Meditaciones 21 de octubre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Glorificad, pues a Dios en nuestro cuerpo. 1 Corintios 6:20.

Centenares de tiendas componían el campamento de Israel, pero había una que era distinta de todas las demás. En las tiendas comunes se podía hacer lo que uno quisiera, como estar de fiesta, trabajar o descansar, estar alegre o estar en silencio. Pero aquella otra tienda imponía respeto y reverencia. Al acercarse, intuitivamente los pasos se tornaban más silenciosos y cuando se llegaba al frente mismo, las cabezas se inclinaban en silencio solemne. ¿Qué tenía de especial? Exteriormente, estaba construido con materiales ordinarios; pero en el interior estaba la gloria del Dios viviente. “,Ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?” ¿Estamos conscientes del hecho solemne que al renacer, el verdadero Dios ha hecho su morada en nuestros corazones?
 
21 de octubre -- ¿Te das cuenta? --



"...JOSÉ... VIO QUE ESTABAN TRISTES" (Génesis 40:6)



Muchas veces se puede saber como se siente una persona por dentro con mirarle a la cara: "...José... vio que [el copero y el panadero] estaban tristes" (Génesis 40:6). Aunque él mismo estaba sufriendo, encontró gozo y realización preocupándose por otros. ¿No hubiera sido más fácil centrarse en sus propios problemas? ¡Por supuesto! Eso es lo que todos estamos tentados a hacer. Pero es contraproducente y por lo general acaba en soledad y futilidad. Henry Drummond decía: "Al mirar atrás en tu vida, los momentos que resaltan son siempre aquellos en que hiciste algo por los demás".

Cuando José se dio cuenta que él no era la única persona que sufría, hizo lo que Jesús hubiera hecho: trató a los que le rodeaban con compasión. ¿Y tú? ¿Te das cuenta de que otros "están tristes"? En los momentos duros, ¿piensas sólo en ti mismo o te preocupas de otros que están pasándolo mal, sobre todo cuando no recibirás nada a cambio?

Animar a otros es como la luz del sol a una flor que está cerrada; puede marcar un mundo de diferencia en alguien que lo está pasando mal. El escritor Rene Bazin dijo: "Un remedio para los males de nuestros tiempos... es el regalo de darte a los que han caído tan bajo que no les queda esperanza".

Cuando el copero salió de la cárcel, se le olvidó la promesa de hacer mención de José al Faraón. ¡Pero a Dios no se le olvidó! No, a José le quedaba lo mejor de su vida por delante... su ascenso de posición en Egipto... su servicio a una nación... su impacto como líder... la reconciliación con su familia. Escucha: "...pensa(steis)[ron] hacerme mal, pero Dios lo encaminó a bien..." (Génesis 50:20), y Él hará lo mismo contigo.