Mucho se ha polemizado en éste foro acerca de la vigencia del diezmo y las ofrendas. Me gustaría compartir con ustedes un artículo que recibí por mail acerca de la mayordomía de Dios y quisiera que me den sus opiniones.
MAYORDOMIA
CRISTIANOS UNIDOS
adda velez
Sabemos que Dios es el propietario único de todas las cosas, y en realidad el hombre no es dueño de nada, según las escrituras:
“La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues ustedes forasteros y extranjeros son para conmigo”. Levíticos 25:23
“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8
“De Jehová es la tierra y su plenitud; el Mundo y los que en el habitan” Salmos 24:1
Ser mayordomo significa ser administrador de los bienes de Dios y además el servicio de nosotros a los demás: Para comprender la mayordomía es menester estar seguros de que la tierra y su plenitud, y todo lo que en ella hay, pertenecen al Señor Dios de los ejércitos.
“Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía porque ya no podrás más ser mayordomo.” Lucas 16:1-2
”El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel, y el que en lo poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10
Dios es el que nos da la habilidad para trabajar y hacer riquezas, pero no debemos de salirnos del propósito de Dios para ello:
“Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día”. Deuteronomio 8:18
Hablar de las riquezas de Dio y de los talentos que nos dio para hacer las riquezas, puede muchas veces llegar a malinterpretarse: que si solo quieren hacer dinero en las iglesias, que si este pastor gana mucho, que si porque los lideres tienen carros nuevos, etc. Dios quiere prosperarnos en todo, y no tiene nada de malo tener las bendiciones de Dios, lo malo es vivir para tener esas bendiciones y los bienes que ellas adquieren, en lugar de tener para vivir y bendecir a los demás con lo que Dios nos ha dado en abundancia, ya sean talentos, dones, o riquezas.
Utilizar las riquezas de Dios solo para uno, significa que somos egoístas, y también que amamos el dinero. La Biblia dice que raíz de todos los males es el amor al dinero; no el dinero en sí. Dios espera que seamos buenos mayordomos y que utilicemos sus riquezas para honrarlo a Él. En los tiempos Bíblicos, un buen mayordomo era el que utilizaba los bienes de su amo para traerle gloria, honra, y ganancia.
“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan sus esperanzas en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. 1 Timoteo 6:17
Los talentos para hacer riquezas que Dios nos dio, deben servir para tres usos principales:
1. - Para ganar la vida y suplir las necesidades esenciales tales como Alimentación, casa y vestido.
2. - Para poder comprar cosas “extras”, aparte de las necesidades esenciales.
3. - Para devolverle a Dios la parte que le corresponde, para llevar a cabo Su obra aquí y en todo el mundo.
“Porque ¿quién soy yo, y quién mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”. 1 Crónicas 29:14
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10
Dios nos bendice a la medida que nosotros seamos fieles con las cosas que él haya puesto en nuestras manos. Debemos aprender a ser fieles en las cosas que nos han encomendado hacer dentro de la congregación, así sea limpiar las sillas, debemos ser fieles en ello.
La ley de la siembra y la cosecha, es aplicable a la mayordomía.
“Por esto digo: el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, también generosamente segará”. 2 Corintios 9:6
La manera más segura de aumentar las bendiciones de Dios, es aprender a contentarse con lo que ya se tiene, y aprender a administrar lo que se tiene para la honra y gloria de Dios. Tenemos que aprender a estar contentos y ser generosos con lo que tenemos, si queremos madurar en la mayordomía.
Todos llegaremos un día delante del tribunal de Cristo, y daremos cuentas de las cosas que hicimos mientras estábamos en este cuerpo, sean buenas o sean malas. (2 Corintios 5:10)
Si procuramos amar y servir al Señor Jesucristo con los talentos que nos ha dado, no debemos preocuparnos en el día que estemos delante de Él, pero si somos mayordomos infieles durante nuestra vida, entonces de ello daremos cuenta delante del Señor.
El libro de Malaquías nos habla de la necesidad que tenemos de dar a Dios, el diezmo. (Malaquías 3:10). Jesucristo confirmó esto en Mateo 23:23 en donde nos dice “esto es necesario hacer".
En resumen, nosotros somos los mayordomos o administradores de Dios en la tierra. Nosotros debemos tanto dar a la obra de Dios, como administrar sabiamente lo que nos da Dios.
Se cuenta la historia de un hombre cristiano rico y tacaño, que acostumbra disfrutar las cosas más finas de este mundo. Sin embargo, era un hombre egoísta, especialmente cuando se trataba de dar a la obra de Dios. Llegó el día en que murió el señor. El tacaño se encontró en el cielo donde un ángel le esperaba a la puerta. El ángel le informó que le tocaba acompañarlo a su nuevo hogar.
Mientras caminaban por las calles hermosas del Cielo, el viejo veía cuadras y cuadras de mansiones mucho más bellas que la que él tenía en la Tierra. Se llenó de expectación pensando en la mansión que le iba a tocar, e imaginaba que por el estilo de vida que acostumbraba en la Tierra, el Señor le debía haber construido una mansión muy especial para su morada eterna.
Finalmente, cruzaron la última calle del Cielo y caminaron hacia un lote en las afueras. Allí se encontraba una casa humilde de un solo cuarto, parecida al almacén de herramientas que el viejo tenía en su propiedad. Se molestó el hombre e insistió en saber por qué su casa en el Cielo se veía tan pobre en comparación a las demás. El ángel respondió, “Bueno, es que hicimos lo mejor que pudimos con los materiales que enviaste”. Nosotros sabemos que debemos sembrar tesoros en el cielo, donde la polilla y el orín no corrompen.
Te exhorto a invertir en el reino de Dios, aportando en los diferentes ministerios dentro de tu congregación. Desde la guardería, hasta las misiones, todo ministerio que sirve a Dios debe ser apoyado por nosotros. Nosotros sabremos que hemos sido buenos mayordomos, dando de lo que Dios nos ha dado para bendecir a otros, y para ser bendecidos nosotros.
”Reprenderé también por ustedes al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni su vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones les dirán bienaventurados; porque serán tierra deseable, dice Jehová”. Malaquías 3:11-12 *
¡A Cristo Jesús sea toda honra y honor!
MAYORDOMIA
CRISTIANOS UNIDOS
adda velez
Sabemos que Dios es el propietario único de todas las cosas, y en realidad el hombre no es dueño de nada, según las escrituras:
“La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues ustedes forasteros y extranjeros son para conmigo”. Levíticos 25:23
“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8
“De Jehová es la tierra y su plenitud; el Mundo y los que en el habitan” Salmos 24:1
Ser mayordomo significa ser administrador de los bienes de Dios y además el servicio de nosotros a los demás: Para comprender la mayordomía es menester estar seguros de que la tierra y su plenitud, y todo lo que en ella hay, pertenecen al Señor Dios de los ejércitos.
“Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía porque ya no podrás más ser mayordomo.” Lucas 16:1-2
”El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel, y el que en lo poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10
Dios es el que nos da la habilidad para trabajar y hacer riquezas, pero no debemos de salirnos del propósito de Dios para ello:
“Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día”. Deuteronomio 8:18
Hablar de las riquezas de Dio y de los talentos que nos dio para hacer las riquezas, puede muchas veces llegar a malinterpretarse: que si solo quieren hacer dinero en las iglesias, que si este pastor gana mucho, que si porque los lideres tienen carros nuevos, etc. Dios quiere prosperarnos en todo, y no tiene nada de malo tener las bendiciones de Dios, lo malo es vivir para tener esas bendiciones y los bienes que ellas adquieren, en lugar de tener para vivir y bendecir a los demás con lo que Dios nos ha dado en abundancia, ya sean talentos, dones, o riquezas.
Utilizar las riquezas de Dios solo para uno, significa que somos egoístas, y también que amamos el dinero. La Biblia dice que raíz de todos los males es el amor al dinero; no el dinero en sí. Dios espera que seamos buenos mayordomos y que utilicemos sus riquezas para honrarlo a Él. En los tiempos Bíblicos, un buen mayordomo era el que utilizaba los bienes de su amo para traerle gloria, honra, y ganancia.
“A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan sus esperanzas en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. 1 Timoteo 6:17
Los talentos para hacer riquezas que Dios nos dio, deben servir para tres usos principales:
1. - Para ganar la vida y suplir las necesidades esenciales tales como Alimentación, casa y vestido.
2. - Para poder comprar cosas “extras”, aparte de las necesidades esenciales.
3. - Para devolverle a Dios la parte que le corresponde, para llevar a cabo Su obra aquí y en todo el mundo.
“Porque ¿quién soy yo, y quién mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”. 1 Crónicas 29:14
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10
Dios nos bendice a la medida que nosotros seamos fieles con las cosas que él haya puesto en nuestras manos. Debemos aprender a ser fieles en las cosas que nos han encomendado hacer dentro de la congregación, así sea limpiar las sillas, debemos ser fieles en ello.
La ley de la siembra y la cosecha, es aplicable a la mayordomía.
“Por esto digo: el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, también generosamente segará”. 2 Corintios 9:6
La manera más segura de aumentar las bendiciones de Dios, es aprender a contentarse con lo que ya se tiene, y aprender a administrar lo que se tiene para la honra y gloria de Dios. Tenemos que aprender a estar contentos y ser generosos con lo que tenemos, si queremos madurar en la mayordomía.
Todos llegaremos un día delante del tribunal de Cristo, y daremos cuentas de las cosas que hicimos mientras estábamos en este cuerpo, sean buenas o sean malas. (2 Corintios 5:10)
Si procuramos amar y servir al Señor Jesucristo con los talentos que nos ha dado, no debemos preocuparnos en el día que estemos delante de Él, pero si somos mayordomos infieles durante nuestra vida, entonces de ello daremos cuenta delante del Señor.
El libro de Malaquías nos habla de la necesidad que tenemos de dar a Dios, el diezmo. (Malaquías 3:10). Jesucristo confirmó esto en Mateo 23:23 en donde nos dice “esto es necesario hacer".
En resumen, nosotros somos los mayordomos o administradores de Dios en la tierra. Nosotros debemos tanto dar a la obra de Dios, como administrar sabiamente lo que nos da Dios.
Se cuenta la historia de un hombre cristiano rico y tacaño, que acostumbra disfrutar las cosas más finas de este mundo. Sin embargo, era un hombre egoísta, especialmente cuando se trataba de dar a la obra de Dios. Llegó el día en que murió el señor. El tacaño se encontró en el cielo donde un ángel le esperaba a la puerta. El ángel le informó que le tocaba acompañarlo a su nuevo hogar.
Mientras caminaban por las calles hermosas del Cielo, el viejo veía cuadras y cuadras de mansiones mucho más bellas que la que él tenía en la Tierra. Se llenó de expectación pensando en la mansión que le iba a tocar, e imaginaba que por el estilo de vida que acostumbraba en la Tierra, el Señor le debía haber construido una mansión muy especial para su morada eterna.
Finalmente, cruzaron la última calle del Cielo y caminaron hacia un lote en las afueras. Allí se encontraba una casa humilde de un solo cuarto, parecida al almacén de herramientas que el viejo tenía en su propiedad. Se molestó el hombre e insistió en saber por qué su casa en el Cielo se veía tan pobre en comparación a las demás. El ángel respondió, “Bueno, es que hicimos lo mejor que pudimos con los materiales que enviaste”. Nosotros sabemos que debemos sembrar tesoros en el cielo, donde la polilla y el orín no corrompen.
Te exhorto a invertir en el reino de Dios, aportando en los diferentes ministerios dentro de tu congregación. Desde la guardería, hasta las misiones, todo ministerio que sirve a Dios debe ser apoyado por nosotros. Nosotros sabremos que hemos sido buenos mayordomos, dando de lo que Dios nos ha dado para bendecir a otros, y para ser bendecidos nosotros.
”Reprenderé también por ustedes al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni su vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones les dirán bienaventurados; porque serán tierra deseable, dice Jehová”. Malaquías 3:11-12 *
¡A Cristo Jesús sea toda honra y honor!