Meditaciones 19. de noviembre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

La vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Jeremías 18:4.

El diseño original del Alfarero se estropeó por algo en la arcilla que no respondía adecuadamente. Sí, estropeado pero no destruido, pues El volvió y la hizo otra vasija. Lo que Dios puede hacer es maravilloso, siempre que estemos dispuestos a someternos a sus ajustes. ¿Le hemos fallado en algún punto? Sería entonces insensatez seguir, pensando que El está obligado a seguir con nosotros en nuestro camino equivocado.

¿Ha cambiado El de mente por algún motivo? ¿Ha dispuesto que yo sea ahora “otra vasija”? Luchar para seguir siendo la misma equivaldría a la muerte. “podré yo hacer de vosotros como este alfarero?”, dice el Señor. No podemos jugar con su voluntad. Aunque es nuestro Padre Celestial, es también soberano en sus caminos. Nuestra actitud debe ser: “Señor, tenme siempre cerca de ti, con temor, siempre preparado para lo mejor que tu dispongas”. Encuentro gran consuelo en el consejo de Pedro: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo” (1 P. 5:6).
 
19 de noviembre - Profundízate en la Palabra de Dios - Quinta parte



"QUE LA PALABRA DE CRISTO HABITE EN ABUNDANCIA EN VOSOTROS, CON TODA SABIDURÍA..." (Colosenses 3:16 - LBA)



Leer, recibir, escudriñar, recordar y meditar la Palabra de Dios son inútiles - si no nos convertimos en "...hacedores de la Palabra..." (Santiago 1:22). Esto es el paso más difícil de todos porque Satanás lucha en contra de ello intensamente. Puedes estar tan ocupado yendo a la próxima conferencia bíblica que se te olvida poner en práctica lo que aprendiste en la última. Jesús dijo: "A cualquiera, pues, que Me oye estas Palabras y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca" (Mateo 7:24). ¡La bendición viene por obedecer la verdad, no por sólo conocerla! Escucha: "Si sabéis estas cosas, bienaventurados sois si las hacéis" (Juan 13:17). ¿Quieres ser bendecido? ¡Empieza a hacer lo que Dios dice!

Una de las razones de que evitemos la aplicación personal de la Palabra es porque es difícil, incluso doloroso. ¡La verdad te hará libre, pero antes puede hacerte miserable! La Palabra de Dios revela nuestros motivos, expone nuestros defectos, desaprueba nuestros pecados y exige que cambiemos. Por eso necesitas intercambiar tus aplicaciones personales con otras personas. De los demás aprendemos verdades que nunca aprenderíamos solos. Ellos nos ayudan a ver y aplicar lo que pasamos por alto.

El mejor modo de convertirse en un "hacedor de la Palabra" (Ver Santiago 1:22) es diseñar un plan de acción. Tu plan debería ser personal (involucrándote), práctico (algo que puedas hacer), y comprobable (con una fecha tope). D.L. Moody dijo: "La Biblia no nos fue dada para incrementar nuestro conocimiento, sino para cambiar nuestras vidas". ¡Piensa en ello!







¡¿Qué te parece si aconsejas a tus amigos mandar un e-mail a
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para que ellos también "disfruten" de estas "vitaminas" diarias?!