Sí, ya has visto Elena. Soy milagroso,
Voy a contar, con su permiso, la historia de Anónimo3, aunque espero que él mismo pueda ratificar o desmentir cualquier dato que dé.
Anónimo es un hombre casado con una mujer que no puede ni ver a los evangélicos. ¿Porqué? Porque tuvo la amarga experiencia de ver como unos pentecostales estuvieron a punto de volver loca a su madre. En una campaña evangelística de esas tan "famosas" en las que se va con carpa de circo, su madre, enferma durante muchos años, acudió a la carpa para ver qué era aquello. Cuando llegó el momento de la sanidad, a esta buena mujer la empezaron a querer expulsarla demonios y a pegar gritos alrededor de ella. No contentos con la cosa, en los días siguientes fueron a su casa para continuar con la "liberación" y ya os podéis imaginar el efecto que puede causar en una muchacha joven el ver a unos cuantas personas dando voces y hablando en una jerga ininteligible alrededor de su madre. Acabó expulsándolos de la casa. La madre, por supuesto, no se sanó.
El caso es que Anonimo3 se casó con esa chica, y al cabo del poco tiempo, escuchando Radio Amistad, llegó a hacerse evangélico. Su esposa se opuso desde el primer momento a ir a nada que oliera a evangélico porque ella asociaba el ser evangélico a estar como una regadera.
Cada vez que anónimo3 quería compartirla del Señor, ella se cerraba en banda.
Él, como buen esposo, deseaba que su mujer entregara su vida al Señor pero se dio cuenta de que tal cosa podía llegar a ser imposible si eso tenía que significar que ella se hiciera evangélica.
Entonces empezó a pensar la posibilidad de "utilizar" a la Iglesia católica para que ella se acercara a Dios. Y eso fue lo que propuso en el Foro del Reino de Dios para que le aconsejáramos.
Un hermano episcopaliano pentecostal le animó a llevarla a misa para luego compartirla de lo que se había leído en la liturgia de la Palabra. Yo le dije lo que Fidelidad ha escrito.
Anónimo3 asistió primeramente a una misa en una de las parroquias de su pueblo y no le convenció nada por la actitud de la gente, pero cuando fue a otra parroquia, salió alucinado del espíritu que el sacerdote tenía a la hora de dar misa. Ese sacerdote ponía toda su alma en la predicación de la Palabra y en las oraciones.
¿Qué pasó?
Animó a su mujer a ir a esa iglesia, ella enseguida se quedó encantada del buen ambiente que se respiraba en esa parroquia y empezó a abrise a la Palabra de Dios.
Eso era lo que buscaba anónimo3 y eso fue lo que el Señor le concedió. Él decidió volver a la iglesia católica, donde se ha confirmado recientemente (vá más rápido que yo,
) y donde probablemente acabe siendo catequista de niños para la primera comunión. Están empezando a reunirse con otros matrimonios jóvenes comprometidos con la labor evangelizadora de la parroquia y su esposa se está integrando bastante bien.
Ahora bien, en el caso hipotético de que yo fuera el causante de lo que le ha pasado a anonimo3, ¿CUÁL ES EL PROBLEMA?
Yo desde luego tengo muy claro que es el Señor el que ha movido las piezas para que ellos estén donde están ahora. Lo verdaderamente importante es que una mujer que estaba totalmente cerrada al evangelio por la acción irresponsable de unos pentecostales, ahora está aprendiendo a experimentar el amor de Dios en su vida.
Si Dios ha querido que yo sea una de esas piezas, GLORIA A DIOS
Y a todos aquellos que patalean y me acusan de haber hecho lo que no saben si he llegado a hacer, les digo lo siguiente:
VOSOTROS NO PODRÉIS PARAR CON VUESTRO FANATISMO SECTARIO LO QUE EL SEÑOR JESUCRISTO VA A HACER EN MI PAÍS A TRAVÉS DE LOS HOMBRES Y MUJERES CATÓLICOS QUE VIVEN SU FE ENTREGÁNDOSE POR COMPLETO A LA LABOR DE REEVANGELIZAR ESTE PAÍS.
A Dios sea la gloria