A continuación, compilo en detalle las críticas principales de Raymond Franz, Barbara Anderson y Soraya Nárez hacia los Testigos de Jehová, basándome en sus experiencias personales, libros, testimonios y revelaciones públicas. Cada sección se centra en los aspectos clave de sus denuncias, con ejemplos específicos. Estas críticas se centran en temas como el control autoritario, el manejo de abusos, la manipulación psicológica y el impacto en la vida de los miembros. He estructurado la información para mayor claridad, destacando sus contribuciones únicas.
1. Raymond Franz: Autoritarismo del Cuerpo Gobernante y Supresión de la Conciencia Personal
Raymond Franz (1922-2010), exmiembro del Cuerpo Gobernante (el órgano directivo de la Watchtower) desde 1971 hasta 1980, es uno de los críticos más influyentes gracias a su libro "Crisis de conciencia" (1983, revisado hasta 2004). Su obra autobiográfica expone el funcionamiento interno de la organización, basada en su participación en deliberaciones de los años 60 y 70, y argumenta que los Testigos de Jehová han evolucionado de un grupo enfocado en la conciencia individual a una estructura rígida y autoritaria que prioriza la lealtad organizacional sobre la integridad espiritual.
Críticas Principales:
2. Barbara Anderson: Encubrimiento Sistemático de Abusos Sexuales Infantiles
Barbara Anderson, exmiembro de por vida y empleada en la sede central de la Watchtower en Nueva York (1982-1992), es una activista clave en la denuncia de abusos sexuales contra menores. Junto a su esposo Joe, fue expulsada en 1997 por revelar públicamente estos problemas. Sus críticas, expuestas en testimonios judiciales, artículos y su sitio web, se centran en políticas que protegen a los abusadores en lugar de a las víctimas, basadas en su acceso directo a archivos internos donde descubrió cientos de casos no reportados.
Críticas Principales:
3. Soraya Nárez: Manipulación Psicológica, Ostracismo y Pérdida de Libertad Personal
Soraya Nárez, influencer española, humorista y vicepresidenta de la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová (AEVTJ), salió de la organización a los 25 años. En su libro No somos parte de este mundo (2024) y testimonios en documentales como Expulsados de los Testigos de Jehová (EL PAÍS, 2025), critica la organización como un "grupo de manipulación" que usa culpa, vergüenza y doctrinas apocalípticas para controlar vidas, causando daños psicológicos graves al salir.
Críticas Principales:
Estas críticas, aunque independientes, convergen en el tema del control totalitario y sus secuelas humanas.
1. Raymond Franz: Autoritarismo del Cuerpo Gobernante y Supresión de la Conciencia Personal
Raymond Franz (1922-2010), exmiembro del Cuerpo Gobernante (el órgano directivo de la Watchtower) desde 1971 hasta 1980, es uno de los críticos más influyentes gracias a su libro "Crisis de conciencia" (1983, revisado hasta 2004). Su obra autobiográfica expone el funcionamiento interno de la organización, basada en su participación en deliberaciones de los años 60 y 70, y argumenta que los Testigos de Jehová han evolucionado de un grupo enfocado en la conciencia individual a una estructura rígida y autoritaria que prioriza la lealtad organizacional sobre la integridad espiritual.
Críticas Principales:
- Control Autoritario y Secreto del Cuerpo Gobernante: Franz describe cómo las decisiones doctrinales se toman en secreto, impulsadas por la necesidad de mantener la unidad o evitar el escándalo, en lugar de basarse en evidencia bíblica clara. Revela que el Cuerpo Gobernante fomenta un ambiente de miedo y coerción, donde cuestionar enseñanzas oficiales lleva a castigos desproporcionados. Por ejemplo, detalla el caso de Edward Dunlap, un erudito bíblico respetado, quien fue expulsado severamente no por herejía, sino por lealtad percibida a ideas contrarias, comparándolo con la intolerancia de la Inquisición. Franz argumenta que esta rigidez impide el diálogo abierto y suprime la libertad intelectual, contrastándolo con publicaciones tempranas de la Watchtower (siglo XIX y principios del XX) que advertían contra el control formalizado y enfatizaban la responsabilidad personal ante Dios.
- Fracaso en Profecías y Doctrinas Cambiantes: Franz critica la manipulación de doctrinas para encajar expectativas fallidas, como la predicción del Armagedón en 1975, que él ayudó a promover internamente. Explica que interpretaciones como la de "esta generación" en Mateo 24:34 o el año 1914 se basan en razonamientos humanos y necesidades organizacionales, no en exégesis consistente, lo que genera decepción masiva entre los miembros. Revela deliberaciones internas donde se ajustaron enseñanzas post-facto para minimizar el daño, fomentando una cultura de obediencia ciega.
- Prácticas Dañinas como la Expulsión y el Boicot: Denuncia el disfellowshipping (expulsión) como una herramienta cruel que aísla social y espiritualmente a quienes no pueden "honestamente acordar con todas las enseñanzas o políticas" de la organización, etiquetándolos como "apóstatas". Franz argumenta que esto causa daño emocional profundo, similar a un "asesinato social", y carece de base bíblica sólida. También critica la negativa a transfusiones de sangre, que considera injustificada y que impone sufrimiento innecesario a familias, disuadiendo preguntas mediante mecanismos de control.
- Experiencia Personal: Franz narra su "crisis de conciencia" durante los años 70, culminando en su expulsión en 1980 tras expresar dudas en una audiencia judicial interna. Como sobrino de Frederick Franz (exlíder), vivió el contraste entre la espiritualidad temprana y la burocracia actual, deseando que la organización fuera "mejor" pero viéndola como un sistema que anula la conciencia individual. Su libro busca inspirar a los Testigos a reevaluar el valor de las posturas concienzudas de los disidentes.
2. Barbara Anderson: Encubrimiento Sistemático de Abusos Sexuales Infantiles
Barbara Anderson, exmiembro de por vida y empleada en la sede central de la Watchtower en Nueva York (1982-1992), es una activista clave en la denuncia de abusos sexuales contra menores. Junto a su esposo Joe, fue expulsada en 1997 por revelar públicamente estos problemas. Sus críticas, expuestas en testimonios judiciales, artículos y su sitio web, se centran en políticas que protegen a los abusadores en lugar de a las víctimas, basadas en su acceso directo a archivos internos donde descubrió cientos de casos no reportados.
Críticas Principales:
- La "Regla de los Dos Testigos" y su Impacto en Abusos: Anderson denuncia esta política doctrinal, derivada de Deuteronomio 19:15, que exige dos testigos oculares para actuar contra un abusador, lo cual es casi imposible en casos de abuso sexual infantil (que suelen ocurrir en privado). Argumenta que esto permite que los pedófilos permanezcan en congregaciones, expuestos a más víctimas, mientras se silencia a los denunciantes. En su investigación interna, encontró "cientos de alegaciones" de abuso en archivos confidenciales, muchos sin reporte a autoridades civiles, violando leyes de protección infantil. Por ejemplo, reveló casos donde ancianos (líderes locales) aconsejaban a víctimas no ir a la policía, priorizando la "reputación de la organización" sobre la justicia.
- Encubrimiento Institucional y Cultura de Silencio: Critica la estructura jerárquica que obliga a reportar abusos solo internamente a la sede central, donde se archivan sin acción legal. Anderson describe cómo la Watchtower mantiene bases de datos secretas de "pecadores no arrepentidos" (incluyendo pedófilos), pero no las comparte con congregaciones o autoridades, permitiendo traslados de abusadores. En 1999, contactó a la sede sobre un caso local y fue frustrada por la inacción, lo que la impulsó a hablar públicamente. Acusa a la organización de priorizar la imagen sobre la seguridad infantil, similar a escándalos en otras iglesias, pero agravado por el aislamiento de los Testigos.
- Consecuencias para Denunciantes y Víctimas: Anderson y su esposo fueron boicoteados (shunned) por "airing allegations", perdiendo contacto con familia y amigos. Ella testificó en juicios como Anderson v. Watchtower (2007), donde argumentó que las políticas eclesiásticas facilitan abusos al desalentar reportes externos. Ha colaborado con víctimas en demandas colectivas, destacando cómo el miedo al ostracismo impide que las familias busquen ayuda, perpetuando ciclos de trauma.
- Experiencia Personal: Como investigadora voluntaria en la sede, Anderson compiló datos para publicaciones, pero al descubrir el alcance de los abusos, sintió una "crisis moral". Su expulsión la motivó a fundar plataformas de apoyo, enfatizando que la organización "esconde ofensas" para preservar la unidad, a costa de vidas inocentes.
3. Soraya Nárez: Manipulación Psicológica, Ostracismo y Pérdida de Libertad Personal
Soraya Nárez, influencer española, humorista y vicepresidenta de la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová (AEVTJ), salió de la organización a los 25 años. En su libro No somos parte de este mundo (2024) y testimonios en documentales como Expulsados de los Testigos de Jehová (EL PAÍS, 2025), critica la organización como un "grupo de manipulación" que usa culpa, vergüenza y doctrinas apocalípticas para controlar vidas, causando daños psicológicos graves al salir.
Críticas Principales:
- Manipulación y Persuasión Coercitiva: Nárez describe técnicas que moldean pensamientos a través de creencias falsas, haciendo que los miembros vean la permanencia como "deseable". Critica la jerarquía que no permite decisiones libres, presentando la salida como "personal" pero ejecutándola como expulsión forzada. En la pandemia, muchos creyentes vieron el COVID como el "fin del mundo", reforzando el control mediante entusiasmo apocalíptico.
- Ostracismo (Shunning) y Daño Psicológico: El boicot familiar es su denuncia más visceral: al ser expulsada por poner un árbol de Navidad, "todo su mundo desapareció", con su padre practicando "ghosting" permanente pese a su súplica de reconciliación ("Te espero cada día, papá"). Argumenta que esto genera aislamiento total, llevando a pensamientos suicidas en muchos exmiembros ("muchos salen con ideación suicida"). Ha ayudado a víctimas a deconstruir culpa internalizada, tristeza profunda y necesidad de terapia, viéndose como "víctima" de un sistema que explota el sentido de pertenencia.
- Doctrinas Rígidas y Restricciones Cotidianas: Cuestiona prohibiciones como la música (vista como "peligrosa" por inducir inmoralidad o depresión), masturbación, sexo fuera del matrimonio heterosexual (con sesgo de género: hombres "necesitan más"), y celebraciones como Navidad o cumpleaños (símbolos "paganos"). Critica la división maniquea del mundo en "hijos de Dios vs. de Satán" y la expectativa del Armagedón inminente, que aterrorizó su infancia y alejó a su familia de apoyos externos.
- Experiencia Personal y Motivaciones: Criada en un barrio marginal de Madrid en una familia atraída por el "pueblo escogido", Nárez rechazó transfusiones y amigos "mundanos". Conoció a su pareja Fran, quien le dio perspectivas externas sin juzgar, impulsándola a estudiar, viajar y mudarse a Londres. Ahora celebra Nochevieja y hace comedia, pero resume su salida con tres conceptos: culpa, vergüenza y pertenencia perdida. Escribe sin rencor, para "dar voz a lo silenciado" y ayudar a escapar, identificándose como atea reconciliada con otras religiones.
Estas críticas, aunque independientes, convergen en el tema del control totalitario y sus secuelas humanas.