Meditaciones 3. de octubre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
3. de octubre

Dios es el que en vosotros produce as el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2: 13

Ahora que estoy en Cristo, las demandas morales de Dios no se han modificado, pero ya no soy yo quien debe hacerles frente. ¡Alabado sea el Señor! El quien es el dador de la ley en el trono, es también el guardador de la ley en mi corazón. El mismo que dio la ley, la guarda. El hace las demandas y El las cumple. Mientras nosotros tratábamos de hacerlo todo, El no podía hacer nada. Estábamos forzándonos para lograrlo y fracasábamos vez tras vez. Nuestros problemas estaban en que éramos débiles para poder hacer la voluntad de Dios, pero no lo suficientemente débiles como para dejar de esforzarnos. Sólo la desilusión total, puede llevar a los hombres a apoyarse en el Dios que está dispuesto a hacerlo todo.
 
3 de octubre - Pautas para los padrastros - Segunda parte



"EN LA INTEGRIDAD DE MI CORAZÓN ANDARÉ EN MEDIO DE MI CASA"

(Salmo 101:2b)



Si eres un padrastro o una madrastra, aquí tienes algunas cosas que necesitas considerar:

(1) Cada hijo es único. Los hijos pequeños aceptan a los padrastros más fácilmente que los adolescentes. No des por hecho que tu autoridad tendrá el mismo peso con los hijos más mayores. Tal vez tengas que acercarte a ellos más bien como amigo, mientras que los niños pequeños necesitan cuidado y seguridad.

(2) Crea nuevos sistemas familiares. Cada familia tiene su propio sistema: "En nuestra casa, siempre..." es lo que hace que los miembros de la familia sientan que pertenecen a un grupo íntimo. Cosas tales como ir a la iglesia juntos, compartir los devocionales diarios, jugar, o simplemente reírse juntos ayudan a cimentar ese sentimiento importante de unión y de pertenencia.

(3) No niegues a los hijos pensar en su padre/madre biológico/a. Recuerda: "Bienaventurados los pacificadores..." (Mateo 5:9), así que no hables mal de él/ella delante de los niños.

(4) Actúa siempre pensando en lo mejor para los hijos. Habrá situaciones en las que tendrás que hablar del pasado, así que acostúmbrate, ¡por el bien de los hijos! Necesitan tu amor y comprensión, sobre todo cuando los sentimientos están a flor de piel y todos se están adaptando. Respeta lo que ha sido antes y no intentes imponer tu interpretación idealizada. Ya sea que llegues a ello de forma biológica o mediante el matrimonio, la paternidad requiere madurez - ¡y mucha!