Meditaciones 14. de noviembre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Jesús dijo: Haced recostar la gente. Juan 6: 10.

En nuestra vida cristiana hoy gustamos de un anticipo del banquete celestial que ha de venir, pues Dios nos “ha hecho sentar con El”, quien primero fue sentado con gran poder en “lugares celestiales” muy “por encima de todas las cosas” (Ef. 1:20 y 2:6). Esto significa que la obra de salvación no es nuestra sino de El. No se trata de que nosotros trabajamos para Dios sino que El ha trabajado por nosotros. Dios nos da nuestra posición de descanso. El trae la obra consumada de su Hijo y nos la presenta, y luego nos dice: “Por favor, toma asiento”. Su oferta de salvación, pienso yo, no puede ser mejor expresada que en aquellas palabras de la parábola de la gran fiesta: “Todo está dispuesto; venid a las bodas”.
 
14 de noviembre - ¡Paso a paso!

“PERO TENGA LA PACIENCIA SU OBRA COMPLETA...” (Santiago 1:4)

Intenta reconocer las etapas de tu vida espiritual. A veces experimentarás
una corta e intensa irrupción de crecimiento (primavera), seguida de un periodo más largo de estabilización y el pasar por pruebas (otoño e invierno).

¿Y qué de los problemas que me gustaría que Dios quitara?, te preguntarás.Está bien orar por un milagro, pero no te desilusiones si la respuesta llega a través de un cambio gradual. Con el tiempo, una corriente de agua lenta y constante erosionará la roca más dura y convertirá rocas gigantescas en guijarros.

Puede que te sientas frustrado con el ritmo de tu progreso, pero Dios nunca tiene prisa. Él tomó ochenta años para preparar a Moisés, incluidos cuarenta años en el desierto. Según nuestro calendario, Moisés se preguntaría durante catorce mil seiscientos días: “¿Es ya la hora?”. Pero Dios continuaba diciendo que “todavía no”. Contrario a muchos títulos populares de libros, no hay “pasos fáciles para la madurez”. Cuando Dios quiere hacer un champiñón, lo hace de la noche a la mañana. Cuando quiere hacer un roble enorme, Él toma cien años.

Con Dios, una tardanza no es una negativa. Recuérdate hasta dónde has llegado, no sólo lo lejos que tienes que ir. Claro, no estás donde quieres estar, pero tampoco estás donde solías estar. Hace años la gente llevaba un famoso botón con las iniciales de una frase que decía: “Por favor, ten paciencia; Dios aún no ha acabado conmigo”. Y Él no ha acabado contigo tampoco; por eso simplemente sigue adelante, ¡paso a paso!