Meditaciones 26 de octubre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Mateo26:39.

Dado que el Señor Jesús vino para hacer la voluntad de Dios, nos parece extraño que El hiciera esta oración. Sin embargo, nos hace ver una cuestión muy importante.
Evidentemente era posible para El pedir que la copa le sea removida, mientras que al mismo tiempo era inconcebible que pudiera ser excusado de cumplir con la voluntad del Padre La copa, por así decirlo, venía a ser algo secundario aquella voluntad. Representa el medio por el cual se expresa la voluntad divina. En este caso la muerte en la cruz. El Señor Jesús estaba totalmente involucrado, no con la pasión en sí, sino con el propósito que cumplía. Bebió la copa porque era la voluntad de Dios, no por la copa en sí.
Para Jesús “la copa” era algo de lo cual se retraía; para nosotros con frecuencia representa algo que quisiéramos retener. Nuestro gran peligro puede estar en aferrarnos y se dogmáticos con “algo” que está asociado con el plan divino para nosotros. Cada copa, aunque sea divinamente establecida no debe retenerse como algo a que aferrarnos. No es ella el requerimiento supremo, sino la voluntad de nuestro Padre para esta hora.
 
26 de octubre -Mantenerse cuerdo en un mundo cambiante - Segunda parte



"...ESTAMOS ATRIBULADOS EN TODO... PERO NO DESTRUIDOS" (2 Corintios 4:8,9)



Max Gunter dijo: "Si estás perdiendo una pelea de "tira y afloja" con un tigre, dale la soga antes de que llegue a tu brazo. ¡Siempre podrás comprar una soga nueva!". La resistencia al cambio no crea más que úlceras, desvelos y estrés. Por eso, aquí hay algunas actitudes que tal vez necesites ajustar:

(1) Pensar como una víctima. Deja de esperar que otros reduzcan tus niveles de estrés y toma el timón de tu propia vida. Recuerda: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13). ¿Te das cuenta? ¡Todo!

(2) Estar decidido no cambiar. En lugar de darte golpes contra la pared de la dura realidad, invierte tus esfuerzos en cambiar lo que puedas, ¡como tu actitud y tu enfoque de las cosas! Se requiere más energía para aferrarse a los viejos hábitos y creencias que para adoptar otros nuevos.

(3) Intentar jugar el juego nuevo con las reglas viejas. Cuando un coche que está bloqueado en segunda marcha sigue intentando correr a 120 km/h., adivina lo que pasa: ¡se quema el motor! Si no quieres quemarte, aprende a cambiar las marchas. Averigua en qué ha cambiado el juego. Aprende a jugar por medio de las reglas nuevas, de lo contrario seguirás perdiendo.

(4) Tratar de controlar lo incontrolable. Cuando la música cambia, es la hora de aprender algunos pasos nuevos, si no, acabarás sintiéndote marginado. No hace falte que te guste el cambio, pero sí tienes que aceptarlo, adaptarte a él, orar por gracia, ¡y seguir adelante con tu vida!