NO DEJES MORIR AL AMOR !!!!

13 Febrero 2001
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Hubo una vez en la historia del mundo un día
terrible en el que el odio que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes convoco a una reunión urgente con todos ellos.

Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cual era el propósito.

Cuando estuvieron todos hablo el Odio y dijo:
-"...Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien".

Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio el que estaba hablando y él siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre si quien seria tan difícil de matar para que el Odio los
necesitara a todos.

-"Quiero que maten al Amor", dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más que uno le tenia ganas. El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: -Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocare tal discordia y rabia que no lo soportara".

Al cabo de un año se reunieron otra vez y al
escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron tan decepcionados:- Lo siento, lo intente todo pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante.

Fue entonces cuando muy diligente se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder dijo: -En vista de que El Mal Carácter fracasó, iré yo.

Desviare la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder.

Eso nunca lo ignorara....Y empezó la ambición el ataque hacia su víctima quien efectivamente cayo herida pero después de luchar por salir adelante renuncio a todo deseo desbordado de poder y triunfo de
nuevo.
Furioso el Odio, por el fracaso de la Ambición envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar al amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.

Pero el Amor confundido lloro, y pensó, que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.

Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros. Envío a la Frialdad, al Egoísmo, a la Cantaleta, La Indiferencia, La Pobreza,
La Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba.

El Odio convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás:

-Nada que hacer. El Amor ha
soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos. De pronto de un rincón del salón se levanto un sentimiento poco conocido que vestía de
negro con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver. Su aspecto era fúnebre como el de la muerte: "Yo matare el Amor", dijo con seguridad.

Todos se preguntaron quien era ese que pretendía hacer solo lo que ninguno había podido. El Odio dijo: - "Ve y hazlo".

Tan solo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después de mucho esperar que por fin EL AMOR HABIA MUERTO.

Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro habló: -Ahí les entrego al Amor totalmente muerto y destrozado y sin decir más se marchó.

-"Espera " dijo el Odio, en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir.

-¿Quien eres??

El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo: SOY LA RUTINA.


Hermanos. No dejemos que el señor del odio aplaste al Amor que Dios ha derramado en nuestros corazones por el espíritu santo que nos ha sido dado (Rom. 5,5), por medio de la rutina mundana.

Renovémonos en el Espíritu. En la oración del corazón y del Espíritu que clama en nosotros.

En el amor ejercido sobre los hermanos para glorificar a Dios dando mucho fruto como discípulos de Cristo (Jn 5,8.)

Por medio del canto nuevo, una alabanza a nuestro Dios; que muchos verán y temerán, y en Yahveh tendrán confianza. (Sal 40,4)

¡Aleluya! ¡Cantad a Yahveh un cantar nuevo: su alabanza en la asamblea de sus amigos! (Sal 149,1)

Seamos como niños, al cuidado de Nuestro Señor, para entrar en el reino de los Cielos (Mt18.3)

Descubramos todos los días en la Palabra un sentido nuevo, una significación original que antes no habíamos descubierto.

Alabemos, Glorifiquemos y Adoremos a Dios. Nuestro Dios tan antiguo y tan nuevo, como lo dijera San Agustín.

Manifestemos visiblemente nuestra fe a toda la Creación, para que crea.

Llevemos la Esperanza al mundo viejo que espera a nacer de lo Alto.

Amemos a los otros sin distinción y como Cristo nos amó, en la Caridad.

Viva el Rey de la Gloria, que nos ha hecho suyos !!!!!!.

Pongamos manos a la obra, que Dios nos bendice, pero YA, antes que El vuelva.