Querida Hermana en Cristo Jesus:
Entiendo por lo que estas pasando y sin dudas es un trago muy amargo y difícil.- Pero nosotros los que tenemos a Cristo en nuestra vida y corazones debemos poner en manos de DIOS y en su voluntad nuestras vidas.- Con más razon aún si tienes una familia constituida con hijos chicos, debes pedirle a Dios diariamente que te de las fuerzas y sabiduría suficiente para superar esa situación dentro de la voluntad de Dios altísimo.- El hecho de la infidelidad en sí afecta principalmente nuestro orgullo y nuestra seguridad, principalmente eso.- Pero que ganarías con separarte de tu esposo? crees que conseguirías eso con otro hombre? Claro que esto es siempre que la relación entre ustedes sea al menos cordial, si existe violencia de parte de el hacia tí eso ya sería otra situación.- Piensa en los chicos y dale un tiempo a tu esposo para que cambie de actitud y claro trata de poner todo lo que esté a tu alcance para reconquistarlo, logrando que se enamore nuevamente de tí.- Piensa en lo que a el le gusta y trata de proporcinarselo, trata de complacerlo en sus gustos aunque sean pequeñas cosas y eso si aunque te mueras de la incertidumbre no lo acoses con lo que hace o deje de hacer.- A la vez, ora, ora, ora, ora, ora, ora, ora y ora y ora.....................a Dios en el nombre del Glorioso Señor Jesucristo para que salve tu matrimonio y que guie tambien a tu esposo a los pies de Dios por medio de Jesus.- El ayuno es también un arma poderosa que Dios nos ha entregado para casos difíciles, creo que en este caso capaz que sería conveniente de ser posible que tu esposo no supiera que estas ayunando y orando por eso.- Finalmente tengo que decirte que en la Biblia dice claramente que Dios odia el divorcio y si en algún caso se tolera ( fornicación o abandono del otro cónyuge ) es por la dureza de nuestros corazones según dijo el Señor Jesus.-
Bueno no se si este comentario te será de alguna utilidad, pero siento en verdad que es lo que Espíritu Santo de Dios me inspira a decirte.-
Te mando un abrazo en Cristo Jesus y oraré por ti.
Juan de Uruguay