Gisel: ¡hola hermana! un gusto escribirte, más sabiendo que trabajamos en la misma área: los jóvenes.
Te contaré que he trabajado en más de una oportunidad con los jóvenes de mi iglesia, y he logrado descubrir en parte cómo llegar a ellos. Pero mejor te cuento mi experiencia en vez de darte un consejo, para que así tu solita veas qué cosa te puede servir.
A principios de este año recibí una clase de jóvenes decaída, con muy baja asistencia y poca motivación para estudiar las Escrituras... menos motivación para participar en la clase en los temas que se trataban (baja asistencia llamo yo a 3 jóvenes que se reunían con un maestro. La asistencia de los jóvenes no era constante)
Como yo ya había trabajado antes con jóvenes, lo primero que hice fue intentar que entre ellos se creara un lazo de afecto, de amistad, POR SOBRE LA PARTE ESPIRITUAL. ¡es casi una inconveniencia!, pero me di cuenta de que si ellos no sienten "que forman parte del grupo", si solamente se ven un día a la semana, un par de horas, poco lograría en la parte espiritual, así que mi primera tarea fue esa, lograr que se conocieran.
La primera actividad que hice fue, al iniciar la reunión, sacar de mi bolsillo un cordelito de poco más de 1/2 metro de largo, y explicarles que cada uno tendría que enrollarse el cordelito en su dedo mientras hablaba algo de sí mismo. Comenzé hablando de mí misma: nombre, edad, estado civil, hijos, comidas preferidas, gustos, cosas que no me gustan, etc., finalizando con: "estoy muy contenta de tener la oportunidad de trabajar con ustedes, espero que podamos ser buenos amigos" Así cada uno fue contando algo de sí mismo, (y como son jovenes y jovencitas, cuando alguien dijo: "no estoy pololeando", se produjeron risas y bromas entre ellos)
Sugerí un juego del amigo secreto, en el cual se juega cada semana mandándole cartas anónimas a una persona, la cual debe tratar de descubrir quién se las manda. Esto dura el tiempo que uno quiera, y se finaliza con la entrega de un regalo y el descubrimiento del amigo secreto.
También nos reunimos varias veces en mi casa, en las tardes de algunos días determinados, para estudiar las Escrituras, o conversar algún tema que nos interesara. También nos reunimos algunas veces para hacer trabajo comunitario o de limpieza y ornato de la iglesia.
Cuando ya habían adquirido confianza entre ellos, (a estas alturas el grupo se había duplicado) los mismos jóvenes solicitaron la participación formal en una serie de conferencias que se están realizando -todavía- en mi iglesia para estudiar el Apocalipsis. ¡es un tema complicado!, así que pedí 2 semanas para prepararnos. Obviamente nos juntamos varias veces a estudiar (siempre en mi casa, porque: 1) tengo una niña pequeña que no puedo dejar sola. 2) es más cómodo y se sienten más en confianza. 3) tenemos oportunidad de conocernos fuera del ámbito de la iglesia. Me dio mucho gusto ver con que seriedad tomaron su responsabilidad. Se preparaban durante la semana, se juntaban, se animaban entre ellos. Se conseguían libros, se los prestaban, aclarábamos dudas, ensayaban delante de nosotros. Distribuimos el trabajo entre varios. Milton y Daniela iban a hacer la exposición adelante. Jaime iba a hacer un diagrama con un período profético. Nora hizo un juego bíblico, y así... participaron prácticamente todos. (no te quiero aburrir con muchos detalles)
Resultado 1: Integración entre los jóvenes. Afecto, cercanía, generación de amistad verdadera entre ellos, y también entre ellos y yo.
Resultado 2: ¡lo que buscaba! interés de ellos por lo espiritual. Hay dos o tres ¡que estudian la Biblia cada día! se interesan por llevar visitas (jóvenes amigos de ellos que no son de nuestra iglesia) Aprenden a confiar en el poder de la oración por medio de situaciones específicas por las cuales hemos orado, y al ver los resultados se ve la mano poderosa de Dios en nuestro medio.
Resultado 3: Participación de los jóvenes en la iglesia. (He conversado con "los adultos" haciéndoles ver que deben tener una relación más cercana con ellos: saludarlos por su nombre, con afecto, interesarse por cada uno de ellos... y el resultado ha sido muy bueno. ¡tienen un partido de baby-futbol entre los jóvenes y los adultos!) Se sienten integrados a ella. Ahora es "su" iglesia.
Bueno, las bendiciones de nuestro Dios son muchas, El se interesa grandemente por los jóvenes, tanto como por cada uno de nosotros. Sólo hace falta que nosotros comprendamos que ellos son valiosos y que el Señor les tiene mucha paciencia y misericordia.
Los temas de baja espiritualidad los hemos enfrentado conversando directamente, "derechamente", sin dobleces ni ocultando cosas que son importantes. A veces hemos tenido que hablar sobre algunos problemas de la iglesia, pero lo hemos hecho con amor, con el propósito de crecer, evitando criticar ni juzgar.
¿resultado 4? La cantidad de jóvenes que asiste regular y puntualmente a la iglesia prácticamente se ha ¡cuadruplicado! ¡bendito sea Dios! ¡toda la gloria para Él! ¿ves que se interesa en los jóvenes?
Respecto a las prédicas.
también he tenido la oportunidad de hacerlo. como primera cosa, intento elegir temas DE CRECIMIENTO. lOS TEMAS DE REPRENSIÓN LOS DEJO PARA LAS REUNIONES EN PRIVADO, Y AUN AHÍ LES DOY UN CARÁCTER DE CONSEJERÍA Y APOYO.
cuando son temas de doctrina me documento mucho. estudio mucho y hago que la prédica sea interesante agregando diagramas, gráficos, carteles con palabras importantes destacadas, de tal forma que las personas que están siendo exortadas no se aburran, y hasta los niños se interesen.
Bueno, querida hermana Gisel. Me alegra poder compartir contigo mi experiencia. Dios quiera que te sirva, y por sobre todas las cosas ORA MUCHO para que sea Dios quien hable por tí. Pídele que sea SU mensaje, y no el tuyo. prepárate bien, y luego confía en Él.
También te pido que ores por mí, por el grupo de jóvenes de mi iglesia, y por los tuyos. para que el Señor se manifieste a ellos en su propia vida.
¡Bendiciones para tí y para tu ministerio! <IMG SRC="beso.gif" border="0"> <IMG SRC="radiante.gif" border="0">
Tu hermana.
Geo
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