Extracto :
:::"_Cada iglesia cree que es la verdadera, o cuando menos la parte más pura y verdadera de la iglesia, entre tanto se persiguen mutuamente con el odio más entonado.
No hay esperanza de reconciliación entre ellas; porque le hacen frente a la enemistad con enemistad irreconciliable.
De la misma Biblia inventan sus diversos credos, y estos son sus fortalezas y baluartes detrás de los cuales se fortifican, y allí resisten todo ataque.
Yo no diré que estas confesiones de fe son erradas en sí mismas, aunque en la mayoría de los casos podemos decir que lo son.
Sin embargo, llegan a ser así porque alimentan el fuego de la enemistad; y solamente apartándolas a un lado completamente, entonces sería posible hacer el esfuerzo en curar las heridas de la Iglesia.
"A este laberinto de sectas y variadas confesiones pertenece otra, el amor a contender.
¿Qué se gana con la contención? ¿Ha habido un solo argumento lógico que se haya arreglado por medio de contienda? Nunca.
El número solamente se ha engrandecido. Satanás es el sofista más grande que jamás ha habido;
él nunca ha sido vencido en una contienda de palabras.
En el servicio Divino, casi siempre se oyen más las palabras de los hombres que la Palabra de Dios. Cada uno cotorrea como le da la gana, o pierde el tiempo en disertaciones difíciles de entender o reprobando los puntos de vista de otros.
No se oye casi nada del nuevo nacimiento, o como el hombre tiene que ser cambiado a la semejanza de Cristo para ser participante de la naturaleza Divina .
Del poder de las llaves, la iglesia casi ha perdido el poder de ligar, solamente le queda el poder de desatar.
Los sacramentos, administrados como símbolos de unidad, amor y de nuestra vida en Cristo, han sido la causa de amargos conflictos, de odio mutuo y el punto céntrico de sectarismo.
En pocas palabras, el Cristianismo ha llegado a ser un laberinto.
La fe ha sido dividida en mil partecitas y uno es considerado como hereje si hay una de esas partes que no acepta. ¿Qué puede ayudamos? Solamente aquella cosa necesaria, volver a Cristo, mirando hacia Cristo como el único líder, y caminar en Sus pisadas, poniendo aun lado todas las demás cosas hasta que lleguemos a la meta, y hayamos llegado a la unidad de la fe " ::
:::"_Cada iglesia cree que es la verdadera, o cuando menos la parte más pura y verdadera de la iglesia, entre tanto se persiguen mutuamente con el odio más entonado.
No hay esperanza de reconciliación entre ellas; porque le hacen frente a la enemistad con enemistad irreconciliable.
De la misma Biblia inventan sus diversos credos, y estos son sus fortalezas y baluartes detrás de los cuales se fortifican, y allí resisten todo ataque.
Yo no diré que estas confesiones de fe son erradas en sí mismas, aunque en la mayoría de los casos podemos decir que lo son.
Sin embargo, llegan a ser así porque alimentan el fuego de la enemistad; y solamente apartándolas a un lado completamente, entonces sería posible hacer el esfuerzo en curar las heridas de la Iglesia.
"A este laberinto de sectas y variadas confesiones pertenece otra, el amor a contender.
¿Qué se gana con la contención? ¿Ha habido un solo argumento lógico que se haya arreglado por medio de contienda? Nunca.
El número solamente se ha engrandecido. Satanás es el sofista más grande que jamás ha habido;
él nunca ha sido vencido en una contienda de palabras.
En el servicio Divino, casi siempre se oyen más las palabras de los hombres que la Palabra de Dios. Cada uno cotorrea como le da la gana, o pierde el tiempo en disertaciones difíciles de entender o reprobando los puntos de vista de otros.
No se oye casi nada del nuevo nacimiento, o como el hombre tiene que ser cambiado a la semejanza de Cristo para ser participante de la naturaleza Divina .
Del poder de las llaves, la iglesia casi ha perdido el poder de ligar, solamente le queda el poder de desatar.
Los sacramentos, administrados como símbolos de unidad, amor y de nuestra vida en Cristo, han sido la causa de amargos conflictos, de odio mutuo y el punto céntrico de sectarismo.
En pocas palabras, el Cristianismo ha llegado a ser un laberinto.
La fe ha sido dividida en mil partecitas y uno es considerado como hereje si hay una de esas partes que no acepta. ¿Qué puede ayudamos? Solamente aquella cosa necesaria, volver a Cristo, mirando hacia Cristo como el único líder, y caminar en Sus pisadas, poniendo aun lado todas las demás cosas hasta que lleguemos a la meta, y hayamos llegado a la unidad de la fe " ::