Re: Nuestras palabras son un reflejo de lo que hay en nuestro corazón
¿QUÈ DEBEMOS EVITAR AL HABLAR?
-No debemos mentir:
“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16).
“No admitirás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso” (Éxodo 23:1).
“No dirás falso testimonio contra tu prójimo”. (Deuteronomio 5:20).
“Enmudezcan los labios mentirosos,Que hablan contra el justo cosas duras Con soberbia y menosprecio”. (Salmos 31:18).
“Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios”. (Proverbios 4:24).
“El hombre malo, el hombre depravado, Es el que anda en perversidad de boca” (Proverbios 6:12).
“Seis cosas aborrece Jehová,Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente,El corazón que maquina pensamientos inicuos,Los pies presurosos para correr al mal,El testigo falso que habla mentiras,
Y el que siembra discordia entre hermanos” (Proverbios 6 : 16-19).
“El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino,Y la boca perversa, aborrezco”. (Proverbios 8:13).
“Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento” (Proverbios 12:22).
“El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que habla mentiras no escapará” (Proverbios 19:5).
“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25).
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos” (Colosenses 3:9).
“Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira”. (Apocalipsis 22:14-15).
-No debemos usar palabras que sean malsanas, calumniosas, maliciosas o abusivas, ya que estas son practicas de la vieja naturaleza, del viejo hombre:
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes". (Efesios 4:29).
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. (Efesios 4:31).
"Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos" (Colosenses 3:8-9).
-No debemos maldecir o hablar con amargura ya que son manifestaciones de maldad y de injusticia:
"Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos". (Romanos 3:10-18).
-No debemos hablar de una manera necia, grosera o con burla, ya que este no es el comportamiento conveniente de un hijo de Dios:
“Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte, Tal es el hombre que engaña a su amigo, Y dice: Ciertamente lo hice por broma (Proverbios 26:18-19).
“ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. “(Efesios 5:4).
-Debemos evitar las conversaciones profanas y vanas, ya que conducen más y más a la impiedad:
“Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén” (1 Timoteo 6:20-21).
“Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad”. (2 Timoteo 2:16).
-No debemos hablar con demasiada prontitud, ya que esto lleva inevitablemente a la transgresión y esto es característico de una vida indisciplinada:
"Yo dije: Atenderé a mis caminos,Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí”. (Salmos 39:1).
“Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios” (Salmos 141:3).
“En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente”. (Proverbios10:19).
"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos". (Santiago 1:19-22).
-No debemos utilizar palabras lisonjeras con el propósito de sacar ventaja, ya que esto es dañino para las relaciones interpersonales basadas en el amor:
“La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, Y la boca lisonjera hace resbalar” (Proverbios 26:28).
“El hombre que lisonjea a su prójimo, Red tiende delante de sus pasos” (Proverbios 29:5).
“Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. (1Tesalonicenses 2:3-7).
“Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho” (Judas 16).
-No debemos caer en el chisme ya que esto revela un espíritu de contienda en cada uno de nosotros y lo fomenta entre los demás:
“Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas” (Proverbios 18:8).
“El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto de lengua” (Proverbios 20:19).
“Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay chismoso, cesa la contienda”. (Proverbios 26:20).
-No debemos jactarnos de lo que hayamos logrado o de lo que concibamos hacer, ya que todos los éxitos en el pasado o todo lo que podamos alcanzar en el futuro, es un regalo de la gracia de Dios. Además el hacer alarde de uno mismo es señal de arrogancia y de no reconocer la soberanía y el poder de Dios en la vida:
“Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas Al tiempo que señalaré Yo juzgaré rectamente. Se arruinaban la tierra y sus moradores;Yo sostengo sus columnas. Dije a los insensatos: No os infatuéis;Y a los impíos: No os enorgullezcáis; No hagáis alarde de vuestro poder; No habléis con cerviz erguida. Porque ni de oriente ni de occidente,Ni del desierto viene el enaltecimiento. Más Dios es el juez;A éste humilla, y a aquél enaltece. Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y el vino está fermentado, Lleno de mistura; y él derrama del mismo; Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los impíos de la tierra”. (Salmo 75:1-8).
“No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día. Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos. (Proverbios 27:1-2).
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”. (Jeremías 9:23-24).
“¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala” (Santiago 4:13-16).