LOS CARROS DE FUEGO Y CABALLOS DE FUEGO

josias

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22 Septiembre 2013
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2Reyes 11,12 Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.

Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio…

En un carruaje celestial en el que venía gente de Dios, Elias fue arrebatado a los cielos delante de Eliseo.
También se destaca que Elias ascendió a este carro de fuego mediante un torbellino que le apartó de su discípulo que venía a su lado.

Obvio se habla de un vehículo volador tripulado por gente de Dios pues así lo manifestó Eliseo, quien pudo ver los carros voladores al servicio del Dios de Israel.

Tratándose de un carro de fuego con estas características, debe recordarse que allí fuego se refiere al resplandor en el aspecto mismo del carro; igualmente que fuego en lenguaje cifrado de las Escrituras, se refiere a un gran conocimiento pues el fuego ilumina.

Esto también se aplica a la expresión “un carro de fuego con caballos de fuego”, ya que los caballos señalan en el contexto la propulsión, o la fuerza que demuestra el carro, y allí mismo la palabra ‘fuego’ significa conocimiento que viene de Dios.

En Apocalipsis cuando llega el segundo sello se habla igualmente de un caballo de fuego ‘hippos pirros’, donde se resalta que no se está hablando de un caballo literal, y se revela que se trata de un conocimiento que Dios ha preparado para triunfar en aquella determinación.

Generalmente se ha dicho que los escritores bíblicos usaron un lenguaje propio de su época para describir en sus palabras algunas visiones que mostraban situaciones desconocidas, pero al decirse “un carro de fuego con caballos de fuego”, también se está indicando a cualquier generación, que en los tiempos del profeta Elias este fue llevado en una nave de gran poder, aquella misma nave o carro llegado del celeste, que mediante un torbellino lo separó de Eliseo y le arrebató a los cielos.

Eliseo pudo ver de nuevo más de aquellos carros de fuego, dispuestos cuando Dios los defendió. El rey de Siria había desplegado una gran emboscada con un ejército para capturar al profeta, quien lograba anticipar para Israel los movimientos de su enemigo. En esta oportunidad Eliseo oró para que su servidor viera también, tal como él apreciaba ya, que no eran los sirios quienes tendían a ellos una celada, sino que eran los mismos sirios quienes estaban rodeados por un ejército de carros de fuego del Dios de Israel.

2 Reyes 6:15 Y levantándose de mañana el que servía al varón de Dios, para salir, he aquí el ejército que tenía cercada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ay, señor mío! ¿qué haremos?
16 Y él le dijo: No tengas miedo; porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.

17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del joven, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

La Biblia al hablar de los carros y de los caballos, hace referencia a las armas de mayor relevancia en un ejército;
Elías seguramente ya había enterado a su discípulo Eliseo de las naves o carros con los que cuenta el ejército victorioso del Santo; porque la exclamación del profeta es como si reconociera lo que ya sabía: "carro de Israel y su gente de a caballo!"

Cuando Israel ingresó a Canaan, debió también capturar los carros del enemigo, quemarlos y destruirlos con fuego; sacrificando también la caballería del adversario; porque en esta forma se eliminaban las armas más poderosas del opositor.

Los caballos nombrados en torno a estos carros voladores indican la misión o tarea específica que se adelanta.
El caballo representa esa misión, y el color del caballo indica qué clase de misión es. El caballo de fuego señala que se trata de una misión en la que se lleva conocimiento.

Por esto Zacarías describe en su visión cuatro carros de guerra que le son identificados como “los cuatro vientos”, cada uno de los cuales es conducido por caballos de cierto color aclarándose la misión que cada uno tiene:

Zacarías 6:6 El carro con los caballos negros, salia a la tierra del norte; y los blancos salieron tras ellos; y los overos salieron hacia la tierra del sur.
7 Y los alazanes salieron, y se afanaron por ir a andar la tierra. Y dijo: recorred la tierra. Y recorrieron la tierra.
8 Luego me llamó, y me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del norte hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte.

Igualmente en Apocalipsis los colores de los caballos identifican la misión que se adelanta, en un contexto donde los caballos no son literales, sino que corresponden al lenguaje simbólico con que se está hablando del desarrollo del plan de Dios, con lo que Él tiene preparado en cada batalla.
El caballo es un símbolo de preparación para la victoria en la batalla que hace el Altísimo.

Proverbios 21.31a El caballo es algo preparado para el día de la batalla.

Zacarías 10.3-5 ...Porque Jehová Dios de los ejércitos ha vuelto su atención a su hato, la casa de Judá y los a hecho como su caballo de dignidad en la batalla. De él procede el hombre clave, de él el gobernante apoyador, de él el arco de batalla, de él sale todo señalador de tareas, todos juntos. Y tienen que llegar hacer como hombres poderosos que pisan duro en el fango de calles en las batallas


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