Renunciar a todos y todo.
Renunciar a nuestro yo.
“Si alguno viene a mí, y no renuncia a su padre y a su madre, ni a su mujer y sus hijos, ni a sus hermanos y hermanas, y ni siquiera a su propia vida, no puede ser mi discípulo.” (Luc 14:16)
“OH HIJO DEL HOMBRE!
Si Me amas, aléjate de ti mismo,
si buscas Mi complacencia no consideres la tuya,
para que mueras en Mí
y Yo viva eternamente en ti.
¡OH HIJO DEL ESPÍRITU!
No habrá paz para ti
mientras no renuncies a ti mismo y te vuelvas hacia Mí,
pues te incumbe gloriarte en Mi nombre y no en el tuyo,
poner tu confianza en Mí y no en ti mismo,
ya que deseo ser amado Yo solo
y por sobre todo cuanto existe.”
(Las Palabras Ocultas, Bahá’u’lláh)