Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey. Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo. Gn. 14:17-20
Ya que hay una historia en la que Melquisedec bendice a Abraham con pan y vino en el Antiguo Testamento, que es una sombra, debe de haber también una historia sobre Melquisedec en el Nuevo Testamento, que es su realidad. Averigüemos cómo se cumplen en el Nuevo Testamento las profecías sobre el Melquisedec del Antiguo Testamento.
Jesús vino como el sumo sacerdote espiritual, pero llevó a cabo su ministerio empleando pan y vino como ofrendas a Dios, en lugar de sacrificar animales como acostumbraban hacer los sacerdotes de aquella época. Jesús nos prometió el perdón de pecados y la vida eterna, estableciendo un pacto, a través del pan de la pascua que es su cuerpo y del vino que es su sangre.
Así como en el Antiguo Testamento el Melquisedec físico bendijo a Abraham con bendiciones físicas mediante pan y vino, en el Nuevo Testamento Jesús, que era el Melquisedec espiritual, nos bendijo con la vida eterna por medio del pan y el vino de la pascua en Sion, según lo profetizado, y de acuerdo a la obra de Melquisedec.
A través del libro de Hebreos, confirmemos una vez más que Melquisedec realmente representa a Jesús, y que Jesús apareció como la realidad de Melquisedec.
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? […] Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Mt. 26:17-19, 26-28
Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. […] Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. He. 5:5-10
Jesús llegó a ser el sumo sacerdote según el orden de Melquisedec al bendecir al pueblo a través del pan y el vino de la pascua, a diferencia de los demás sacerdotes que sacrificaban animales. Está muy claro que Jesús es Melquisedec. Sin embargo, la Biblia dice que hay mucho que decir acerca de Melquisedec, pero que es difícil de explicar. Analicemos más profundamente el asunto de Melquisedec.
Ya que hay una historia en la que Melquisedec bendice a Abraham con pan y vino en el Antiguo Testamento, que es una sombra, debe de haber también una historia sobre Melquisedec en el Nuevo Testamento, que es su realidad. Averigüemos cómo se cumplen en el Nuevo Testamento las profecías sobre el Melquisedec del Antiguo Testamento.
Jesús vino como el sumo sacerdote espiritual, pero llevó a cabo su ministerio empleando pan y vino como ofrendas a Dios, en lugar de sacrificar animales como acostumbraban hacer los sacerdotes de aquella época. Jesús nos prometió el perdón de pecados y la vida eterna, estableciendo un pacto, a través del pan de la pascua que es su cuerpo y del vino que es su sangre.
Así como en el Antiguo Testamento el Melquisedec físico bendijo a Abraham con bendiciones físicas mediante pan y vino, en el Nuevo Testamento Jesús, que era el Melquisedec espiritual, nos bendijo con la vida eterna por medio del pan y el vino de la pascua en Sion, según lo profetizado, y de acuerdo a la obra de Melquisedec.
A través del libro de Hebreos, confirmemos una vez más que Melquisedec realmente representa a Jesús, y que Jesús apareció como la realidad de Melquisedec.
El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? […] Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Mt. 26:17-19, 26-28
Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec. […] Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. He. 5:5-10
Jesús llegó a ser el sumo sacerdote según el orden de Melquisedec al bendecir al pueblo a través del pan y el vino de la pascua, a diferencia de los demás sacerdotes que sacrificaban animales. Está muy claro que Jesús es Melquisedec. Sin embargo, la Biblia dice que hay mucho que decir acerca de Melquisedec, pero que es difícil de explicar. Analicemos más profundamente el asunto de Melquisedec.