UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
Es necesario que el qu se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6.
Hay tres hechos acerca de Dios que hacen a la fe verdadera: El puede (Mt. 9:28). El quiere (Mt. 8:2 ss) y el hecho citado aquí: El es. Notemos que por este último artículo de fe no entendemos una creencia vaga de que Dios existe, sino que señalanos la firme convicción de que El es: vivo, presente y activo.
Supongamos que has guiado un pecador a Cristo. Cuando has orado con él, y él también ha orado, le preguntas cuál es su posición ahora. Si responde que Dios le puede salvar, ¿estarás satisfecho? ¿Si dice que Dios le va a salvar es suficiente? Sabemos que no. No estarás satisfecho hasta que exprese la convicción de que El le ha salvado, que Dios es su Salvador. No lograremos nada con “Dios puede” y “Dios quiere” si no llegamos a “Dios es”. Su poder y su compasión puede despertar en nosotros la esperanza, pero la fe descansa en su actividad presente. No declaremos que tenemos fe hasta que podamos decir: “Soy... y tengo… porque Dios es”.
Watchman Nee
Es necesario que el qu se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6.
Hay tres hechos acerca de Dios que hacen a la fe verdadera: El puede (Mt. 9:28). El quiere (Mt. 8:2 ss) y el hecho citado aquí: El es. Notemos que por este último artículo de fe no entendemos una creencia vaga de que Dios existe, sino que señalanos la firme convicción de que El es: vivo, presente y activo.
Supongamos que has guiado un pecador a Cristo. Cuando has orado con él, y él también ha orado, le preguntas cuál es su posición ahora. Si responde que Dios le puede salvar, ¿estarás satisfecho? ¿Si dice que Dios le va a salvar es suficiente? Sabemos que no. No estarás satisfecho hasta que exprese la convicción de que El le ha salvado, que Dios es su Salvador. No lograremos nada con “Dios puede” y “Dios quiere” si no llegamos a “Dios es”. Su poder y su compasión puede despertar en nosotros la esperanza, pero la fe descansa en su actividad presente. No declaremos que tenemos fe hasta que podamos decir: “Soy... y tengo… porque Dios es”.