Meditaciones 14. de octubre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

¿Con que’ potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto? Hechos 4:7.

Nuestros ojos deben abrirse para ver el cambio poderoso que obró la ascensión. El nombre de Jesús ciertamente establece la identidad de aquello que está en el trono con el carpintero de Nazaret, pero va también más allá. Representa el poder y el dominio ante el cual se doblará toda rodilla en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra. Aun los lideres judíos reconocieron que podía haber este significado en un nombre, cuando hicieron esta pregunta a los discípulos, con relación a la curación del cojo.
Hoy el nombre nos dice que Dios ha entregado toda la autoridad a su Hijo, de manera que en el propio nombre de Jesús, hay poder. Además, no sólo es suyo, sino también es “dado a los hombres”. El ha colocado esa autoridad en nuestras manos para ser utilizada. Durante su último discurso en tres oportunidades el Señor Jesús repite las palabras “pedid en mi nombre”. ¡Qué confianza debe depositar en nosotros para decir: “Pedid todo lo que queréis, y os será hecho”!
 
14 de octubre ¿Quieres saber el secreto?



"...SED BONDADOSOS UNOS CON OTROS..." (Efesios 4:32)



El secreto de una relación íntima en el matrimonio no es necesariamente tener conversaciones brillantes o el compartir intereses o incluso sexo increíble. Aunque todas estas cosas son buenas, el secreto de la intimidad es: ¡amabilidad sencilla, la de siempre! Ya sabes, es lo que aprendimos en la guardería, como consideración, cortesía y cuidado. ¿Piensas que tu relación necesita ser reajustada? Si es así, atiende:

(1) Nunca desestimes el poder del contacto físico. ¡Parece una afirmación obvia!, ¿verdad? Te sorprenderías; podemos pasar días o semanas sin tocarnos, no obstante un abrazo hace maravillas. Dios nos diseñó de tal modo que cuando nos tocamos con cariño, nuestros cuerpos producen oxitocina, que nos calma y nos ayuda para la unión física y química. Muy ingenioso, ¿verdad?

(2) Olvida los gestos espectaculares. Cuando de modo rutinario construyes unos sencillos gestos de amabilidad en tu matrimonio, éstos se convierten en una fuente de fortaleza para más tarde, como dinero en el banco. Por tanto, piensa (y actúa) de modo "personal" y "dulce", ¡como ayudando a limpiar, haciendo el café, paseando el perro o sacando la basura!

(3) Recuerda tus modales. El hecho de que estés casado no significa que hay que dejar de lado la cortesía habitual. Pablo dice: "...sed bondadosos unos con otros..." (Efesios 4:32). Eso significa escuchar sin interrumpir, y practicar lo más esencial, como por ejemplo decir: "Por favor", "Gracias", y "Lo siento". Esto no es gran cosa, ¡pero funciona realmente!

(4) Los piropos son la clave. Recuerda: cuando pienses en algo bonito de tu pareja, ¡díselo! Vivimos en un mundo "frío" y competitivo y oír que somos amados, listos, atractivos y divertidos de alguien cuya opinión valoramos realmente, lo significa todo.