UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
El trono de mi señor el Rey David. 1 Reyes 1:37.
Le llamaban “Rey David” con afecto, porque era todo un rey. Era un rey en el desierto cuando como pastor de las ovejas de su padre, hacía huir al león en el nombre del Señor. Más tarde, cuando Goliat amenazaba a Israel y hasta el propio Saúl temblaba (para no mencionar el terror del pueblo), David permaneció firme y sin temor. No hay lugar alguno para el temor, en el corazón de un rey. Pero sobre todo esto, cuando fugitivo de Saúl, repentinamente se encontró con su perseguidor dormido a sus pies, se opuso en forma resuelta a aplicar el golpe que le hubiera traído pronto alivio.
Esta era verdadera realeza, pues aquel que no sabe gobernar su propio espíritu, no es rey. Un verdadero rey es rey en toda circunstancia. Reina en todas partes.
Watchman Nee
El trono de mi señor el Rey David. 1 Reyes 1:37.
Le llamaban “Rey David” con afecto, porque era todo un rey. Era un rey en el desierto cuando como pastor de las ovejas de su padre, hacía huir al león en el nombre del Señor. Más tarde, cuando Goliat amenazaba a Israel y hasta el propio Saúl temblaba (para no mencionar el terror del pueblo), David permaneció firme y sin temor. No hay lugar alguno para el temor, en el corazón de un rey. Pero sobre todo esto, cuando fugitivo de Saúl, repentinamente se encontró con su perseguidor dormido a sus pies, se opuso en forma resuelta a aplicar el golpe que le hubiera traído pronto alivio.
Esta era verdadera realeza, pues aquel que no sabe gobernar su propio espíritu, no es rey. Un verdadero rey es rey en toda circunstancia. Reina en todas partes.