Luteranos y católicos resuelven una disputa de 500 años sobre la salvación

20 Agosto 1999
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ASUNTO:
BERLIN (AP) -- Casi 500 años después de que Martín Lutero clavó sus tesis en la puerta de una iglesia, las confesiones luterana y católica se aprestan a firmar el domingo un acuerdo para zanjar sus diferencias sobre la manera como el hombre alcanza la salvación.

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MADRID, 1 noviembre 1999 (el país/el mundo/abc/gbp). En este final del segundo milenio la historia de Europa se ha precipitado. A la caída del muro de Berlín y del telón de acero comunista, hace diez años, y de los últimos totalitarismos fascistas, sucede ahora la rendición de Trento. Ayer se firmó en la ciudad alemana de Augsburgo la Declaración común sobre la gracia, en la que católicos y protestantes se ponen de acuerdo sobre la tesis principal de Lutero: el hombre se salva por la fe y el amor a Dios, no por las donaciones a la ICR, ni con bulas o indulgencias. Roma levanta la excomunión a Lutero: 478 años después, la guerra ha terminado.

El Papa ha puesto una primera piedra importante, con casi cuarenta años de retraso, al principal mandato del Concilio Vaticano II: el de la unidad de los cristianos como ejemplo para la unidad pacífica de naciones y pueblos, y su precedente declaración sobre la libertad religiosa como uno de los derechos humanos al que también podían acogerse los católicos a partir del Vaticano II.
Desde el balcón de la plaza de San Pedro, Juan Pablo II celebró ayer esa firma que pone fin "a una de las principales discusiones que contraponían a católicos y luteranos", dijo durante el rezo del ángelus.

El cardenal Edward Cassidy, en representación de la ICR, y el obispo Christian Krause, presidente de la Federación Luterana Mundial, en nombre de los protestantes, fueron los encargados de firmar ayer, en una gran ceremonia, esa Declaración común sobre la gracia.

En la declaración, los católicos aceptan una de las tesis centrales de la reforma protestante desatada por Martín Lutero en 1517, cuando clava en la puerta de la iglesia de la Universidad de Wittemberg sus famosas 95 tesis.

Europa tenía entonces 60 millones de habitantes y los historiadores calculan que unos 20 millones siguieron las doctrinas luteranas, extendidas, con algunas variantes, por otros grandes reformadores como Calvino y los hombres de la Ilustración y la Reforma. Desde el levantamiento de Lutero hasta la paz de Westfalia en 1648, más de un siglo después, Europa vivió una de las etapas más turbulentas de su historia, por las guerras de religión.

La tesis pactada ahora entre católicos y protestantes toma como punto de partida la idea luterana de que la gracia divina, y no sus obras, es la que puede conducir al hombre a la salvación. Es el núcleo de las 95 tesis de Lutero, que desataron el cisma más grande del cristianismo desde el nacimiento de Jesús.

La doctrina católica de la época enseñaba que para llegar al cielo no bastaba la fe, sino que eran necesarias las buenas obras, entre las que se contaban las donaciones a la ICR, con las que los creyentes podían comprar el perdón de sus pecados. En el documento firmado ayer, la ICR acepta que "la creencia en la gracia, como dijo Lutero, es el corazón de la fe cristiana".

Los católicos ven en esa declaración de Augsburgo una aproximación al protestantismo, pero del lado protestante han surgido críticas por parte de algunos teólogos, que temen que sea el primer paso para integrar a los luteranos dentro del sistema jerárquico católico, informa la agencia Efe. Eso se debe, en parte, a que, pese a la declaración conjunta, Roma mantiene que, a través de determinadas obras, se pueden alcanzar indulgencias, y a que Juan Pablo II ha anunciado que en el 2000, que es Año Santo, los católicos podrán recibir el perdón a través de la confesión, la visita a Roma y las limosnas.

En todo caso, aunque los críticos parecen ser minoría, seguirá habiendo distancias profundas entre ambas religiones. GABIPRES