Es increible la forma de actuar de nuestro Señor.
Durante años he conocido a Pablo, mi mejor amigo. lo conocí en el colegio, cuando ambos teníamos solo 11 años de edad. Crecimos juntos, y nuestra amistad fue tan fuerte que ni siquiera el hecho de que él se haya cambiado de colegio, y yo de casa lograron distanciarnos.
Yo crecí en una familia cristiana evangélica, mientras que Pablo fue instruido bajo la religiosidad católica. Pude ver cómo en su infancia y adolescencia temprana cumplió con los sacramentos de primera comunión y luego la confirmación.
Aunque eramos muy cercanos, nunca discutí con él temas relacionados con la religión... más que nada porque yo en un principio no estaba muy seguro de entender del todo la posición de mi doctrina y por otro lado porque cada vez que se tocaba el tema de la Virgen, Pablo mostraba las púas como un puerco-espin al que lo atacan
Con el tiempo Pablo se alejó de su iglesia por completo. Cayó preso del post-modernismo de la sociedad actual. Esto se acentuó aún más cuando empezamos la Universidad. Debo confesar que estuve a punto de dejarme arrastrar también , pero el Señor me rescató y me hizo tomar conciencia de lo importante que es guardar el testimonio en especial en los momentos en que es más fácil ceder a las tentaciones. Hice al fin, en mi segundo año de universidad un compromiso real con Jehová de hacer "Todo lo que Él me diga"...
Sabía que esto incluía también el testificar a mis amigos.
Es curioso, pero siempre me fue mucho más fácil hablar de las cosas del Señor con mis amigos no tan cercanos. Lo que es el grupito de 2 o 3 que son como mis "hermanos" jamás me atreví a enfrentarlos directamente. Entre estos estaba como es lógico, Pablo.
Una de mis otras amigas más cercanas es Carolina. Su familia es evangélica, al menos nominalmente, por lo que pensé que empezar compartiendo el amor de Cristo con ella sería una forma fácil de empezar. La invité a mi iglesia, y asistió gustosa, pero solo por cuatro meses. Luego se alejó.
¿Qué pasa Señor? era mi pregunta diaria... Pues si a ella, que al menos ya conocía al Señor me fue imposible predicarle la verdad, ¿que esperaba para el resto de mis amigos?
Pero mi Señor es perfecto, Él sabía lo que estaba haciendo.
El año pasado (2001) fue un año terrible para mis amigos. Pablo tuvo problemas en la universidad, y las malas amistades le hicieron tocar fondo. El año de Carolina no fue tan bueno tampoco, en especial por su relación con su novio. Sin embargo, para mi las bendiciones estuvieron a la orden de día. No es que yo crea en la "doctrina de la prosperidad" ni mucho menos, pero el año pasado pude realmente apreciar cómo Dios me guardó y me ayudó a dar un testimonio a mis amigos, de que los Cristianos realmente somos diferentes...
Bueno, la cosa es que finalmente Dios tomó a Pablo en sus brazos y restauró las heridas que acarreaba desde tanto tiempo ya. Limpió sus lágrimas y le dio vida nueva... ¡y yo fui parte de eso!.. El Señor nos usó a mí y a mi novia para ese fin...
Mientras yo esperaba que Carolina fuese quien reaccionara primero, Jehová dispuso que fuese Pablo quien reconociera a Jesús como su Salvador...
¡¡estoy tan agradecido Señor!!... Al fin has respondido mis oraciones... El 2002 es un año de gozo para mí.
Ahora solo hay que seguir adelante, se que el Señor hara crecer a Pablo más y más en su Palabra y que también tiene grandes bendiciones para Carolina...
Oren por sus amigos, y no se cansen en hablarles sobre lo maravilloso que es nuestro Señor Jesucristo... Él es fiel en completar su obra...
¡Bendiciones!
Durante años he conocido a Pablo, mi mejor amigo. lo conocí en el colegio, cuando ambos teníamos solo 11 años de edad. Crecimos juntos, y nuestra amistad fue tan fuerte que ni siquiera el hecho de que él se haya cambiado de colegio, y yo de casa lograron distanciarnos.
Yo crecí en una familia cristiana evangélica, mientras que Pablo fue instruido bajo la religiosidad católica. Pude ver cómo en su infancia y adolescencia temprana cumplió con los sacramentos de primera comunión y luego la confirmación.
Aunque eramos muy cercanos, nunca discutí con él temas relacionados con la religión... más que nada porque yo en un principio no estaba muy seguro de entender del todo la posición de mi doctrina y por otro lado porque cada vez que se tocaba el tema de la Virgen, Pablo mostraba las púas como un puerco-espin al que lo atacan
Con el tiempo Pablo se alejó de su iglesia por completo. Cayó preso del post-modernismo de la sociedad actual. Esto se acentuó aún más cuando empezamos la Universidad. Debo confesar que estuve a punto de dejarme arrastrar también , pero el Señor me rescató y me hizo tomar conciencia de lo importante que es guardar el testimonio en especial en los momentos en que es más fácil ceder a las tentaciones. Hice al fin, en mi segundo año de universidad un compromiso real con Jehová de hacer "Todo lo que Él me diga"...
Sabía que esto incluía también el testificar a mis amigos.
Es curioso, pero siempre me fue mucho más fácil hablar de las cosas del Señor con mis amigos no tan cercanos. Lo que es el grupito de 2 o 3 que son como mis "hermanos" jamás me atreví a enfrentarlos directamente. Entre estos estaba como es lógico, Pablo.
Una de mis otras amigas más cercanas es Carolina. Su familia es evangélica, al menos nominalmente, por lo que pensé que empezar compartiendo el amor de Cristo con ella sería una forma fácil de empezar. La invité a mi iglesia, y asistió gustosa, pero solo por cuatro meses. Luego se alejó.
¿Qué pasa Señor? era mi pregunta diaria... Pues si a ella, que al menos ya conocía al Señor me fue imposible predicarle la verdad, ¿que esperaba para el resto de mis amigos?
Pero mi Señor es perfecto, Él sabía lo que estaba haciendo.
El año pasado (2001) fue un año terrible para mis amigos. Pablo tuvo problemas en la universidad, y las malas amistades le hicieron tocar fondo. El año de Carolina no fue tan bueno tampoco, en especial por su relación con su novio. Sin embargo, para mi las bendiciones estuvieron a la orden de día. No es que yo crea en la "doctrina de la prosperidad" ni mucho menos, pero el año pasado pude realmente apreciar cómo Dios me guardó y me ayudó a dar un testimonio a mis amigos, de que los Cristianos realmente somos diferentes...
Bueno, la cosa es que finalmente Dios tomó a Pablo en sus brazos y restauró las heridas que acarreaba desde tanto tiempo ya. Limpió sus lágrimas y le dio vida nueva... ¡y yo fui parte de eso!.. El Señor nos usó a mí y a mi novia para ese fin...
Mientras yo esperaba que Carolina fuese quien reaccionara primero, Jehová dispuso que fuese Pablo quien reconociera a Jesús como su Salvador...
¡¡estoy tan agradecido Señor!!... Al fin has respondido mis oraciones... El 2002 es un año de gozo para mí.
Ahora solo hay que seguir adelante, se que el Señor hara crecer a Pablo más y más en su Palabra y que también tiene grandes bendiciones para Carolina...
Oren por sus amigos, y no se cansen en hablarles sobre lo maravilloso que es nuestro Señor Jesucristo... Él es fiel en completar su obra...
¡Bendiciones!