Meditaciones 9. de noviembre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Proverbios 9:10.

¿Insensatez o sabiduría? La respuesta está sencillamente en postergación o en obediencia inmediata. Algunos de nosotros somos padres. ¡Cómo se diferencian los hijos en temperamento! Unos obedecen de inmediato, mientras que otros creen que con postergar la obediencia pueden esquivar la necesidad de hacer lo ordenado. Si tal es el caso, y somos lo suficientemente débiles como para dejarles la posibilidad de escape, el que posterga la obediencia es en efecto el sabio, pues logra escapar sin hacer lo que debe. Pero si nuestra palabra se mantiene y debe ser en última instancia obedecida, entonces, es sin duda más sabio el que obedece sin demorar. Procura entender la voluntad de Dios con claridad. Si las palabras de Dios pueden ser tomadas livianamente, puedes no ser un necio al tratar de escapar de ella, pero si Dios es un Dios que no cambia, que tiene una voluntad inmutable, sé sabio, entonces, actúa ahora. Redime el tiempo.
 
9 de noviembre - Aumenta tus expectativas!



"...TE ENSEÑARÉ COSAS GRANDES Y OCULTAS QUE TÚ NO CONOCES" (Jeremías 33:3b)



Cuando llegan tiempos difíciles tenemos la tendencia a rebajar nuestras expectativas y ¡acabar conformándonos con menos de lo que Dios quiere que tengamos! Cuando la Biblia pregunta si "...hay alguna cosa difícil para Dios..." (Génesis 18:14), es fácil decir que no. Pero lo que hacemos después es lo que prueba si de hecho creemos en Él o no. Juan dijo: "Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hacéis" (Juan 13:17). Si no actúas de acuerdo con lo que Dios te dice, ¿puedes decir realmente que le crees? Uno de nuestros problemas es que nos apegamos a métodos que nos funcionaron en el pasado y seguimos recurriendo a ellos. Al confiar siempre en un cierto libro o casete o persona para la respuesta, limitamos seriamente lo que Dios puede hacer por nosotros. Él es mucho más grande que cualquier recurso humano. ¡Y Él nunca es previsible!

Si Me lo permites hoy, "...te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" (Jeremías 33:3b). ¡Qué ofrecimiento! Cuando decidió que Moisés guiaría la migración más grande del Antiguo Testamento, este nunca dudó de la capacidad de Dios, sólo dudó de si el Señor podría hacerlo por medio de él. ¿Y cuál fue la respuesta de Dios? "...ve, que Yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar" (Éxodo 4:12). ¡¿Qué te parece esta promesa por la cual vivir?!

Dios no es fortalecido por tus fuerzas ni debilitado por tus debilidades; hay más que Él quiere hacer por medio de ti de lo que has experimentado hasta ahora. Pregúntale sencillamente - después responde en fe a cualquier cosa que Él te diga.