Los dos Crucificados

30 Noviembre 1998
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Para aprovechar mejor este tópico, sería mejor leer con detenimiento el siguiente pasaje del Evangelio:

Lucas 23,33-43

Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen.» Se repartieron sus vestidos, echando a suertes.

Estaba el pueblo mirando; los magistrados hacían muecas diciendo:

«A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido.»

También los soldados se burlaban de él y, acercándose, le ofrecían vinagre
y le decían:
«Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!»
Había encima de él una inscripción: «Este es el Rey de los judíos.»

Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»

Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?
Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.»
Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»

Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.»


Si hay algo en esta vida que TODOS sin excepción hemos experimentado, eso es el sufrimiento.

Nadie puede librarse de él.
Sea físico, sea moral o espiritual, todos, en mayor o menor medida, PASAMOS por la experiencia del sufrimiento.

La PASCUA del Señor nos recuerda este PASO POR LA EXPERIENCIA DEL SUFRIMIENTO, que Jesús por amor a nosotros tuvo que vivir hasta la muerte,
pero eso no significa que nos libre A NOSOTROS del sufrimiento personal.

El sufrimiento nos pone frente a una opción, nos obliga a elegir.
Poe eso, es a la vez un peligro y una gracia.
Donde hay sufrimiento, está Satanás rondando, pero también está Dios.

Entonces, cómo vivir cristianamente el sufrimiento ?

La escena de los dos ladrones crucificados nos puede ayudar a descubrir esto.
Seguramente que los dos sufrían más o menos el mismo dolor, la misma tortura.
Es muy posible que los delitos de ambos fueran semejantes, ninguno de ellos era "mejor" que el otro.

Entonces, dónde radica la diferencia entre ambos, que a uno lo lleva a salvarse y al otro no ?

LA DIFERENCIA RADICA EN COMO VIVEN ESA EXPERIENCIA DE SUFRIMIENTO.



El "buen" ladrón, descubre a su lado , también en una Cruz, igualita que la suya, al Rey de los judíos, al Mesías, pero al Mesías Sufriente.

No se deja engañar POR LA APARENTE DERROTA DE LA CRUZ.

Sabe ver "más allá" del sufrimiento, LA MANO AMOROSA DEL PADRE:

«¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena?
Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.»


O sea, descubre que Dios obra por medio de esa CRUZ, que es CONSECUENCIA DE SUS PROPIO ACTOS.
Y no lo lleva a odiar a Dios ni a blasfemar sino que lo reconoce como totalmente Justo en su obrar.

Pero junto al Padre Justo, descubre a otro Justo, El Justo, el Hijo, que sin pecado ni culpa propia, COMPARTE LA CRUZ CON LOS PECADORES, como siervo sufriente que da su vida por Amor.

Y allí, en el Siervo Sufriente, prefigurado en el profeta Isaías, reconoce en él al REY QUE VENDRA, al HIJO DEL HOMBRE:

«Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino.»

Entonces, se le abren las puertas del cielo, la Gracia se derrama desde el Corazón sangrante de Jesús:

«Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.».

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Veamos la actitud del otro malhechor:

Sólo es capaz de insultar, NO PUEDE CREER EN LA (aparente) DEBILIDAD DEL AMOR:
«¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!»

No comprende que el sufrimiento puede ser consecuencia de lo que él mismo sembró, sino prefiere MIRAR HACIA AFUERA, ver la paja en el ojo ajeno, ver la APARENTE INCAPACIDAD DE JESUS PARA SALVARSE A SI MISMO.

Prefiere echarle la culpa a Jesús, echarle la culpa a Dios, echarle la culpa a los demás.

Porque Jesús salva, SIN SALVARSE A SI MISMO, SINO DANDOSE A SI MISMO.
Ese es el mismo camino que tenemos que seguir los cristianos:

NOS SALVAREMOS, NO SALVANDONOS (o sea queriéndonos salvar) A NOSOTROS MISMOS.
Nos salvaremos, salvando a los demás, como Cristo nos Salvó.

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Juan Manuel,

Gracias por su presentación a base del pasaje escritural de Lucas.

Me gusta cuando dice, "Porque Jesús salva, SIN SALVARSE A SI MISMO, SINO DANDOSE A SI MISMO.

No me gusta cuando dice: Ese es el mismo camino que tenemos que seguir los cristianos: NOS SALVAREMOS, NO SALVANDONOS (o sea queriéndonos salvar) A NOSOTROS MISMOS. Nos salvaremos, salvando a los demás, como Cristo nos Salvó.

No podemos seguir el camino de Cristo en esta acción suya. Cristo es el Unico Salvador. El es el Agente de la Salvación, y todos los seres humanos, incluyendo a María, la madre del Salvador, necesitamos ser el objeto de la Salvación provista por Jesús.

Yo no estoy aquí para algo que Cristo no me mandó hacer, él no me mandó salvar a los pecadores sino a predicar el Evangelio de la Salvación (enseñar, predicar, bautizar).

No existe la autosalvación (Arminio) ni la salvación hecha por otros seres humanos (humanismo), si tomamos en serio la Palabra de Dios, especialmente esta noche víspera de Resurrección.

Che, ojalá que estemos hablando el mismo idioma,

Ezequiel Romero