Meditaciones 12. de octubre

hgo

2
5 Septiembre 2001
3.029
1
UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Mateo 6: 10.

Debemos orar de esta manera: “Venga tu reino”. Si el reino viniese por sí sólo, no se nos hubiera dado este mandato. El pueblo de Dios debe orar, pues su obra es hecha en respuesta a su clamor. “Hágase tu voluntad”. Sí, pero ¿dónde? “En la tierra”, pues es el Único lugar donde la voluntad de Dios no se cumple. ¿Cómo puede entonces ser traído el reino de Dios? Por medio de la unión de la voluntad creada del hombre con la voluntad increada de Dios, que buscan unidas desplazar la rebelde voluntad del diablo. La oración siempre tiene tres fases. Involucra a alguien a quien se ora, alguien por quien se ora y alguien contra quien se ora. Debemos orar contra alguien en la tierra; una voluntad que está opuesta a la de Dios. Contra esa voluntad rebelde, Dios no actúa, sólo aguarda nuestras oraciones. La oración conocida como el “Padre Nuestro” no es sólo un modelo de oración para mí; es la revelación del corazón de Dios.
 
12 de octubre ¿Eres un adorador?

“...EL PADRE... BUSCA QUE LO ADOREN” (Juan 4:23b)

La adoración es un deseo universal integrado por Dios dentro de cada fibra de nuestro ser; es tan natural como la respiración. Si dejamos de adorar a Dios encontramos siempre un sustituto, tal vez en nosotros mismos. La razón por la que fuimos hechos así es porque “…el Padre... busca que lo adoren” (Juan 4:23). Dependiendo de tu fondo religioso, puede ser que necesites ampliar lo que entiendes por adorar. Por ejemplo:

(1) La adoración es más que la música. Algunas personas dicen que en su iglesia la adoración es lo primero, y después la enseñanza. No, ¡todo se hace para la gloria de Dios! Si la adoración es sólo la música, ¿qué pasará con todas esas pobres almas que no tienen “oído musical”?

(2) La adoración no es un estilo. El estilo de música que prefieres dice más de ti que de Dios. A menudo, el estilo musical de un grupo le suena a otro grupo como “ruido”. Pero no a Dios; a Él le encanta la variedad, y se goza con diferentes clases de música.

(3) La adoración no es para tu propio beneficio. Cuando dices que no has sacado nada de la adoración de hoy, tu adoración fue por un motivo equivocado. Claro que hay beneficios en la adoración, pero no adoramos para agradarnos a nosotros mismos. Nuestra razón tiene que ser glorificar a Dios... ¡en todo lo que hacemos!

(4) La adoración no se reduce a la iglesia. Martín Lutero dijo: “Una lechera puede ordeñar vacas para la gloria de Dios”. El secreto de la verdadera adoración consiste en hacer “...todo para... Dios” (1 Corintios 10:31b). De acuerdo con Romanos 12:1, toma tu vida normal de cada día: dormir, comer, ir al trabajo, el ajetreo diario... y ponla delante de Dios como una ofrenda. ¡De ese modo eres un adorador!