Pero el Espíritu Santo puede conceder el don de profecía, entonces, debería haber profetas como en el antiguo testamento.
Primeramente hay que entender como está edificada "DOCTRINALMENTE" la genuina Iglesia de Cristo. Leemos:
Efe 2:20 edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Los profetas a los que se refiere el texto, lo son del NT, leemos:
Hch 11:27 En aquellos días
unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía.
Hch 13:1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía,
profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
Hch 15:32 Y Judas y Silas, como ellos también
eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.
Rom 16:26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las
Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe,
Las Escrituras de los profetas, deben ser entendidas, dentro del contexto del misterio a los que se refiere el apóstol Pablo, leemos:
Rom 16:25 Y al que puede confirmaros según
mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la
revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,
Si es mediante de los escritos de los profetas hebreos que el evangelio se da a conocer a todas las naciones, ¡queda por ello claro que no habría sido un misterio guardado en secreto a lo largo de todas las edades!
Las palabras «por escrituras proféticas» se refieren evidentemente a las Escrituras del
Nuevo Testamento.
El problema que presentan las revelaciones proféticas de hoy en día, es que habría que anexarlas después del Libro del Apocalipsis, como Palabra de Dios, y entonces ya no tendríamos la palabra profética más segura, sino una profecía siempre cambiante.
1. Habría que abrir un nuevo canon donde quedase impresas las nuevas profecías.
2. Habría que incluir los nombres de estos nuevos profetas dentro de la nueva biblia, para los que se queden, después del arrebatamiento de la Iglesia, puesto Dios arrebata a su Iglesia antes de la ira venidera (1Ts.1:10), y aquí en la tierra queda la Iglesia de los hombres, con sus nuevas creencias.