Mensaje 8 para nuevos creyentes

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5 Septiembre 2001
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Mensaje 8
Vida cristiana: Desarrollo, crecimiento y madurez

Lectura bíblica

Jn. 3:6 …Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren.
Ro. 8:16 El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Regenerados en nuestro espíritu

Cuando un pecador se arrepiente, confiesa sus pecados, cree en el Señor Jesús e invoca Su nombre, en ese mismo momento Cristo como Espíritu vivificante entra en su espíritu para avivar su espíritu muerto, es decir, para regenerarlo en su espíritu. Inmediatamente esa persona llega a estar viva, contenta y alegre ... Ha habido un gran cambio en su vida. Este pecador ha sido salvo, ha sido regenerado, y ahora es un cristiano.

El Espíritu divino y el espíritu humano

Para experimentar la vida cristiana, sin duda debemos conocer a Dios, al Señor, a Cristo, como Espíritu. También debemos saber que tenemos un espíritu dentro de nosotros con el cual podemos disfrutar a este Espíritu. [Por lo tanto], el fundamento de la vida cristiana es el Espíritu que está con nuestro espíritu.
En el Nuevo Testamento... tres versículos que hablan del espíritu humano y del Espíritu divino [son: Juan 3:6; 4:24 y Romanos 8:16]. Juan 3:6 dice “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. El primer espíritu mencionado en este versículo es el Espíritu de Dios, y el segundo es nuestro espíritu. Esto significa que nuestro espíritu nace de Dios el Espíritu ... El nacimiento del espíritu en Juan 3:6 no se refiere al primer nacimiento, el nacimiento natural; sino al segundo nacimiento, el nacimiento espiritual. Todas las personas salvas han nacido dos veces ... El primer nacimiento, de parte de nuestros padres, es el nacimiento en la carne; el segundo nacimiento, de Dios, es el nacimiento en nuestro espíritu ... ¡Aleluya por el segundo nacimiento! Somos personas que procedemos del segundo nacimiento. Jamás debemos olvidarnos de los dos espíritus en Juan 3:6: el espíritu humano y el Espíritu divino.
Otro versículo precioso que habla de estos dos espíritus es Juan 4:24. Este versículo dice: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren”.
Aquí vemos otra vez que Dios es un Espíritu y que nosotros tenemos un espíritu. Si vamos a adorar a Dios, debemos adorarle en nuestro espíritu. Como seres humanos, tenemos numerosos órganos: ojos para ver, oídos para oír, una boca para hablar y comer, una nariz para oler y respirar, manos para trabajar y pies para caminar. También tenemos varios órganos internos, incluyendo un estómago para contener y digerir la comida. Además de todos estos órganos, tenemos un espíritu con el que podemos adorar a Dios.
El hombre fue hecho por Dios y para Dios. Fue hecho para adorar a Dios, para contactar a Dios, para recibir a Dios, para contener a Dios y aun para digerir a Dios. Puede ser que nuestra mentalidad religiosa sea ofendida por la idea de digerir a Dios. Sí, debemos digerir a Dios. El Señor Jesús dijo que El era el pan de vida y que nosotros debemos comerle (Jn. 6:35, 54-57). ¡Jesús es comestible! Si le comemos, también debemos digerirle. La función de este órgano que es nuestro espíritu es adorar, contactar, recibir, contener y digerir a Dios. Podemos llamar a este órgano nuestro estómago espiritual ... Este es el órgano con el cual digerimos a Dios. Debemos recibir a Dios en esta parte de nuestro ser.
El tercer versículo que trata de los dos espíritus es Romanos 8:16, el cual dice: “El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. Aquí vemos que el Espíritu divino da testimonio juntamente con nuestro espíritu. Muchas veces estos dos espíritus conversan entre sí. Nuestro espíritu podría decir: “Dios es mi Padre”, y el Espíritu divino dirá: “Amén”. El Espíritu divino podría decir: “Tú eres un hijo de Dios”, y nuestro espíritu dirá “¡Aleluya!”
Todos debemos familiarizarnos en detalle con estos tres versículos acerca de los dos espíritus. Acuérdense de que en Juan 3:6 nuestro espíritu nace del Espíritu; en Juan 4:24, nuestro espíritu adora al Espíritu; y en Romanos 8:16, el Espíritu da testimonio juntamente con nuestro espíritu. Estos tres versículos prácticamente lo incluyen todo. En Juan 3:6 nacemos de nuevo, en Juan 4:24 digerimos a Dios y lo disfrutamos, y en Romanos 8:16 andamos con Dios, vivimos por Dios, y somos uno con Dios en nuestro ser. Esta es la vida cristiana, el vivir cristiano.
Witness Lee. Living Stream Ministry
Henry