MEDITACIONES DIARIAS

hgo

2
5 Septiembre 2001
3.029
1
UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
5 de agosto

Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en Su Nombre. Juan 20:31.

En cierta oportunidad estaba tomando una serie de reuniones en un colegio del sur de la China. Me enteré que un viejo amigo y compañero de estudios se estaba desempeñando allí como profesor de Psicología, de manera que antes de comenzar con las reuniones, fui a verlo y le hable de Cristo. Después de escucharme cortésmente se sonrió y dijo: “No pierdas el tiempo en predicarme. Yo no creo que exista Dios”.
El día siguiente ante mi asombro, noté que al fin de la reunión se puso de pie testificando que había salvado. Me acerqué a el y le pregunté: “Cómo se produjo?” El respondió: “Después que te fuiste tome la Biblia que me habías dejado, y mis ojos fueron cautivados por las frases que aparecen en el primer capitulo de San Juan: `El siguiente día´. `El siguiente día´, `El siguiente día´ (vs 29, 35, 43). Me vino al pensamiento que el autor sabía de que estaba hablando. Lo veía todo. Era como quien escribe un diario. Y luego pensé: ¿Qué si después de todo hay un Dios? Sería un tonto no creer. Tu me habías dicho que yo podía orar aun al Dios de cuya misma existencia dudaba, así que me arrodillé y oré. No sé exactamente qué esperaba, pero al orar supe que había un Dios, Cómo, no lo puedo explicar, pero lo supe. Luego volvieron a mi las palabras de ese testigo ocular, llamado Juan. Ya que hay un Dios, pensé, Jesús tiene que ser su Hijo - ¡y fui salvado!”