ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: Mt.16:18-19; 25:14-17,19,23; Lc.19:16-19
“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mt 25:21)
NEGOCIAR LOS TALENTOS PARA ENTRAR
EN LA MANIFESTACIÓN DEL REINO DE LOS CIELOS
En Mateo 16:18-19, después de mencionar la iglesia por primera vez, el Señor habló de las llaves del reino de los cielos. La iglesia puede abrir el reino de los cielos. En otras palabras, la iglesia es el reino de los cielos, cuyo Rey es el Señor Jesús. Él murió, resucitó y ascendió a los cielos, y hoy en la iglesia, tenemos la realidad del reino, esperando que Él vuelva de nuevo al finalizar esta era, para dar inicio al reino milenial, que será la manifestación del reino de los cielos.
Cuando Él regrese, aquel que hubiere madurado en vida estará apto para entrar con Él en la manifestación del reino de los cielos y reinar mil años. Estos serán los vencedores, que recibirán el reino como galardón. Ellos son representados, en la parábola de los talentos, por los siervos buenos y fieles que recibieron los talentos de su señor y los multiplicaron (Mt 25:14-17,19-23). En el Evangelio de Lucas, la parábola correspondiente es la de las minas, allí esos siervos van a reinar sobre ciudades (Lc 19: 16-19), de acuerdo con la multiplicación de las minas. Podemos decir que, cuantas ciudades serán dadas para que el vencedor gobierne, depende de cuanto él multiplicó sus talentos. Eso sucederá en la manifestación del reino, cuando el Señor Jesús vuelva, y los reinos del mundo vengan a ser de nuestro Señor y de Su Cristo.
Veamos ahora lo que significa el reino. El Reino habla respecto de la vida, es algo relacionado con la vida. En Juan 3:3, Jesús dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”, y aún en el versículo 5: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Solamente las personas nacidas de nuevo pueden entrar en el reino de los cielos, pues el reino es algo relacionado con la vida.
El Señor Jesús usó parábolas para describir el misterio del reino de los cielos en Mateo 13. En la primer parábola, podemos ver que el reino de los cielos es semejante a un sembrador que salió a sembrar (v.3). La primera situación de la siembra es que parte de la semilla cayó junto al camino y vinieron las aves y se la comieron (v. 4). La segunda situación es que parte cayó entre pedregales, donde la semilla brotó, pero, por no tener raíz, cuando vino el sol se secó (vs. 5-6). El versículo 7 habla de la tercera situación: parte cayó entre los espinos que ahogaron la semilla. La cuarta situación es la de la semilla que cayó en buena tierra y produjo fruto: a ciento, a sesenta y a treinta por uno (v.8).
En los versículos 19 al 23, el Señor Jesús explicó la parábola del sembrador. Si Él no la hubiese explicado no lo hubiéramos entendido, porque es un misterio y el Señor no quiere que todos la entiendan. En los versículos 16 y 17 Él dijo a los discípulos: "Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron". ¡Gracias al Señor, somos bienaventurados!
Palabra clave: Negociar los talentos
Pregunta: ¿Qué es la manifestación del reino de los cielos?
Dong Yu Lan
Derechos reservadoa a:
Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
Leer con oración: Mt.16:18-19; 25:14-17,19,23; Lc.19:16-19
“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor" (Mt 25:21)
NEGOCIAR LOS TALENTOS PARA ENTRAR
EN LA MANIFESTACIÓN DEL REINO DE LOS CIELOS
En Mateo 16:18-19, después de mencionar la iglesia por primera vez, el Señor habló de las llaves del reino de los cielos. La iglesia puede abrir el reino de los cielos. En otras palabras, la iglesia es el reino de los cielos, cuyo Rey es el Señor Jesús. Él murió, resucitó y ascendió a los cielos, y hoy en la iglesia, tenemos la realidad del reino, esperando que Él vuelva de nuevo al finalizar esta era, para dar inicio al reino milenial, que será la manifestación del reino de los cielos.
Cuando Él regrese, aquel que hubiere madurado en vida estará apto para entrar con Él en la manifestación del reino de los cielos y reinar mil años. Estos serán los vencedores, que recibirán el reino como galardón. Ellos son representados, en la parábola de los talentos, por los siervos buenos y fieles que recibieron los talentos de su señor y los multiplicaron (Mt 25:14-17,19-23). En el Evangelio de Lucas, la parábola correspondiente es la de las minas, allí esos siervos van a reinar sobre ciudades (Lc 19: 16-19), de acuerdo con la multiplicación de las minas. Podemos decir que, cuantas ciudades serán dadas para que el vencedor gobierne, depende de cuanto él multiplicó sus talentos. Eso sucederá en la manifestación del reino, cuando el Señor Jesús vuelva, y los reinos del mundo vengan a ser de nuestro Señor y de Su Cristo.
Veamos ahora lo que significa el reino. El Reino habla respecto de la vida, es algo relacionado con la vida. En Juan 3:3, Jesús dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”, y aún en el versículo 5: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Solamente las personas nacidas de nuevo pueden entrar en el reino de los cielos, pues el reino es algo relacionado con la vida.
El Señor Jesús usó parábolas para describir el misterio del reino de los cielos en Mateo 13. En la primer parábola, podemos ver que el reino de los cielos es semejante a un sembrador que salió a sembrar (v.3). La primera situación de la siembra es que parte de la semilla cayó junto al camino y vinieron las aves y se la comieron (v. 4). La segunda situación es que parte cayó entre pedregales, donde la semilla brotó, pero, por no tener raíz, cuando vino el sol se secó (vs. 5-6). El versículo 7 habla de la tercera situación: parte cayó entre los espinos que ahogaron la semilla. La cuarta situación es la de la semilla que cayó en buena tierra y produjo fruto: a ciento, a sesenta y a treinta por uno (v.8).
En los versículos 19 al 23, el Señor Jesús explicó la parábola del sembrador. Si Él no la hubiese explicado no lo hubiéramos entendido, porque es un misterio y el Señor no quiere que todos la entiendan. En los versículos 16 y 17 Él dijo a los discípulos: "Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron". ¡Gracias al Señor, somos bienaventurados!
Palabra clave: Negociar los talentos
Pregunta: ¿Qué es la manifestación del reino de los cielos?
Dong Yu Lan
Derechos reservadoa a:
Editora “Arvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!