UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
13 de agosto
La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu. Hebreos 4:12.
Algunos creyentes ponen mucho énfasis en usar bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15). En verdad la misma Escritura nos dice que su Palabra nos divide a nosotros; podemos estar errados en buscar de “trazar” la palabra, antes de permitir que la palabra haga su “trazo” en nosotros. ¿Estamos conscientes de esta característica potente y viviente de la palabra de Dios? ¿Opera en nosotros como una filosa espada de dos filos? ¿ O la manejamos a nuestro antojo como si fuera un libro más? Algo extraño en las Escrituras es que no apuntan a enseñarnos doctrina en forma sistemática. A veces pensamos que hubiera sido mejor si Pablo y los demás se hubieran unido en la preparación de un detallado manual de doctrina cristiana. Pero Dios no lo permitió así. ¡Qué fácil hubiera sido resolver algunas de nuestras discusiones teológicas! Pero pareciera que a El le agrada confundir a aquello que sólo se acercan a la Biblia intelectualmente. El quiere guardar a los hombres de una mera posesión doctrinal. Por el contrario, lo que procura es que Su verdad se posesione de ellos.
Meditaciones diarias
Watchman Nee
13 de agosto
La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu. Hebreos 4:12.
Algunos creyentes ponen mucho énfasis en usar bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15). En verdad la misma Escritura nos dice que su Palabra nos divide a nosotros; podemos estar errados en buscar de “trazar” la palabra, antes de permitir que la palabra haga su “trazo” en nosotros. ¿Estamos conscientes de esta característica potente y viviente de la palabra de Dios? ¿Opera en nosotros como una filosa espada de dos filos? ¿ O la manejamos a nuestro antojo como si fuera un libro más? Algo extraño en las Escrituras es que no apuntan a enseñarnos doctrina en forma sistemática. A veces pensamos que hubiera sido mejor si Pablo y los demás se hubieran unido en la preparación de un detallado manual de doctrina cristiana. Pero Dios no lo permitió así. ¡Qué fácil hubiera sido resolver algunas de nuestras discusiones teológicas! Pero pareciera que a El le agrada confundir a aquello que sólo se acercan a la Biblia intelectualmente. El quiere guardar a los hombres de una mera posesión doctrinal. Por el contrario, lo que procura es que Su verdad se posesione de ellos.