México es una nación muy próspera, pero como está sucediendo a España, han entrado los populismos de tendencia comunista para acabar con las empresas.
El mierdero político mexicano cambia los colores, pero los rostros son los mismos.
Mi país se ha manejado por conveniencias; los señores feudales del narcotráfico compran voluntades de servidores públicos para que el negocio siga funcionando. Te puedo asegurar que incluso hay políticos que tienen sus dos fuentes de ingresos: uno con pistolas y otro con nombramientos. Mientras que a los pobres los entretengan con espejitos y tontitas promesas, todo seguirá igual hasta que Dios ponga el dedo y el valle de Anáhuac se estremezca y se derrumbe en una inundación épica.
Es cuestión de tiempo.