Nueva Narrativa Cristiana Contemporánea: El Portal.

7 Julio 2015
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Isa. 11:2 Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

Hoy me desperté al oír decir mi nombre en la voz de la reina el Creador, que creí y era mi madre.

Anoche durante el sueño su marido el Rey me haría saber que tan enemigos son los excesos de mi hermano Luis como la infamia con la que quizás pueda obrar el hombre que actualmente vive junto a la novia de mi juventud, casado con ella en otra ciudad. Y aún así los debo de amar. Será porque Dios ama a los pecadores pero no a sus impenitentes vicios.



Hoy llegué temprano
para esperar por ti...

allí en el grupo está
mi amor de verano

y ruego no me sorprenda
si pasa de largo el otoño.



Subía dando la vuelta en una calle por la pendiente, en la esquina que hacen el super amigo y la secundaria estatal 11 -los lugares son reales, no inventados ni ficticios- y vi brillar en el horizonte una luz de fondo, como un fuego a lo lelos perdiéndose en la distancia y por encima de las casas de esa colonia en particular, en ese sector de la ciudad a oscuras. Los sueños que los que he transcurrido sin fatiga en los confines de la tierra, son generalmente a oscuras como si todo pasara de noche. Visitar los confines es hacerlo después de la puesta del sol. Y durante el sueño o soñando propiamente dicho, fue que ante mis ojos ocurrió otra vez la maravilla de Dios del modo siguiente.
Veía, gracias a la claridad del fondo iluminado al fondo de los techos de la calle que apareció en el cielo, una especie de humo ascendiendo pero lentamente. Miraba como una forma apiñada, como un bola de estambre que despedía lentas y hacia arriba sus hebras negras. Crepitaba este trozo de sombra contra el cielo en un fragmento iluminado. En eso volvía a escuchar unas voces a mi espalda que decían; son siete ángeles, y al girar el rostro para ver de donde prevenían esas palabras, lo que vi fue a una familia. Padre, madre, dos niñas pequeñas y un niño algo mayor. Luego volví a mirar aquella imagen tan maravillosa en el cielo proyectada.

Y sí, del humo denso y negro cual pedazo de tiniebla, se formaban siete cuerpos, ángeles o espíritus, pero de una manera fabulosa porque parecieron tomar para su formación los mismos elementos de su entorno, quiero con esto decir que se mezclaron por un medio milagroso la sombra, la claridad y la oscuridad para dar lugar a la celeste aparición de fantásticas siluetas pero de apariencia humana.


Exo.15:11 ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses?
¿Quién como tú, magnífico en santidad,
Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?



Lo peculiar o extraordinario del caso -o el motivo por el que cuento el sueño- fue la dirección de donde surgió la luz en el cielo, el humo que subió y la posterior visión de estos siete seres. Apunta al mismo lugar en que se encuentra actualmente un portal dimensional, del que la Biblia nos cuenta y que Jesús nombra como portal de las ovejas.


Apo. 15:1
Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.




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