Negarse a sí mismo... y alimento matutino (jueves)

hgo

2
5 Septiembre 2001
3.029
1
PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 7 --- La Iglesia en Jerusalén Sufre Gran Persecución
Leer con oración: Mt 16:16-19, 24-26; Ro 8:9-10; 10:13; 1 P 1:9
"Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame" (Mt 16:24)
NEGARSE A SÍ MISMO, TOMAR SU CRUZ Y SEGUIR AL SEÑOR
Después de haber reprendido a Satanás en Pedro, el Señor dijo en Mateo 16:24-26: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”. El Señor Jesús habló esto inmediatamente después que la iglesia fuera revelada (v. 18). La vida de la iglesia es una vida de seguir al Señor, negándose a uno mismo, tomando la cruz y perdiendo la vida del alma. Lo que hacemos en la vida de la iglesia es seguir al Señor y no a los hombres.
Necesitamos de espíritu de discernimiento para que en la iglesia no haya lugar para las cosas del alma natural o de la voluntad del hombre. Tenemos que remover todas esas cosas, tomar la cruz y seguir al Señor. Él fue a la cruz sólo una vez y para siempre, pero nosotros necesitamos tomar la cruz cada día. En la vida de la iglesia, cada uno debe tomar su cruz para hacer morir su ego, y siempre que las cosas anímicas se manifiesten necesitamos aniquilarlas.
Al negarse a si mismo, tomar la cruz y perder la vida del alma, el fin no es el sufrimiento, sino muerte y resurrección. Cuando invocamos el nombre del Señor (Ro 10:13), nuestro espíritu humano es regenerado y salvo (8:9-10). Pero aún necesitamos continuar invocando el nombre del Señor para obtener el fin de nuestra fe: la salvación de nuestra alma (1 P 1:9). Siempre que la vida del alma se manifiesta, debemos tomar la cruz invocando el nombre del Señor.
Gracias al Señor, cuando vivimos por el espíritu, sabemos lo que es rechazar lo que nos conduce a la muerte espiritual, y lo que es aceptar lo que puede darnos vida. Esta es una lección que necesitamos aprender, pues negando la vida del alma hoy, ganaremos la salvación del alma en el futuro (Mt 16:25).
Para que permanezcamos firmes en la iglesia, son necesarias dos cosas: tener revelación, como Pedro tuvo acerca de Cristo, el Hijo del Dios vivo, y acerca de la iglesia (Mt 16:16-19); y también, negarnos a nosotros mismos, tomar la cruz y perder la vida del alma. La iglesia es edificada sobre la roca de la revelación y con la práctica de negarnos a nosotros mismos.
Punto Clave: Revelación y negarnos a nosotros mismos
Pregunta: ¿Por qué, después que Pedro obtuvo la revelación de Cristo y la iglesia, el Señor habló sobre el negarse a sí mismo (Mt 16:24 y 25)?
Dong Yu Lan
Derechos resevados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!

-----------------------------
SEMANA 11 — DÍA 4
Alimento matutino
1 Co. 3:13-15 La obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego es revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego mismo la probará. Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno es consumida, él sufrirá pérdida, pero él mismo será salvo, aunque así como pasado por fuego.
Mt. 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de iniquidad.
En 1 Corintios 3:13…la expresión el día se refiere al día de la segunda venida de Cristo, cuando Él juzgará a todos Sus creyentes (4:5; Mt. 25:19-30; 2 Co. 5:10; Ap. 22:12). El fuego del versículo 13 denota el fuego del juicio del Señor (Mal. 3:2; 4:1; 2 Ts. 1:7b, 8; He. 6:8), que pondrá de manifiesto la obra de cada creyente y la probará y juzgará…Ninguna obra de madera, heno y hojarasca podrá resistir aquella prueba, sino que será consumida. En el versículo 14 … la obra que permanece tiene que ser de oro, plata y piedras preciosas, los cuales son el producto de los fieles ministros de Cristo. Tal obra será recompensada por el Señor, quien vendrá y juzgará. La recompensa se basa en la obra que el creyente realiza después de ser salvo, y es diferente de la salvación, la cual se basa en la fe en el Señor y en Su obra redentora. (Estudio-vida de 1 Corintios, págs. 237-238)
Lectura para hoy
Debido a que estoy consciente de lo serio que es usar cosas naturales para edificar la iglesia, por la misericordia del Señor me he esforzado con toda diligencia por no introducir cosas chinas al recobro del Señor en este país. Además, ciertamente no quiero que nada de lo mío influya en la edificación de la iglesia. Ninguno de nosotros debe edificar la iglesia según lo que somos en nuestro ser natural. No debemos permitir que nada que provenga de nosotros se introduzca en la iglesia … Si la iglesia expresa el carácter o el ser natural de los que presiden, esto indica que, por lo menos en cierto grado, la iglesia ha sido edificada con heno, es decir, que se ha introducido en ella algún elemento del hombre natural, del hombre que no ha sido redimido. Dicho elemento no ha sido redimido, eliminado ni reemplazado por Cristo.
En el capítulo 3 Pablo en efecto decía a los creyentes de Corinto: “Ustedes son plantas en la labranza de Dios. Ahora necesitan cultivar a Cristo. Cuanto más crezcan, más llegarán a ser oro, plata y piedras preciosas, aptas para el edificio de Dios. No pongan ningún otro fundamento además de Cristo. No exalten ninguna cosa, ninguna persona, ninguna doctrina ni ninguna práctica. Sencillamente edifiquen sobre el fundamento ya puesto, el cual es el Cristo todo-inclusivo. Miren que no edifiquen sobre este Cristo con elementos griegos, sino con la naturaleza del Padre y con la redención del Hijo, los cuales redundan en la obra transformadora del Espíritu. Si hacen esto, la iglesia será de oro, plata y piedras preciosas”. En el versículo 15 Pablo da una advertencia… La obra de madera, heno y hojarasca sólo sirve para ser quemada. Dicha obra será consumida por el fuego del juicio que el Señor ejecutará a Su venida.
Cuando Pablo dice: “Él sufrirá pérdida”, se refiere a la pérdida de la recompensa, no de la salvación. Sufrir pérdida en este contexto no significa perecer. La salvación que recibimos en Cristo no es por nuestras obras (Tit. 3:5), y es eterna e inmutable en naturaleza (He. 5:9; Jn. 10:28-29). Por tanto, los creyentes cuyas obras cristianas no sean aprobadas por el Señor que juzga, y quienes por eso sufran la pérdida de la recompensa, serán salvos de todos modos. La salvación que Dios da gratuitamente a todos los creyentes perdurará por la eternidad, pero la recompensa que el Señor da sólo a los creyentes cuyas obras cristianas Él apruebe, corresponde a la era del reino. La recompensa es un aliciente para su obra cristiana, y no es dada a todos los creyentes. Aunque serán salvos los creyentes cuyas obras cristianas no sean aprobadas por el Señor cuando Él regrese, ellos serán salvos como pasados por fuego. La expresión pasados por fuego ciertamente indica castigo… Esto nos debe servir de advertencia solemne hoy con respecto a nuestras obras cristianas. (Estudio-vida de 1 Corintios, págs. 244-246)
Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Corintios, mensaje 27; Cómo ser un colaborador y un anciano y cómo cumplir con sus deberes, cap. 6
Witness Lee
Derechos reservados a: Living Stream Ministry
¡Jesús es el Señor