Meditaciones 8 de septiembre

2 Junio 1999
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
8. de septiembre


No; más como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Josué 5:14.


Enfrentado con la tarea de conducir a Israel contra esta tierra de siete fuertes naciones, no nos sorprende que Josué se sintiera apesadumbrado. Pero aquí en Jericó, le fue dada esta visión. Un Hombre con la espada desenvainada en su mano se puso delante de él. Le preguntó: “¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?” La respuesta fue: “No”, ni del uno ni del otro. Había venido como Príncipe.
Alabado sea el Señor, este es su propósito; tomar su lugar como Príncipe de su ejército. Nosotros queremos que todo se centre en nosotros y sirva a nuestros intereses, pero Dios no opera de esta manera. El no se para en medio de una batalla para dar un poco de ayuda por aquí, y otro poco por allá. La clave de la cuestión para nosotros no radica en recibir ayuda sino en aceptar un liderazgo. Si crees que Dios puede tomar un lugar subordinado en la batalla, es porque no le conoces. Su posición es la de dirigir. Sólo entonces sabrás lo que significa tener su espada desenvainada a tu favor.
 
8 de septiembre Conocer la voluntad de Dios


“¿NO ARDÍA NUESTRO CORAZON EN NOSOTROS, MIENTRAS NOS HABLABA EN EL
CAMINO...?” (Lucas 24:32)


¿Tienes dificultad para conocer la voluntad de Dios? Si es así, vuelve a considerar a los dos discípulos confusos en el camino a Emaús. Pensaban que habían visto la muerte de Jesús y su movimiento, así que, muy desanimados, recogieron sus cosas y se dirigieron a casa.

De repente, Jesús se les apareció. ¿Cómo nos revela Jesús su voluntad?

Puede que te sorprendas de la simplicidad del proceso.

(1) A través de otros creyentes. Su primer error fue que no prestaron atención a las palabras de sus compañeros discípulos. Escucha: “...nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las cuales antes del día fueron al sepulcro; como no hallaron su cuerpo, volvieron diciendo... que Él vive (Lucas 24:22,23). El plan de Dios no ha cambiado. Él sigue hablando a creyentes a través de otros creyentes. Por este motivo debes congregarte regularmente.

(2) A través de las Escrituras. Escucha: “Y comenzando desde Moisés y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decían” (Lucas 24:27). Su segundo error consistió en menospreciar la palabra de Dios y escuchar a sus temores.

¡Hola! La respuesta está en tus manos: consulta la Biblia. ¡Dios sigue hablando por medio de su Palabra!

(3) A través de un corazón ardiente. Escucha: “...se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino...? (Lucas 24:32). Dios nos revela su voluntad haciendo que nuestro corazón arda. ¿Qué es lo que prende fuego en ti? ¿Los huérfanos abandonados? ¿Las naciones no alcanzadas? ¿El centro de la cuidad? ¿Los solteros? Sea lo que sea, ¡presta atención al fuego dentro de tu corazón!




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