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Tengo pues, la necesidad de escribir para contrarrestar un movimiento que vertiginosa y peligrosamente ha tomado mucho auge en nuestras iglesias durante las últimas décadas. La espiritualización de las emociones y la exaltación de las mismas a un grado “plus ultra” que poco tiene de real. Además de que se rechaza tajantemente el valor del conocimiento y de la razón que es virtud y don de Yahvé. Así también pretendo proveer una guía básica de lo que es la adoración a Yahvé y lo que significa en su totalidad el concepto de adorador.
Adorar a Dios es una de las cosas que como cristianos hacemos. Es la muestra irrefutable de nuestro amor, pasión y devoción a ese ser superior que nos ha dado vida, salvación en fin la totalidad de lo que somos y tenemos. La Adoración se define como un estilo de vida. El estilo de vida del que adora a Yahvé es uno pleno, de sometimiento voluntario a la voluntad de Dios. En este sometimiento somos verdaderamente libres aunque a la luz de la razón parezca imposible.
El adorar a Dios es integral y cubre todas las áreas de la vida. Desde el desenvolvimiento del individuo en la Iglesia hasta la forma en la que se comporta en la sociedad. Ejemplo de esto es que un verdadero adorador tiene la necesidad de participar en la política publica de su país, p.e. velar como buen y fiel mayordomo por las decisiones que se hacen entorno al medio ambiente creación de Dios. También un verdadero adorador tiene la necesidad de hacer obra social, es decir filantropía. Estos son solo varios ejemplos de lo que es la verdadera adoración y sus alcances en la vida del ser humano.
Sin embargo estas realidades se han trastocado a lo largo de los años y las definiciones de los conceptos han ido variando por lo que hoy cuando hablamos de adoración muchas veces lo hacemos pensando en otras cosas. Quien nos escucha usar estos términos piensa muy distinto a lo que significaron en un principio.
Hablando de adorar hoy tendemos decir que es un mover del Espíritu el cual encontramos cuando sentimos que nos vamos en un viaje de éxtasis falaz donde todo es emoción y no hay sustancia real. Qué sucede, el éxtasis emocional puede tener influencia del Espíritu (1 S 10:5, 2 R 3:15) pero el culto y la adoración a Dios es integral y por esto es racional tanto como emocional (Rm. 12:2). El balance que debe haber en la adoración es una línea bien fina, tan pequeña que es fácil de cruzar, por lo que fácilmente se puede perder el norte. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad (Jn. 4:24 NVI). El texto bíblico es claro, se debe adorar a Dios en espíritu, lo que jamás debe ser traducido como emociones.
Esta situación nos lleva a definir el término espíritu. Proveniente del griego, ‘Pneuma’ no es otra cosa que aire o aliento. Dios según las tradición sacerdotal insulfó este aliento al hombre para darle vida (Gen. 2:7). Este aliento que proviene del mismo Dios es lo que nos da la capacidad de relacionarnos con Él. El espíritu es la ¨ herramienta ¨ que tiene el hombre para poder entender los misterios de Dios. Basados en el texto joánico la única forma de comunicarnos con Dios que es Espíritu, es por nuestra condición de seres espirituales.
Muchos olvidamos que el Espíritu y la razón son cosas que deben ir de la mano ya que son parte de nuestra ¨ doble ¨ naturaleza. Por lo que la teología y la manifestación del poder del Espíritu Santo son cosas que la Iglesia Cristiana tiene que promover. Por esto, lo vital de una Educación Cristiana seria y transformadora que sea columna vertebral de la Iglesia. Si damos mayor énfasis a una u otra hemos perdido el balance que tiene que existir dentro de la Iglesia. Este planteamiento es quizás ajeno a la comunidad de fe (la Congregación), por no estudiarse con profundidad en la Iglesia resultando muchas veces en que no se comprende la importancia de este balance. Como decía San Jerónimo: ¨ el desconocimiento de la escritura es desconocimiento de Cristo.¨ Oseas 4:6 establece claramente que el pueblo es destruido por falta de conocimiento, y por rechazar el mismo, nuestro sacerdocio esta en juego.
Tomando el ejemplo de Jerónimo, un hombre preocupado por la educación integral del pueblo. Podemos decir que la razón principal de su trabajo de traducción bíblica fue que el pueblo pudiera educarse en las Sagradas Escrituras para ser transformados por Cristo y el Espíritu Santo. Que no fueran meros espectadores, ni conocedores de oídas. Sino que pudieran afirmar ¨ De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.¨ (Job 42:5 RV60). Promover solo la teología o solo las manifestaciones del Espíritu lo que provocan en la Iglesia es; que solo conozcamos a medias mientras que si existe un desarrollo integral podemos ver con nuestros ojos todo el propósito de Dios para nuestras vidas.
Muchos de los detractores de la línea del pensamiento ilustrado usan de excusa el texto de Pablo de que la letra mata y el espíritu vivifica (2 Corintios 3:6). Un grave error interpretativo, consecuencia de una pobre exégesis. Por esta razón, nos hace falta que los laicos hagan teología y la conozcan, esta responsabilidad no es solo de los pastores. Además la teología debe ser seria, objetiva y educada. Porque en el texto, Pablo de lo que habla es de su experiencia. El conocía toda la ley y era irreprensible ante su justicia (Filipenses 3). Pero, sin la verdadera experiencia que vivió en el Espíritu y la revelación única que viene de Él nunca hubiera alcanzado la vida eterna.
Porque lo que nos salva no es el conocimiento por si mismo sino el Dios del conocimiento pero, para poder ser salvos hay que conocerle y saber en quién se está creyendo (Rm. 14:22-23). Pablo puso su teología y su conocimiento al servicio de Dios (Flp.3:8) Su sensibilidad ante el Espíritu fue lo que creo la Doctrina del Cristianismo y lo que le permitió llegar a comunidades como Roma y Corinto. Comunidades educadas a las cuales Pedro con todo el Espíritu jamás podría haber llegado de la forma que lo hizo Pablo. Debemos recordad que Pedro era un hombre distinto a Pablo y el propósito o misión de Dios para el era muy distinto. Era mucho mas impulsivo y no tenia todo el conocimiento teológico pues su educación quizá no era mucha. Tal era el caso de que muchos de los fariseos de la época no pensaban que el movimiento de los del Camino durara mucho o que fuera a tener grandes repercusiones (Hechos 5:34-42). La razón para esto, sus líderes eran simples pescadores, lo que a su juicio no les constituía una amenaza real. Esto no debe nunca hacernos pensar que el ministerio de los otros apóstoles fue menor que el de Pablo (Mt. 5:19). Pues cada cual vio el propósito de Yahvé cumplirse en su vida (Sal. 138:8). Cada uno cumplió con la misión individual que le fue encargada para juntos todos en el colectivo cumplir con la Gran Comisión de Jesús (Mc. 16:14-16). Pues unos sembraron y otros regaron mas es Dios quien dio y sigue dando el crecimiento para que ninguno se envanezca (I Cor. 3:6).
Enajenados de esta realidad bíblica de la educación y del conocimiento muchos dicen que la filosofía es mala y es lo que ha dañado a la Iglesia. Pero, qué es la filosofía. Filosofía viene de la composición de dos palabras del Griego: “Fileos” que quiere decir querer y “Sofía” que quiere decir sabiduría. Entonces, la Filosofía no es otra cosa que querer saber o querer sabiduría.
¿Qué dice el Texto bíblico sobre la sabiduría? En Proverbios, el libro de la sabiduría Hebrea, dice que el principio de la sabiduría es el temor a Yahvé. Por lo que el vivir en adoración a Dios nos da sabiduría. Entonces dice el mismo libro en el capítulo ocho (8) que la sabiduría era con Dios desde el principio. Por lo cual, la filosofía provenía desde los comienzos, pues nuestro Dios es sabio y todo el que le conocía y le adoraba recibía la sabiduría de Él (2Cro.1)
Este capítulo ocho (8) hace una clara alusión mesiánica donde encontramos una cristofanía que puede ser comparada con el “Logos” de Juan en su capítulo uno (1). Podemos decir y afirmar que la sabiduría plena de Dios la cual dicta la filosofía cristiana esta en CRISTO y es la que hace Teología, claro está siempre revelada por el Espíritu Santo pues éste entra a lo más profundo de Dios y de sus pensamientos (I Cor. 2:11-12).
«El Espíritu del Señor está sobre mí» (Lc 4, 18). En su bautismo Jesús había recibido el Espíritu y con la fuerza del Paráclito, se manifiesta como el Mesías prometido. El es « el ungido en el sentido de que posee la plenitud del Espíritu de Dios », aquel que posee « esta plenitud del Espíritu en sí y al mismo tiempo para los demás, para Israel y para todas las naciones ».(Dominum et vivificantem, 17) Esta afirmación de Juan Pablo II en uno de sus discursos nos hace claro que por medio de Cristo recibimos la plenitud del Espíritu lo que se traduce en dones de servicio y sobrenaturales, en el pleno conocimiento de la voluntad divina para nuestras vidas y en la revelación especial de Dios y de sus misterios.
Dado a nuestra naturaleza sensacionalista, tendemos a buscar los dones sobrenaturales como el don de lenguas y el de profecía. Sin embargo el texto bíblico es claro cuando habla de los dones en especial de estos dos. Las lenguas son buenas pero solo cumplen la función de adorar a Dios y al menos que haya traducción deben hacerse para si mismo pues quien adora en lenguas solo el se edifica. Pablo en su primera epístola a los Corintios en el Capítulo catorce (14) luego de hablar sobre los ¨ carismas ¨ y del Amor como el mas grande de estos dice que quien da acción de Gracias en el Espíritu aun cuando lo esta haciendo excelentemente para el lo hace pues para el hermano nada sirvió pues no le es entendido (1 Cor. 14:17).
Sobre el carisma de la profecía debemos entender que la Iglesia es profeta y sus ministros son profetas de Dios. No estamos ya hablando un profeta de éxtasis como los profetas del Yahvismo en el Viejo Testamento sino del mensaje Redentor del Evangelio. Es decir el Kerygma. Esta predicación es una de restauración, donde se emplaza al individuo a comenzar una vida nueva y se denuncia el pecado y las cosas que están en error ante Dios. La denuncia de las cosas que son aberrantes y abominación a Dios siempre fue una característica del profeta ayer y lo es hoy.
La Iglesia que no hace teología no entiende estas cosas y como es más fácil tapar un roto con brea que corregir el problema, han sustituido el conocimiento teológico por la alabanza emocional. Ahora todo es alabanza y emoción cuando debería ser alabanza con la razón y la emoción recordando el dominio propio. Es por eso que llegamos a una de las grandes preocupaciones de la Iglesia de hoy. Muchas de nuestras iglesias están cambiando su formato para que sus servicios sean de ¨ADORACION¨.
Este concepto esta muy mal utilizado y se continúa usando mal. Si sabemos que la adoración es la ejecución de lo que es el Cristianismo, un estilo de vida integral de entrega a Dios donde se somete la voluntad del individuo a la de Dios de forma voluntaria. Donde se hace su voluntad y se trabaja para exaltar la gloria del gran Yo Soy. Por lo que debemos decir Cultos de Alabanza, por llamarlo de alguna forma, donde todo es música y cánticos en los cuales se han eliminado partes vitales de lo que debe ser la liturgia cúltica en especial en las iglesias históricas.
Mi experiencia personal me ha llevado a las siguientes conjeturas que no deben verse jamás como una cuestión incambiable o como la posición absoluta pero estas tienen mucho peso a la hora del análisis critico. El nuevo sistema cúltico de la adoración mística siempre termina siendo uno esquematizado. Se trata de romper con los programas para darle libertad al Espíritu pero al final termina siendo igual de litúrgico que el orden tradicional pero muchas veces sin sustancia real. ¿Por qué? Porque normalmente se siguen los diversos patrones que discutiremos a continuación:
1. Lento, lento, rápido, rápido: es el tipo de culto donde se comienza con música sublime que va apelando la emoción y luego sube la adrenalina del oyente creando un éxtasis emocional de sobre exaltación con brincos y un ¨gozo¨ de discutible motivación.
2. Rápido, rápido, lento, lento: es el tipo de culto que comienza con música fuerte de exaltación y termina en lo sublime en un viaje de sublimineidad, donde se desarrolla el pseudo concepto del cántico nuevo y todo es alabanza suave.
3. Mixto: es una mezcla de estos dos estilos o quizás uno nuevo.
De forma tal que se ha deformado el concepto y el orden cúltico amparándose en que se hace lo que el Espíritu diga. Pero, ¿qué dice el Espíritu y qué dicen las emociones del pseudo adorador? He aquí donde tenemos lo más difícil de nuestro análisis, que es del espíritu y de la emoción del que dirige.
Aún cuando muchos no quieran aceptar este método es un esquema que realmente no le da libertad al espíritu sino a la emoción. Porque darle libertad al Espíritu es lo que es ser cristiano. Como antes dije, someter mi voluntad y mi vida a la voluntad de Dios para que sea El quien mueva cada uno de mis pasos.
Claro está, no todo es malo siempre y cuando se tomen las medidas de precaución. Se puede cantar y alabar con libertad y con música movida o música sublime porque la adoración y la alabanza van conforme a la cultura. Pues el Espíritu trabaja con la cultura y con las personas de formas diferentes.
He aquí uno de los problemas con el método de alabanza cúltica de ahora, pretendemos que todos hagamos y adoremos igual. Pero, hay quien en el silbo apacible y la tranquilidad esta siendo tocado por el espíritu y que en medio de un revolú o de la algarabía no tiene ningún tipo de experiencia como puede ser todo lo contrario. He aquí porque debe de haber un balance y la necesidad de entender que si el hermano no siente de la misma forma que yo siento es porque él es un individuo distinto a mi y Dios trabaja de formas distintas con cada uno de nosotros.
Jamás debemos pensar o interpretar esto como que es menos espiritual que nosotros. Eso sería un pecado porque quien único escudriña los corazones es Yahvé Sebaot, y El es quien conoce la verdad de la vida de los que le adoran. Yo puedo aparentar mucho y al final mi corazón estar podrido, como también puedo verme muy serio y estar cumpliendo con lo que es ser un adorador en espíritu y en verdad.
Esa es otra situación preocupante. Adorador no es aquel que canta ni es el músico, ellos son parte de la liturgia de la iglesia, porque adorador es todo aquel que conoce a Cristo y se rinde a El haciendo las cosas para agradarle y agradecerle. Los adoradores somos todos en la congregación no solo unos pocos que hacen tal o cual labor. Otra vez vemos como la falta de teología y de conocimiento de conceptos básicos nos están creando problemas en la Iglesia. Esperemos que al analizar esto y podamos hacernos una evaluación para mejorar como Iglesia en este tercer milenio de Vida Cristiana.