Lo admito. El título del epígrafe "Los Significados Ocultos de... " es algo sensacionalista... aunque no del todo errado.
Las parábolas de Jesús tienen significados que algunos de nosotros podríamos estar pasando por alto, y creo que es un buen ejercicio revisarlas juntos y quizá descubrir alguna que otra perspectiva fresca que nos ayude en la vida diaria.
En este hilo les propongo explorar la parábola del buen samaritano.
En otros hilos podremos explorar otras.
Comienzo presentándola. La estoy citando de Lucas 10:25-37, según la versión "Dios Habla Hoy" de las Sociedades Bíblicas Unidas, también conocida como "Versión Popular", una de mis favoritas.
Las parábolas de Jesús tienen significados que algunos de nosotros podríamos estar pasando por alto, y creo que es un buen ejercicio revisarlas juntos y quizá descubrir alguna que otra perspectiva fresca que nos ayude en la vida diaria.
En este hilo les propongo explorar la parábola del buen samaritano.
En otros hilos podremos explorar otras.
Comienzo presentándola. La estoy citando de Lucas 10:25-37, según la versión "Dios Habla Hoy" de las Sociedades Bíblicas Unidas, también conocida como "Versión Popular", una de mis favoritas.
Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntó: —Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
Jesús le contestó: —¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees?
El maestro de la ley contestó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”; y, “ama a tu prójimo como a ti mismo.”
Jesús le dijo: —Has contestado bien. Si haces eso, tendrás la vida.
Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?
Jesús entonces le contestó:
Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto.
Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante.
También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante.
Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó.
Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: “Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva.”
—Pues bien, ¿ cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos?
El maestro de la ley contestó: —El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo: —Pues ve y haz tú lo mismo.