UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
Glorificad, pues a Dios en nuestro cuerpo. 1 Corintios 6:20.
Centenares de tiendas componían el campamento de Israel, pero había una que era distinta de todas las demás. En las tiendas comunes se podía hacer lo que uno quisiera, como estar de fiesta, trabajar o descansar, estar alegre o estar en silencio. Pero aquella otra tienda imponía respeto y reverencia. Al acercarse, intuitivamente los pasos se tornaban más silenciosos y cuando se llegaba al frente mismo, las cabezas se inclinaban en silencio solemne. ¿Qué tenía de especial? Exteriormente, estaba construido con materiales ordinarios; pero en el interior estaba la gloria del Dios viviente. “,Ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?” ¿Estamos conscientes del hecho solemne que al renacer, el verdadero Dios ha hecho su morada en nuestros corazones?
Watchman Nee
Glorificad, pues a Dios en nuestro cuerpo. 1 Corintios 6:20.
Centenares de tiendas componían el campamento de Israel, pero había una que era distinta de todas las demás. En las tiendas comunes se podía hacer lo que uno quisiera, como estar de fiesta, trabajar o descansar, estar alegre o estar en silencio. Pero aquella otra tienda imponía respeto y reverencia. Al acercarse, intuitivamente los pasos se tornaban más silenciosos y cuando se llegaba al frente mismo, las cabezas se inclinaban en silencio solemne. ¿Qué tenía de especial? Exteriormente, estaba construido con materiales ordinarios; pero en el interior estaba la gloria del Dios viviente. “,Ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?” ¿Estamos conscientes del hecho solemne que al renacer, el verdadero Dios ha hecho su morada en nuestros corazones?