MI REFLEXION ANTE EL EVANGELIO

11 Diciembre 2007
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CUARTO DOMINGO DE CUARESMA


Ante mis ojos encuentro uno de los evangelios (Jn. 3, 14-21) que habla de Jesús como el Enviado, de quien le ha enviado y de la fe en ambos: “Tanto amó Dios al mundo, que mandó a su Hijo no para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve con él por un juicio que se realiza en la aceptación o rechazo”. Un juicio, según el evangelio, consistente en que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Esta luz es el objeto de nuestra fe en la persona de Jesucristo libre y amorosamente entregado y no las consecuencias de ese amor modélico que le llevaron a la muerte.
Estoy convencido que quien salva es la luz del amor de Cristo, no el dolor, el sufrimiento y la pasión. Estas realidades son la consecuencia de la entrega y del amor en la vida, por ello quien ilumina, realiza y salva es el mismo amor vivido en cada momento.
Por ello, acercarse a la luz y realizar la verdad del amor, es el camino de la Redención personal y participativa de la obra redentora de Cristo.
No se, pero me parece a mí que en este momento tendría que preguntarme:
¿Con que aptitudes asumo el sufrimiento y el dolor de mi existencia?
¿Dejo que la luz del amor brille en los momentos de dolor y dificultad?
¿Trato mi sufrimiento con amor y con ese mismo amor trato de acercarme a otros que también sufren?
¿Pienso que la fuerza salvadora brota; de la muerte en Cruz, del amor repartido o de la libertad amorosa?

Me convendría recordar la hermosa frase de San Francisco “El amor no es amado”
 
Re: MI REFLEXION ANTE EL EVANGELIO

CUARTO DOMINGO DE CUARESMA


Ante mis ojos encuentro uno de los evangelios (Jn. 3, 14-21) que habla de Jesús como el Enviado, de quien le ha enviado y de la fe en ambos: “Tanto amó Dios al mundo, que mandó a su Hijo no para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve con él por un juicio que se realiza en la aceptación o rechazo”. Un juicio, según el evangelio, consistente en que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas.
Esta luz es el objeto de nuestra fe en la persona de Jesucristo libre y amorosamente entregado y no las consecuencias de ese amor modélico que le llevaron a la muerte.
Estoy convencido que quien salva es la luz del amor de Cristo, no el dolor, el sufrimiento y la pasión. Estas realidades son la consecuencia de la entrega y del amor en la vida, por ello quien ilumina, realiza y salva es el mismo amor vivido en cada momento.
Por ello, acercarse a la luz y realizar la verdad del amor, es el camino de la Redención personal y participativa de la obra redentora de Cristo.
No se, pero me parece a mí que en este momento tendría que preguntarme:
¿Con que aptitudes asumo el sufrimiento y el dolor de mi existencia?
¿Dejo que la luz del amor brille en los momentos de dolor y dificultad?
¿Trato mi sufrimiento con amor y con ese mismo amor trato de acercarme a otros que también sufren?
¿Pienso que la fuerza salvadora brota; de la muerte en Cruz, del amor repartido o de la libertad amorosa?

Me convendría recordar la hermosa frase de San Francisco “El amor no es amado”

Escudriña las Escrituras Manchego.
La crucificcion del Señor es la prueba mas grande de amor que Dios nos ha dado. Por eso le amamos porque el nos amo primero. La crucificcion de Jesus se dio , porque asi tenia que suceder , era parte crucial del plan de salvacion de Dios. Asi que la crucificcion de Jesus y el amor de Dios estan ligados uno con otro. Cuando el ser humano entiende en su corazon , que Dios se hizo hombre , se humillo a si mismo por nosotros, nos ama y perdona por la sangre de Jesus, entonces el verdadero amor de Cristo empieza a fluir en nosotros como consecuencia de un agradecimiento profundo en nuestro corazon por el amor que Dios nos tiene.

Que Dios te bendiga Manchego