Conocí un caballero que posee una Biblia de traducción Inglesa, basada en la versión King James, en la cual se escribe en letra de color rojo cada palabra que salió directamente de la boca de Jesús. Eso está muy bien cuando uno al leer quiere hacer énfasis en las frases más conocidas del nuevo testamento.
Quizás el problema radica en que si bien el nuevo testamento se divide principalmente entre evangelios y epístolas de pablo, he encontrado muchos cristianos que le dedican poco o nulo tiempo a Pablo y se concentran más en los Evangelios (siendo el de Juan el más apetecido).
Sin embargo, esa tendencia reduccionista ha llegado a crear el conocido movimiento 'Cristianismo de Tinta Roja' y estas son personas que desechan toda la escritura con excepción de lo que está escrito en tinta roja en esa versión particular.
Otro movimiento 'exótico' que no es secta, sino una idea o movimiento de renovación cristiana es la de un grupo de cristianos que ignoran por completo la lectura del Nuevo Testamento, y solo basan sus principios en leer lo que sería el Texto de la Septuaginta o en su defecto la Tanaj, traducidos en sus respectivas lenguas (esto ocurre mayormente en Estados Unidos, entonces son Septuagintas o las Tanaj en idioma Inglés). Según estos caballeros, cuando se les interroga acerca de Jesús como Cristo, algunos responden que el Mesías fue Juan Bautista, otros dicen que fue Pablo de Tarso. Y los más radicales indican que aquel que solo lee los textos "Septuaginta" (o "tanajinos" depende del gusto del practicante) se convierte en un Cristo o Mesías (prefieren más la palabra mesías que la de Cristo).
Creo hay que poner cuidado a como evolucionan estos movimientos, que en sí no son sectas, sino "tendencias juveniles" que en el fondo van en detrimento del cristianismo tradicional. Eso si mi primer encuentro con estos lectores de la Tanaj (o Septuaginta) me dejo sorprendido, algunos poseen los dos libros: Una Septuaginta y una Tanaj traducidas al inglés, con estas características: 2/3 de las páginas están en griego o hebreo (dependiendo del libro) y una tercera columna más pequeña con la traducción, de ese modo siempre buscan con precisión cualquier versículo difícil. Algunos de ellos dominan uno de los idiomas originales o en ocasiones los dos, de ese modo siempre prueban que uno está equivocado, porque se ha aprendido mal la escritura.
Quizás el problema radica en que si bien el nuevo testamento se divide principalmente entre evangelios y epístolas de pablo, he encontrado muchos cristianos que le dedican poco o nulo tiempo a Pablo y se concentran más en los Evangelios (siendo el de Juan el más apetecido).
Sin embargo, esa tendencia reduccionista ha llegado a crear el conocido movimiento 'Cristianismo de Tinta Roja' y estas son personas que desechan toda la escritura con excepción de lo que está escrito en tinta roja en esa versión particular.
Otro movimiento 'exótico' que no es secta, sino una idea o movimiento de renovación cristiana es la de un grupo de cristianos que ignoran por completo la lectura del Nuevo Testamento, y solo basan sus principios en leer lo que sería el Texto de la Septuaginta o en su defecto la Tanaj, traducidos en sus respectivas lenguas (esto ocurre mayormente en Estados Unidos, entonces son Septuagintas o las Tanaj en idioma Inglés). Según estos caballeros, cuando se les interroga acerca de Jesús como Cristo, algunos responden que el Mesías fue Juan Bautista, otros dicen que fue Pablo de Tarso. Y los más radicales indican que aquel que solo lee los textos "Septuaginta" (o "tanajinos" depende del gusto del practicante) se convierte en un Cristo o Mesías (prefieren más la palabra mesías que la de Cristo).
Creo hay que poner cuidado a como evolucionan estos movimientos, que en sí no son sectas, sino "tendencias juveniles" que en el fondo van en detrimento del cristianismo tradicional. Eso si mi primer encuentro con estos lectores de la Tanaj (o Septuaginta) me dejo sorprendido, algunos poseen los dos libros: Una Septuaginta y una Tanaj traducidas al inglés, con estas características: 2/3 de las páginas están en griego o hebreo (dependiendo del libro) y una tercera columna más pequeña con la traducción, de ese modo siempre buscan con precisión cualquier versículo difícil. Algunos de ellos dominan uno de los idiomas originales o en ocasiones los dos, de ese modo siempre prueban que uno está equivocado, porque se ha aprendido mal la escritura.