Meditaciones 29 de octubre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. Juan 17:21.

Es “por medio de la Iglesia” que la sabiduría de Dios se manifiesta a los poderes espirituales. Es “juntamente” edificados que llegamos a ser morada de Dios por el Espíritu Santo. Por no funcionar juntos con un cuerpo, los hijos de Dios han llegado a ser como una fuente rota que pierde su contenido. Si rompemos un vaso de cristal, ¿qué ocurre? Cada pedazo quizás retenga una gota de agua, pero no es nada en comparación con lo que podría contener el vaso antes de romperse. Así es en la esfera espiritual. El individuo recibe, por así decirlo, en dos dimensiones; la Iglesia en tres. Diez mil cristianos son una cosa; diez mil miembros de Cristo otra muy distinta. De su plenitud la Cabeza tiene mucho más para dar, pero para contenerlo debemos volver al un vaso, al un Cuerpo.
 
29 de octubre - Mantenerse cuerdo en un mundo cambiante - Quinta parte



"NO ME DEJABAS PEGAR LOS OJOS; ESTABA YO QUEBRANTADO Y NO HABLABA" (Salmo 77:4)



Cuando no puedes dormir, ¡es hora de "dejar de contar ovejas" y empezar a hablar con el Pastor! Aquí hay algunos consejos bíblicos para quitar el estrés:

(1) Suelta lo que ya no funciona. Pablo dijo: "...despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia..." (Hebreos 12:1b). El problema es que detestamos dejar aquello que hacemos bien. Por ello, nos centramos en hacer las cosas bien y terminamos fallando en hacer las cosas buenas. Y luego nos preguntamos por qué las cosas no salen como es debido. Hay límites en lo que podemos llevar. El soltar lo que no funciona te da libertad para concentrarte en lo que sí funciona.

(2) No dejes que los cambios te paralicen. Frente a situaciones nuevas, nuestra primera tendencia es ir más despacio y a lo seguro, dándonos más tiempo. Y eso a veces es sabio, pero muchas veces, nos quedamos simplemente más rezagados. Ser demasiado cauteloso hace que te paralices, como un ciervo "atrapado" por las luces largas de un coche. La Biblia dice que Dios "...da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas" (Isaías 40:29). Así que confía en Él y sigue adelante, en lugar de ceder al impulso de "simplemente quedarte quieto".

(3) Enfrenta el futuro con confianza. Los acontecimientos actuales nos tienen a todos tensos, pero como hijo de Dios puedes decir: "En paz me acostaré y asimismo dormiré, porque sólo Tú, Señor, me haces vivir confiado" (Salmo 4:8). La verdad es que no tienes ningún argumento convincente para abandonarte al temor; la única manera de prepararte para el mañana es ¡adaptarte y vivir el día de hoy plenamente!