Mensaje 2 para nuevos creyentes

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5 Septiembre 2001
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Mensaje 2 para nuevos creyentes

Lectura bíblica

1 Jn. 5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
Ro. 8:16 El Espíritu mismo da testimonio juntamente con nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
1 Jn. 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama, permanece en muerte.

La Palabra de Dios confirma este hecho
¿Cómo podemos saber con certeza que somos salvos? Hay tres maneras de saberlo: En primer lugar, podemos saber que somos salvos por lo que la Palabra de Dios nos dice. La palabra del hombre no siempre es confiable, pero la palabra de Dios es segura y estable. Es imposible que Dios mienta (He. 6:18; Nm. 23:19). Lo que El dice permanece para siempre (Sal. 119:89).
Lo que Dios ha pronunciado no puede ser objeto de conjeturas. Su Palabra no es vaga ni abstracta, ya que nos ha sido dada de forma escrita, por medio de la Biblia. La Biblia es la palabra de Dios, inspirada por El mismo (2 Ti. 3:16). Por consiguiente, podemos recibirla, creerla y confiar plenamente en ella.
Las personas reciben una herencia mediante un testamento. Asimismo, las palabras del pacto, que se hallan escritas en la Biblia, nos fueron legadas por el Señor como un testamento (He. 9:15-16), y por medio de ellas podemos heredar las bendiciones de Su salvación. ¿Qué nos dice Dios acerca de la salvación? El nos dice que el camino de la salvación es una persona, Jesucristo (Jn. 3:16; 14:6; Hch. 10:43; 16:31). El afirma que todo aquel que crea que Jesucristo fue levantado de los muertos y que confiese con su boca que Jesús es el Señor, será salvo. El asegura que todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo (Ro. 10:9-13). ¿Ya hizo usted esto? ¿Ha creído en Cristo y ha confesado públicamente que El es su Señor? ¿Ha invocado Su nombre? De ser así, usted es realmente salvo. Y puesto que Dios lo dice, es un hecho establecido.

El Espíritu Santo da testimonio de ello juntamente con nuestro espíritu
[En segundo lugar], lo que la Biblia afirma externamente, el Espíritu Santo lo confirma en nuestro interior. En 1 Juan 5:10 se dice: “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo”. La certeza de nuestra salvación se basa en el testimonio que el Espíritu da juntamente con nuestro espíritu (Ro.8:16) … A todo aquel que cree en el Señor le gusta dirigirse a Dios, clamando: “Abba Padre”. Además, cada vez que le decimos “Abba Padre”, tenemos una dulce y agradable sensación en nuestro interior. Esto se debe a que somos hijos engendrados de Dios, a que tenemos la vida de Dios y a que el Espíritu del Hijo de Dios ha entrado en nosotros. Tal como para nosotros es espontáneo y dulce decirle “papá” a nuestro padre terrenal, asimismo nosotros también disfrutamos de llamar a Dios: “Abba Padre”. El hecho de que hagamos esto espontáneamente, e incluso teniendo una sensación dulce y agradable, comprueba que poseemos la vida de Dios y que somos hijos engendrados de Dios. Por lo tanto, mediante el testimonio interno que el Espíritu Santo da juntamente con nuestro espíritu, podemos saber con certeza que somos hijos de Dios y que somos salvos.
Nuestro amor por los hermanos lo confirma
[En tercer lugar] podemos saber con certeza que somos salvos, por el hecho de que amamos a los hermanos. En 1 Juan 3:14 dice: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos”. Ya que Dios es amor (1 Jn. 4:16), y nosotros tenemos Su vida, ciertamente tenemos el amor divino. Además, debido a que fuimos engendrados por Dios, espontáneamente amamos a aquellos que han sido engendrados por El (1 Jn. 5:1). Cuando una persona salva se encuentra con un hermano en el Señor, inmediatamente siente por él un afecto y un amor inexplicables. Por consiguiente, el amor que sentimos hacia todos los hermanos en el Señor demuestra que somos salvos. Esta es una prueba que brota de nuestra experiencia en vida, a la cual podemos llamar la prueba del amor. Debido a que hemos creído en el Señor, poseemos la vida divina y hemos pasado de muerte a vida; pero debido a que amamos a los hermanos, sabemos que tenemos esta vida y que hemos pasado de muerte a vida. Por lo tanto, basándonos en las palabras inequívocas de la Biblia, en la sensación que tenemos en nuestro espíritu, y en el amor que sentimos por los hermanos, podemos saber con certeza que somos salvos.
Witness Lee. Living Stream Ministry
¡¡¡Jesús es el Señor!!!
Henry