desde entonces el entorno de la casa papal cada vez más se ha situado bajo el dominio del Opus Dei.

La Obra y sus aliados controlan los hilos de la política papal y el Vaticano, después de años de déficits, vuelve a tener beneficios. Se dice que el secretario papal Stanislaw Dziwisz, es un asociado del Opus. Durante los viajes papales Dziwisz procura saludar a los miembros locales de la forma usual en el Opus Dei. El arzobispo del Opus Dei, Julián Herranz, uno de los miembros más poderosos de la Curia romana, es copresidente del Consejo Papal. Los dos presidentes son decididos defensores del Opus Dei, y uno de ellos ha dado testimonios claves al tribunal romano que investiga la santidad de Escrivá. El portavoz del Vaticano Joaquín Navarro Valls, un miembro célibe, tiene un estatus ministerial en el entorno papal.

En el frente seglar, el Opus Dei está bien representado en toda América Latina, en donde se ha introducido en todos los ámbitos militares y financieros. Por ejemplo en Perú, el Opus Dei ha creado una coalición de empresarios, banqueros y políticos que dieron su apoyo al presidente Alberto Fujimori.Cuando los rebeldes de Tupac Amaru asaltaron la embajada japonesa el pasado diciembre, manteniendo rehenes durante 126 días, Fujimori nombró intermediario al Arzobispo Juan Luis Cipriani, de la diócesis montañosa de Ayacucho, por encima del Arzobispo de Lima, Cardenal Augusto Vargas Zamora, un jesuita. Cipriani, uno de los siete obispos del Opus Dei en Perú, ahora es el candidato favorito para suceder al Cardenal Vargas, que ha sobrepasado la edad de la jubilación, como arzobispo de Lima, lo que tradicionalmente significa promoción para obtener el capelo cardenalicio.

La suerte del Opus Dei en Europa no ha sido tan decisiva. España es la excepción, donde su influencia política ha retomado considerable fuerza tras la victoria electoral del conservador José Mª Aznar. Un devoto católico cuya esposa está próxima al Opus Dei. El gobierno de Aznar es una red de dignatarios del Opus Dei.

La ideología política del Opus Dei ha cambiado poco desde 1950, cuando dos de sus estrategas, Rafael Calvo Serer, entonces director del Instituto Español de Londres, y Florentino Pérez-Embid publicaron sus tratados sobre el opus Dei como un revitalizador católico de alcance mundial.

Sostenían que la emergencia de una nueva España dentro de la Comunidad Europea representaba una oportunidad ofrecida por Dios para recrear una forma de Catolicismo militante iniciado por el Emperador Carlos V en el siglo XVI. Carlos V fue conocido como virrey de Dios en la tierra. Su política imperial situó a España en la cima de su éxito creativo, pero también agravó la fricciones entre Católicos y Protestantes europeos y terminó arruinando al imperio. No obstante, colocó en el trono de Pedro a dos papas de su elección.

Calvo Serer y Pérez-Embid argumentaban que, con un secularismo galopante dominando el mundo occidental, la única forma de revitalizar la Cristiandad era recuperar la cruzada Católica de Carlos V – ahora no sólo con los recursos de una nación sino a través de un poderoso y vital movimiento Católico transnacional, encabezado por el Opus Dei. Al igual que el viejo Imperio, la moderna Liga Santa del Opus Dei iba a tener antenas de largo alcance en Latinoamérica y en los Estados Unidos.

La influencia del Opus Dei americano despuntó durante la administración Reagan. La prelatura colocó a sus agentes dentro de la Casa Blanca y reclutó miembros de segunda fila en el Pentágono. Con Clinton la situación es más ambigua, excepto en el caso del FBI cuyo director, Louis Freeh, se dice que es un miembro supernumerario (no célibe). Cuando se le pidió que ratificara tal supuesto, Freeh declinó responder y lo hizo en su lugar un agente especial del FBI. ( El portavoz oficial del FBI en Washington nunca había oído hablar del Opus Dei).

"Aunque no puedo responder a cuestiones específicas, observo que les han `informado´ erróneamente" dijo Jhon E. Collingwood, sin dar más detalles.

Sin embargo, parece que era presisamente el agente especial Collingwood quien estaba mal informado, puesto que al poco el Opus Dei admitió que el hermano de Freeh, Jhon, era el director célibe de un gran centro de la Obra en Pittsburg.

En Bélgica, Francia, Alemania e Italia, miembros del Ops Dei están bien situados en sectores comerciales y de banca y dentro de la burocracia de los gobiernos. El Opus Dei fue presentado a la aristocracia católica europea por la Reina Fabiola de Bélgica, que emparenta a través de la Casa de Aragón con la rama española de los Borbones. Uno de los reveses más amargos del Opus Dei ocurrió a comienzos de este año cuando una comisión parlamentaria belga puso a la organización en la lista de sectas religiosas peligrosas, proponiendo una legislación para someterla a estricto control.

El Opus Dei sufrió otro retroceso con la victoria socialista en Francia, donde tiene fuertes conexiones en el sector empresarial. La mujer del presidente Chirac, Bernardette Chodron de Courcel, aunque no es miembro, es una gran simpatizante del Opus Dei. Algunos miembros del Opus Dei ocupan puestos importantes en el gabinete de Alain Juppé, controlando la política gubernamental y las comunicaciones sociales, proponiendo legislación para volver a penalizar la homosexualidad y jugando un papel decisivo para la privatización de TF1, el canal de televisión nacional.

La presencia del Opus Dei en el Reino Unido aunque está bien encaminada no es tan relevante. Su red de colegios, que reciben subsidios de fondos del Estado, se concentra en Londres, Manchester y Glasgow. Sin embargo, el Opus Dei acaba de instalarse en Belfast, donde sus miembros dirigen un club juvenil llamado Citywise relacionado con varios colegios de Irlanda del Norte. Un club similar existe en Dublín. Ambos tienen apoyo de la Unión Europea dentro del programa de la juventud para Europa.

Es parte del modus operandi del Opus Dei no gastar del propio dinero para financiar "buenas obras" excepto como último recurso. Por el contrario, siempre hace uso de los medios de otros, públicos o privados. Los apoyos financieros de los proyectos del Opus Dei muchas veces son fundaciones privadas o entidades públicas como US AID, Adveniat en Alemania, Unesco (cuyo director general, Federico Mayor Zaragoza es del Opus Dei) o las instancias públicas de la Unión Europea, donde la Obra está muy bien representada.

Las escuelas del Opus en Kenya y Nigeria las financia parcialmente el gobierno británico. El Dr. Jhon Roche, por entonces numerario, permaneció diez años como director del colegio Strathmore en Nairobi. Durante este tiempo el gobierno británico pagó un tercio de su salario en una cuenta en Londres, pero a los miembros numerarios se les exige devolver su salario a la prelatura. En este caso la suma total era de 25.000 libras.

Tras dejar el Opus Dei, Roche, –ahora lector en Oxford– interpuso una demanda en el Tribunal Supremo de Londres para recuperar esta parte de su salario retenida en el Reino Unido y otras sumas que adelantó a la prelatura. El Opus Dei ganó el caso negando que le debiera nada. Más tarde, Roche y sus abogados cuestionaron la autenticidad de ciertos documentos presentados por los defensores. Posteriormente los abogados del Opus Dei admitieron que "algunas de las cartas expuestas no habían sido escritas en la fecha que indicaban sino en 1976" después de archivar el caso. A Roche se le pidieron disculpas y recibió 6.500 libras como parte de un acuerdo amistoso.

Si, como es de esperar, el Arzobispo Cipriani recibe un gorro rojo en el próximo Consistorio –la reunión de los cardenales con el Papa– será el primer cardenal del Opus Dei. Como conservador latinoamericano, joven (53 años) y de formación deportiva (fue atleta olímpico) constituye un excelente candidato papal para el próximo Cónclave. Con los 77 años del Papa Juan Pablo II y su pobre salud muchos piensan que el próximo Cónclave no puede estar muy lejos. Si sale elegido un Papa del Opus Dei, los hijos de José Mª Escrivá habrán creado con éxito una estructura de poder neo-Renacentista de sorprendentes paralelismos con la que construyó el Virrey de Dios en el siglo XVI.
 
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GUÍA PARA PADRES SOBRE EL OPUS DEI.
J.J.M. GARVEY
SICUT DIXIT PRESS
305 Madison Avenue, Suite 1146
New York, N.Y. 101165
Nueva libreto a disposición de la asociacion con informción sobre el OPUS DEI. Se incluyen algunos comentarios y el prólogo.



Un análisis del OPUS DEI realizado conforme a los criterios proporcionados por el documento titulado "LA amenaza de los nuevos movimientos religiosos (sectas o cultos)", publicado por el Vaticano el 7 de mayo de 1986, según el reporte prventivo emitido por el Secretariado del Vaticano para la Unidad de los Cristianos, el Secretariado para los No Creyentes y el Consejo Pontifício para la Cultura.

"La primera ley de la historia es no arriesgarse a la falsedad; la segunda no temer a decir la verdad"

S.S. León XIII.


"UN DON DE DIOS PARA MUCHAS FAMILIAS"

Algunos comentarios a la "Guia de padres sobre el Opus Dei"

"He leido la Guia de padres sobre el Opus Dei a fondo y os felicito por un trabajo tan bien hecho. Vosotros sabéis que yo no empleo el termino 'culto' con referencia al Opus Dei. Esto corresponde hacerlo a la autoridad de la Iglesia con la que estoy en estrecho contacto, con la confianza de que cambiaran su manera de pensar. Sin enbargo, vosotros lo sabéis tambien, estoy en completo desacuerdo con las tácticas violentas, de manipulación y control que utilizan (en el Opus Dei)".

-Rev. James J. LeBar,
Consultor Nacional sobre Cultos,
Arquidiócesis de Nueva York


"La Guia para padres sobre el Opus Dei es uno de los mejores libros escriyos sobre cualquier culto. Una herramienta importante para despertar la reflexion católica.
Veo la realización de este folleto como una obra de Dios. Un trabajo maravilloso, que era tan necesario"
- Rev. Walter Debold,
Profesor Asistente de Religiones del mundo,
Universidad Seton Hall,
Coalición Interfé acerca de los cultos,
(Interfaith coalition of Concern Abaut Cults - ICCC -)


"Muchas, mucha gracias por haberme enviado un ejemplar de la Guia para padre sobre el Opus Dei. Estoy segura de que vuestro folleto ayudará a borrar muchas lagunas en las mentes de padres y tutores acerca de la institución y de las prácticas de este movimiento religioso tan particular. ¡Les deseo lo mejor!"
- Sra.Corazón C. Aquino
Ex Presidenta de Filipinas


"He encontrado la Guia para padres sobre el Opus Dei muy bien escrita y reveladora. Será una fuente excelente de referencias, un regalo de Dios para muchas familias. Me uno a vosotros en la esperanza de que el Santo Padre comprenderá la necesidad de transformación en este grupo"
- Rev. Kent Burtner, O.P.,
Consultor Nacional sobre Cultos.
Ganador, en 1983, del Premio Leo J. Ryan
por sus contribuciones en el campo de vigilancia de los cultos.

"Su trabajo es tan preciso y tan bien hecho que sentí la urgencia de escribir cuanto antes para
felicitaros. Estoy completamente de acuerdo con todo lo que dicen. Somos un grupo grande de socios ex numerarios, más de un centenar sólo en Guatemala. Pueden contar con nuestro apoyo para su maravillosa iniciativa. La Guia es un proyecto estupendo en la dirección apropiada. De nuevo, mis felicitaciones".

- Prof. Carlos Alex Olivares
Ex socio numerario por 22 años

"¡Vosotros debéis ser felicitados y honrados por vuestro trabajo! Dios sea alabado por lo que habéis hecho. Vuestro folleto no puede ser una mejor exposición en un formato tan pequeño".

- Rev. David Turner O:S.B., Ph.D.,
Colegio Benedictino de Illinois.


PROLOGO DEL TRADUCTOR:
En septiembre de 1962 -cuando aún no había terminado el bachillerato- solicité la admisión en el
Opus Dei como socio numerario (o sea con dedicación plena). Veintidós años después, en 1984, me decidí a salir de la institución. Y, contra todo lo que me dijeron para que desistiera de mi intención soy feliz. Tengo la dicha de tener una vida -ahora sí, normal- dedicada a mi familia y a ejercer mi profesión.
Durante todos esos años me dedique en cuerpo y alma a vivir el espíritu del Opus Dei. Fruto de mi celo proselitista, tengo en mi haber varios numerarios, dos de los cuales son sacerdotes (uno ya fallecido) y otros que todavía están como laicos, aunque varios de ellos siguieron mi mismo camino y ya no están dentro.
Ocupé por muchos años cargos de gobierno y de formación en diversos países. Conviví algunos años con el fundador en Roma y allí estaba cuando murió: no solo fui testigo privilegiado, sino protagonista, de todo lo que ocurrió en esos días de junio de 1976.
Por todo esto, y por muchas razones más, puedo decir con certeza que conozco a fondo el Opus Dei. Pero aún así, me salí. Me salí porque el Opus Dei se me quedo pequeño. Nunca pude satisfacer dentro mis aspiraciones en la vida. Me ahogaba. Me hacía falta el oxígeno de la libertad, a pesar de que tanto se predica dentro. Continuo luchando por alcanzar mis aspiraciones naturales y sobrenaturales, pero en un ambiente de libertad que nunca antes imaginé, y sin necesidad para nada del Opus Dei para crecer interiormente.
Ya han pasado más de diez años desde que me salí. No fue fácil. Veintidós años son muchos años -una vida entera- y, aún así, cuando me decidí a salir, me dejaron solo y sin dinero. Simplemente dejé de existir para ellos. Ya no les importé más. Pero no les guardo rencor: así son ellos, así viven la caridad cristiana. Durante estos años he podido madurar serenamente mi juicio sobre esta institución. No sé si algún día me decida a escribir lo mucho que tengo que decir, pero cuando llegó este pequeño análisis del Opus Dei a mis manos decidí colaborar con su difusión traduciéndolo al castellano. Avalo todo lo que en el se dice; mucho de lo que está aquí escrito yo mismo lo practicaba. Se podría decir mucho más, ampliando lo que en este folleto se dice. Juzgo necesario poner en guardia a los padres de familia engañados en su buena fe que, tratando de salvar a sus hijos de un ambiente degradante en la sociedad, terminan perdiéndolos de todas maneras en el Opus Dei.
Mi experiencia ha sido confirmada por la de muchos otros ex socios con los que me he puesto en contacto, no solo en mi país, donde he localizado a más de un centenar, sino en otros países. Ojalá esta publicación sirva para dar a conocer una institución que está haciendo mucho daño a personas, a pesar de las aprobaciones y bendiciones eclesiásticas que ha recibido o, mejor dicho conseguido, y para pone en guardia a otras que están siendo atraídas, en su inocencia o buena fe, a sus actividades.
Quiero agradecer a todos aquellos que me ayudaron a realizar este trabajo pero que, por humildad, no desean que sus nombres sean mencionados.
El Traductor.
Carlos Alex Olivares.
Ciudad de Guatemala, mayo de 1995.


Contenido.
INTRODUCCIÓN
PARTE I
Las características de los nuevos movimientos religiosos destructivos.
EL ACERCAMIENTO GENERAL
CARACTERÍSTICAS
I Utilización del engaño
II Uso de tácnicas dominantes: "bombardeo de amor, ..."
III Imposición de respuestas y decisiones ya preparadas.
IV y V El uso de la adulación y el control a través de la "distribución de medicinas y dinero"
VI La exigencia de una entrega incondicional al líder
VII El aislamiento del reclutado, eliminación de la influencia de la familia y de los amigos
VIII Alejamiento de los reclutados de sus vidas pasadas
IX Bombardeo intelectual de los reclutados; utilización de cliches
X Mantener a los reclutados constantemente ocupados
XI Fuerte enfoque en un líder carismático

PARTE II
Organización del Opus Dei
Observaciones; Apoyo
I Estructura autoritaria. Pertenéncia
II Respuestas estereotipadas de los voceros
III El atractivo de las nuevas sectas
IV Primeras señales de manipulación
V El cliché "el Papa lo aprueva"
VI Una práctica que no es genuinamente católica
VII Primeros deseos de servir a Dios
VIII Confusión deliberada de la notificación a los padres con su aprobación
IX Distorsionando las Sagradas Escrituras para engañar
X La interpretación de las Sagradas Escrituras por la tradición católica
XI Los Padres de la Iglesia
XII Las enseñanzas del Magisterio sobre la familia
XIII La obligación de los padres de educar a sus hijos
XIV Importáncia de la familia
XV Los mejores "amigos"
 
Este articulo y el anterior, aparte de haber sido publicados en la web http://infolatria.tripod.com/evesc/


su copyright pertenece a A.I.S. (Asesoramiento e información sobre sectas), cuya web dice estar en construcción pero dan el siguiente correo [email protected]


La evolución del Opus Dei hacia el sectarismo




El primer Opus Dei se desarrolla en el seno del bando victorioso en la guerra civil al calor del fervor religioso de la época y Escrivá lo concibe como una especie de alternativa católica a la Institución Libre de Enseñanza. En los años cuarenta, favorecidos por un Ministro de Educación simpatizante, una docena de sus miembros ocupan posiciones importantes en la Universidad española y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y tratan de establecer, sin saberlo muy bien ellos mismos, una versión española de la Action Francaise. De esa época es la creación de la Editorial Rialp en la que Rafael Calvo Serer publica su "España sin problema", como respuesta a las dudas de Pedro Lain Entralgo en "España como problema" y en la que Florentino Pérez Embid y otros socios traducen el pensamiento conservador europeo y se declaran seguidores de Menéndez y Pelayo. El intento fracasa enseguida tanto por la escasa preparación doctrinal de aquellos jóvenes profesores, ahogados por una estrecha censura del pensamiento como por las continuas peleas con otros grupos. Sin embargo, Pérez Embid, Rodríguez Casado y otros opusdeistas se incorporan a la Administración cultural franquista, primero en el Ministerio de Propaganda de Arias Salgado y luego en la dirección y control del Ateneo. La progresiva cercanía del grupo al poder franquista y, en particular, la estrecha relación entre Carrero Blanco y Laureano López Rodó, que destaca como organizador administrativo en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, permite la segunda y más productiva etapa. Durante ella, años cincuenta y sesenta, Franco entrega la dirección de la maltrecha economía española a tres o cuatro opusdeistas, Alberto Ullastres, Mariano Navarro, Gregorio López Bravo, y con ocasión de esa preeminencia surge un vigoroso "lobby" de miembros, amigos y favorecidos de la Obra, que se asocian y crean un montón de empresas nacidas al calor de la nueva "familia". Son años en los que el grupo se expansiona geográficamente, también fuera de España, sobre todo en las dictaduras de América Latina, Chile, Argentina, penetrando los grupos de católicos que se sienten más lejanos a las consignas del Concilio Vaticano II. Mientras tanto Roma ve con suspicacioa a la fundación escrivaniana. La corriente mayoritaria en la Iglesia acusa al grupo de colusión con la dictadura española y de haber optado por el integrismo teológico más supino. Pablo VI, que fue militante antifranquista desde su Arzobispado de Milán, es particularmente crítico con esta situación y bloquea la petición de Escrivá de transformar la acondición canónica del entonces Instituto secular.


La actuación política de los opusdeistas de la época se concreta en el primer ajuste duro de la economía española, algo que los tecnócratas posteriores suelen elogiar, realizada al dictado de los organismos internacionales y sin oposición popular o sindical alguna. Las cosas fueron peor para la red de intereses y empresas que se tejió alrededor de la Obra. Protagonizadas generalmente por gente sin experiencia, las incursiones grupales en el mundo financiero, editorial, de comercio exterior, se han saldado con muchos conflictos internos y externos, clamorosos fracasos y una fama de inmoralidad y arbitrariedad que desde entonces ha caracterizado las aventuras mercantiles de unos hombres cuyos mentores difundían la idea de la santificación del trabajo. El "affaire" Matesa, el Rumasa y tantos otros están llenos de nombres opusdeistas. El socio supernumerario Ruiz Mateos, a quien las autoridades del Opus ponían como ejemplo de padre modelo, empresario ejemplar y protector destacado, tuvo que ser prontamente excluído del índice de los miembros exhibibles en público, sobre todo después de sus peleas con otros colegas también opusdeistas a quienes él achaca su caída en desgracia. A tanto llegó la crítica que Escrivá, a finales de los años sesenta, decretó la supresión de las llamadas internamente empresas auxiliares u "obras comunes", que fueron apresuradamente liquidadas. Las empresas de prensa, en las que Escrivá tenía puestas tantas esperanzas, "hemos de envolver al mundo en papel impreso", decía, fueron las últimas en perder la dependencia institucional y algunas se transformaron en el grupo Recoletos (Telva, Marca, Expansión), dominado por hombres y mujeres afines al Opus y hoy en manos inglesas. Hasta hoy colean escándalos y trapisondas como el de la Fundación General Mediterránea, uno de los instrumentos de la "economía sumergida" del Opus que ha dado pie a tantos rumores sobre las conexiones entre las finanzas opusdeísticas y las vaticanas que algunos especialistas están empezando a documentar fuera de España.


Paralelamente, un grupo selecto de hombres y mujeres del Opus se fueron concentrando en la sucesión de Franco. Algunos de ellos, Federico Suárez Verdeguer, Angel López Amo, Laura Hurtado de Mendoza tomaban posiciones en la naciente casa del Príncipe. Otros promovían la restauración monárquica, con partidarios de la candidatura de Don Juan, como el grupo que dirigía Calvo Serer, o de la de Don Juan Carlos, tesis de López Rodó e incluso algún opusdeista apoyaba la candidatura carlista. El propio Escrivá, finalmente, se decantó por las tesis de López Rodó. (Véase mi "Historia oral del Opus Dei", Plaza Janés, 1985 y Jesús Ynfante, "Opus Dei. Así en la tierra como en el cielo", Grijalbo, 1996).


La tercera y actual etapa del Opus Dei en España coincide con la democracia, el papado de Juan Pablo II y la crisis de la enseñanza católica confesional. En la democracia hay algunos, más bien pocos, hombres y mujeres del Opus en la cúspide de los partidos de derecha nacional y regional y del poder bancario pero ya no actúan de una manera teledirigida como durante el franquismo sino en la prosecución de los intereses normales del capitalismo democrático al que pertenecen y del que extraen una cierta plusvalía para los fines propios. Al carecer España de un partido de extrema derecha no se puede cuantificar el trozo de extremismo político de la Obra aunque era obvia la simpatía de tantos militares y algunos civiles opusdeistas por los protagonistas del intento de golpe de Estado de febrero del 81. "Los militares, por el sólo hecho de serlo, tienen ya la mitad de la vocación al Opus Dei", predicaba Escrivá.


Juan Pablo II modifica la línea crítica del Vaticano hacia la Obra. Le concede, ya muerto Escrivá, la deseada transformación canónica y con ella una amplia autonomía de los obispos territoriales y beatifica al fundador en un episodio de manipulación del expediente que es censurado agriamente por miembros de la Curia y por todo el catolicismo progresista. Pero lo más importante de la nueva etapa es la transformación de la Obra en una organización dedicada a la enseñanza privada heredando la atención a las clientelas de clase media que los jesuitas estaban abandonando.


Escrivá había escrito en los documentos fundacionales que la Obra no tendría nunca centros de enseñanza, que lo propio de sus socios debía ser la actividad profesional ejercitada preferentemente "en instalaciones del Estado y con dinero del Estado" (Vid. Instrucción de San Gabriel, documento interno, 1937). Sin embargo, ni Escrivá ni sus delegados españoles dejaron de acoplarse a las circunstancias que les rodeaban, de hacer de la necesidad virtud. Liberadas tantas energías a partir de la crisis del modelo político mercantil, se inició una ininterrumpida carrera de creación de colegios de primaria y secundaria, y algunas Universidades, unos dependientes directamente de la institución, otros de sociedades interpuestas. En 1997 no hay ciudad española ni capital latinoamericana que no tenga un colegio del Opus para chicos y otro para chicas, no se admite el sistema coeducacional, y algunas ciudades tienen tres o más. En ese empeño pedagógico, y en la burocracia interna, gastan sus energías la mayoría de los socios solteros del Opus, que, en cierto sentido, se ha transformado en algo parecido a aquellas congregaciones de enseñanza, como la de los Hermanos de la Salle o los Maristas, que surgieron en Francia como reacción contra el laicismo y el anticlericalismo de la Revolución. Eran gente seglar pero con votos religiosos, actuaban y vestían como laicos pero progresivamente sus costumbres e incluso su vestimenta se fueron unifromando, algo parecido a lo que ocurre con los solteros y, sobre todo, las solteras de la Obra. Poco a poco, el Opus Dei se clericaliza y hoy son sacerdotes la mayoría de sus mandos nacionales y regionales. También se incrementa la endogamia social y la mentalidad de fortín, protección para los de dentro, gueto para los de fuera. Porque muchos de sus socios numerarios nacen ya en un hogar de supernumerarios, van a los colegios propios, a la Universidad de Navarra, de allí a Roma y, una vez entrenados, son destinados a la burocracia interna o a la red educativa sin ejercer una profesión civil ni tener experiencias mundanas. Es el caso del actual Presidente, Javier Echevarría, que muy joven se convirtió en el secretario de Escrivá y se ha pasado la vida en Roma, ocupado en la burocracia interna, sin tener estudios civiles ni experiencia profesional. Por cierto que recientemente monseñor Echevarría ha cometido un "gaffe" monumental al dictaminar en público que los niños que nacen deformes son hijos de padres que fueron promíscuos antes de casarse. La reacción de profesionales, asociaciones de padres de subnormaless y algunos eclesiásticos ha sido fulminante y la oficina del Opus Dei en Roma se ha apresurado a puntualizar que a Echevarría se le entendió mal, sin duda en razón de su escaso dominio del idioma italiano, algo por otra parte poco creíble ya que en Italia ha residido durante prácticamente toda su vida. Analistas del Opus Dei y, entre ellos, Rosa Boladeras, la directora de A.I.S., coinciden también en observar una decreciente calidad social e intelectual de los nuevos afiliados.


La dedicación preferente a la enseñanza produce una reconversión de las metas fundacionales. Ya no se vislumbra ese despliegue de los opusdeistas por todos los sectores de la sociedad civil, a modo de "inyección intravenosa", como expresaba el fundador, sino una concentración de esfuerzos en la educación de la infancia y la juventud. El control de tantas instituciones de enseñanza abre nuevos horizontes de influencia. Por una parte los centros educativos se plantean como plataformas pra la indoctrinación. Animados por un papa muy militante y nutridos por ese neoconservadurismo cíclico en la Iglesia, los maestros y maestras del Opus se afanan por convencer a sus alumnoss de la importancia de mantener el modelo jerárquico de familia tradicional, célula principal de la deseable sociedad orgánica y se enrolancon entusiasmo en lacausa antiabortista una vez que la causa anticomunista ha perdido vigencia. Una nueva Contrareforma calienta el apostolado de la Obra algunos de cuyos sacerdotes ocupan cargos en la burocracia eclesiástica relacionados con la censura y la persecución de los clérigos que piensan por su cuenta. Tal activismo fundamentalista ha hecho innecesario el diseño de una doctrina o teología propias, ya sólo se trata de mantener la lealtad al mensaje tridentino en su actual versión vaticana. Por ello apenas hay en la institución teólogoss dignos de tal nombre aunque mantenga, en Pamplona y en Roma, Escuelas de Estudios Eclesiásticos, básicamente especializadas en moral y derecho canónico. Podría decirse que el mundo del Pous tiene que ver cada vez más con la disciplina grupal, con el control del comportamiento y menoss con la religión. Como en otras instituciones de la Iglesia contemporánea, también en el Opus Dei se planteó en su día esa colisión entre los principios evangélicos de caridad y solidaridad y las relgas de juego de la sociedad capitalista y pronto se tomó partido por el éxito individual en la competitividad del mercado. Uno de sus más conocidos centros, el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa de Barcelona, con sucursales latinoamericanas, lleva treinta años formando a sus selectos alumnos en las técnicas del "management" a la americana y proporcionando gerentes y directivos a las empresas que los pueden contratar. Y para confirmar la apuesta, Rafael Termes, expresidente de la patronal bancaria y uno de los numerarios más conocidos, acaba de publicar "Antropología del capitalismo" (Plaza y Janés, 1994), en el que trata de probar el carácter natural, "cuasi revelado" del sistema económico en el que cree con tanta firmeza como en su fe.


Los colegios de la Obra tienen prestigio entre la clase media, por su calidad técnica, por la atención tutorial. Han heredado esa relación mezcla de cooperación y complicidad con las familias y la creación de lazos clasistas entre los alumnos que caracterizaba a la educación jesuítica porque, como comentaba el padre Arrupe, "viendo lo que ellos son hoy, veo lo que nosotros fuimos ayer y no debimos ser nunca". Pero en ese éxito aparente está el germen de sus nuevos conflictos, la acusación por una gran parte del mundo católico de que el Opus Dei practica el sectarismo de menores en gran escala. Y en realidad no podía ser de otra manera. Los directivos del Opus han tenido que modificar su estrategia proselitista, su recluta de numerarios ante las nuevas circunstancias sociales. En la primera época los numerarios procedían de la Universidad y estaba prohibido, y mal visto, que chicos jóvenes fueran por las casas de la Obra. La vocación era cosa de hombres. Hoy, sin embargo, el proselitismo es difícil entre universitarios. Resulta más fácil aprovechar la red de colegios propios y el calor de los hogares de los supernumerarios para convencer a niños y niñas, de quince y hasta menos años, de que Dios los llama a una entrega total. Esta tarea se convierte en una obsesión para los maestros y maestras que se comprometen a hacer "pitar", a reclutar a dos personas al año como mínimo y, como consecuencia, no dejan en paz a sus alumnos, en tutorías y en confesionarios, generalmente con la complicidad de los compañeros de éstos ya reclutados e igualmente obsesos. Ampliar el número, "que seamos más" es la consigna. Tan pesados se ponen que ha surgido una organización norteamericana, la Opus Dei Awareness Network Inc, para defender a los menores de un sectarismo que consideran parecido al de los "moonies" y el Parlamento belga ha incluído al Opus Dei en una lista sobre sectas peligrosas. Y aunque en España no existe tanta conciencia del peligro que representa tan precoz indoctrinación, los latinos somos más gregarios y el Opus forma más o menos parte de nuestro "habitat", ya hay organizaciones, como la catalana A.I.S., de asesoramiento e información sobre sectas, que recibe habitualmente peticiones de ayuda contra la indoctrinación opusdeista de menores y aplica a éstos los mismos procedimientos de recuperación de la libertad interior que utiliza fructíferamente con las víctimas de otras sectas. Porque los modos secretistas e intimidatorios de la recluta escolar se continúan cuando el niño, el adolescente se hace del Opus. Apartamiento de la familia, censura de amistdes y leturas, imposición de horarios, estudios y lugar de residencia, manipulación de la conciencia, control profesional y económico, algo así como aquel "mitad monjes, mitad soldados" de la guerra civil, una versión católica y española de la grupalidad sectaria, hermética. (Véase mi "Sectas católicas: El Opus Dei", en Revista Internacional de Sociología, 1992). Todo ello, por supuesto, contradice la versión oficial de que los socios del Opus son cristianos corrientes, laicos libres, con total normalidad en sus relaciones familiares y profesionales. Como decía una madre agraviada: "Si tanto predican los valores de la familia tradicional, ¿por qué tratan tan mal a sus propias familias? Un libro reciente, "Hijos en el Opus Dei", de Javier Ropero (Ediciones B, 1993) pone de relieve esta situación desde la perspectiva de quien la ha sufrido y luego ha reflexionado sobre ella. Como es lógico la mayoría de esos jóvenes opusdeistas dejan de serlo apenas abren los ojos a la realidad. Pero a muchos les cuesta duros conflictos de conciencia, les crea situaciones anómalas de las que salen a veces con heridas físicas y mentales. Dos hermanas bilbaínas relatan hoy con horror la manipulación psicológica que se hace de las vocaciones dubitativas en la Clínica Universitaria de Navarra y tan asustadas están que se niegan a dar sus nombres y a hablar en público sobre ello. Muchos obispos, empezando por el cardenal de Londres, se han quejado a Roma de este modo de proceder, sin apenas conseguir más que reconocimientos en privado porque la Curia conoce la particular devoción del papa a la Obra y en una sociedad tan jerárquica como la Iglesia no es costumbre llevarle la contraria al mando. Pero bastaría que el siguiente papa no fuera tan complaciente para que aquella primera animosidad eclesiástica contra la institución rebrotara y muchos lo están deseando. A ello contribuye la prepotencia, la animosidad con la que se comportan los hombres y mujeres del Opus cuando pueden prevalerse de alguna influencia para calumniar y machacar al adversario. Historias no faltan y hay muchas cuentas pendientes en esas tradicionales pelea en torno al poder religioso. Incluso parece que, dentro del neoconservadurismo de la Curia actual otros movimientos scomo los Neocatecúmenos de Kiko Arguello, también de origen español y los Legionarios de Cristo, de fundación mexicana, disfrutan hoy de más simpatía que el Opus, demasiado lastrado ya por su historia y por su estilo.


Particularmente violenta ha sido la reacción de la jerarquía opusdeística contra los socios que abandonan la institución y no se avienen a callar sobre su experiencia. Bastante sonados han sido los casos de dos mujeeres españolas, antiguas numerarias. Una, María Angustias Moreno, recibió toda clase de calumnias y fue tildada de lesbiana por sacerdotes de la Obra como consecuencia de haber publicado un libro en el que, desde su catolicismo bastante convencional, criticaba el culto a la personalidad de Escrivá que se practicaba internamente. ("El Opus Dei. Anexo a una historia", Planeta, 1976). La otra, María del Carmen Tapia, antigua superiora de la Sección femenina, está siendo demonizada por sus excolegas porque se ha atrevido a hacer un relato pormenorizado de la manera despótica y prepotente de gobernar que tenía Escrivá, al que sirvió de ayudante en Roma ("Tras el umbral, un viaje al fanatismo", Ediciones B, 1992. El libro ha sido traducido al alemán, al francés, al portugués, al inglés y al italiano). La jerarquía opusdeística no acierta a gestionar objetivamente estas críticas basadas en la experiencia personal y acude con frecuencia a la vieja fórmula estalinista de tildar a los disidentes de locos. Así calificaron en su día a Rafael Calvo Serer cuando éste, en el último capítulo de su sinuosa biografía política, se incorporó a un grupo de crítica antifranquista, la Junta democrática, en compañía de los comunistas, algo difícilmente digerible por la clientela convencional del Opus. Yo mismo sufrí esa categorización cuando un especialista en Psiquiatría de la Universidad de Navarra, el Dr. Martínez Lage, con el que apenas he cruzado dos palabras en mi vida, se permitió atribuir mi análisis crítico de la institución a perturbaciones mentales fruto de carencias afectivas. La consideración de perturbado mental del disidente, tan propio de las instituciones totalitarias, está en la raíz de esa estrategia, a la que me referí antes, de tratar con drogas a los que dudan acerca de su vocación, operación que, por cierto, se centraliza en la Clínica en la que presta sus servicios el Dr. Martínez Lage.


Los directivos de la Obra esperaban mucho de la llegada al poder del Partido Popular y confiaban en que su gente iba a tener una importante cuota de poder. Sin embargo, los primeros resultados no son muy alentadores. Ningún opusdeista ha llegado a los ministerios importantes para ellos, desde luego no al de Educación y eso que Andrés Ollero había hecho notorios méritos para ocuparlo. Tambpoco le han dado la cartera de Justicia al supernumerario Federico Trillo y algunos piensan que esa patada hacia arriba, hacia la Presidencia del Congreso ha sido la manera de evitar que tan contundente opusdeista reabra el debate del aborto de manera abrupta. Algunos de los líderes populares se ponen nerviosos cuando se les acusa de contaminación opusdeística. Y es que el Opus Dei ha heredado también de los jesuitas aquella mala fama de la que éstos gozaban en épocas pasadas. La influencia pública del Opus continuará ejerciéndose principalmente en el área económica, a través de los cientos de administradores y empresarios criados a su sombra que comparten la fe de Termes en el modelo de mercado y prefieren que el Estado intervenga en las costumbres sexuales más que en las otras. Los jesuitas y algunos otros grupos católicos no están muy conformes con que el PP haya entregado a un hombre del Opus la Dirección General de Asuntos Eclesiásticos. El nombramiento del canonista Alberto de la Hera garantizará, sin duda, la sintonía entre el actual Gobierno y el actual Vaticano y, de paso, el mantenimiento, sin recortes, de la financiación fiscal de la Iglesia católica. Sin embargo en Roma se están librando ya las primeras escaramuzas de la época postwoytila y los que ahora son validos pueden terminar siendo barridos. El Vaticano es así.



Alberto Moncada
Sociólogo [email protected]
 
Magnifica aportación, Maripaz.
Solo con una frase no estoy de acuerdo, es la que dice:
"algunos críticos lo comparan a una Mafia "de guante blanco".
¿De guante blanco? Este guante es de lo mas negro que nadie se pueda figurar. Solo de una institución como la Vaticana podía salir semejante secta. <IMG SRC="enfadado.gif" border="0">
Un abrazo en Cristo