meditaciones 17. de septiembre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
17. de septiembre

Vosotros pensasteis mal contra mí, más Dios lo encaminó a bien. Génesis 50:20.

Dios tenía un trabajo especial para José. El debía salvar a Israel del hambre y de la muerte. Sus caminos con su siervo fueron excepcionales y al final José podía decir a sus hermanos que Dios le había enviado para “mantener en vida a mucho pueblo”. El lo entendió. ¿Lo entendemos nosotros? No sólo cuando le estamos sirviendo conscientemente sino aún en los principios de nuestra vida, la mano de Dios estaba sobre nosotros. Su presencia preparó circunstancias aun antes de que naciéramos. Él determinó quienes serían nuestros padres, aunque a veces nosotros pensemos que no hemos nacido en la familia ideal. Algunos de nosotros aprobamos nuestros padres, pero quisiéramos cambiar de hermano o hermana, o pariente. José podría haber pensado de esta forma y con razón. Pues sus hermanos planearon el mal contra él. Pero todo el camino está preparado por Dios. El lo ha planeado todo, y lo ha hecho todo para bien. Si no hemos visto la mano de Dios en sus elecciones, hemos desperdiciado grandes oportunidades para rendirle alabanza.
 
17 de septiembre - Amigos de Dios - _ Cuarta parte

"...OS HE LLAMADO AMIGOS..." (Juan 15:15b)

El tercer paso para desarrollar tu amistad con Dios es: ¡elegir ser honesto con Él! Dios no espera la perfección pero sí la honestidad. Si la perfección fuera un requisito, nadie daría la talla. En la Biblia, los amigos de Dios fueron honestos acerca de sus sentimientos, hasta quejándose y discutiendo con Él, pero al Señor no pareció importarle; de hecho, animó esa actitud.

Dios escuchó pacientemente las acusaciones de David de injusticia, traición y abandono. Él no liquidó a Jeremias por alegar que lo había engañado. A Job le permitió ventilar su amargura y Dios de hecho le defendió por ser honesto. Por otro lado, Él reprochó a sus amigos por fingir.

Escucha: "...no habéis hablado de Mí lo recto, como mi siervo Job Mi siervo Job orará por vosotros y Yo de cierto lo atenderé..." (Job 42:7b,8b).


Para ser amigo de Dios tienes que compartir tus verdaderos sentimientos, no lo que piensas que debes sentir o decir. Hasta que entiendas que el Señor usa todo para bien en nuestras vidas, albergarás resentimiento hacia Dios por tu imagen, nacionalidad, situación económica, oraciones incontestadas, viejas heridas, y otras cosas que cambiarías si fueras Dios. En realidad, revelar tus sentimientos y soltar tus resentimientos son los primeros pasos hacia la verdadera sanidad.

¿No te anima saber que los amigos más íntimos de Dios sintieron lo mismo que nosotros? Pero en vez de enmascarar sus sentimientos con frases estereotipadas y piadosas, lo expresaron abiertamente. ¿Que por qué? Porque exteriorizarlos lleva a un nuevo nivel de intimidad con Dios.





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