El grupo de los 144,000 sólo se presenta en Apoc. 7 y 14. Los intérpretes de profecía tienen varias ideas respecto a ese grupo. Los más enseñan que serán judíos que han de ser martirizados durante la gran tribulación.
La razón de esta interpretación es que el texto de Apoc. 7 dice que son de las 12 tribus de Israel. Ahora hay un problema: hoy no existen las 12 tribus.
Cuando murió Salomón, el reino se dividió. Judá, con media tribu de Benjamín, formó el reino del sur, con Jerusalén como su capital. Las otras tribus se formaron en el reino del norte, con Samaria como su capital. Como Israel se corrompió rápidamente y fue cautivado por Asiria, algunos de Israel se movieron a Judá. Otra causa de para que algunos se mudaran a Judá era que allí estaba el templo, centro del culto a Dios.
Más tarde, a causa de su rebelión contra Dios, Judá fue cautivada por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Allí estuvieron cautivos por unos 70 años. Al regreso a la patria, ya las 12 tribus habían perdido su identidad y todo se llamaban judíos.
Como los de una tribu se unían a otras tribus, ya la identidad de 12 tribus no existe. Por lo tanto tenemos que visualizar esto en sentido espiritual.
Una vez que el pueblo judío colmó la copa de su extravío al rechazar, como nación, al Mesías, y habiéndose cumplido las 70 semanas que Dios les asignó, ya el concepto de israelita pasó a la iglesia, compuesta de los judíos que aceptaron a Cristo y los gentiles que se unieron a ellos, especialmente bajo el ministerio de Saulo de Tarso. Es por eso que Apoc. 2 y 3 usan el término "judíos" para referirse a los cristianos. (Vea Apoc: 2:9 y 3:9.)
Hoy, y desde que terminó el tiempo de la economía judaica, todos los que hemos creído en Cristo formamos el Israel de Dios. Por eso Pedro, hablando a la iglesia, le dice: "Vosotros sois rel sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido..." (1 Pedro 2:9) Pablo menciona en Efesios, que Cristo quitó la "pared intermedia de separación" entre judíos y gentiles. Ya todos forman la familia de Dios.
Teniendo esto en cuenta, podemos visualizar los 144,000 como la última generación de cristianos que estarán listos al regreso de Jesús. ¿Y qué del número? El número 12 es esencial en la numerología bíblica. Representa un número completo. Esa es la razón porque los apóstoles se apresuraron a buscar el sustituto de Judas, el cual cayó en Matías. (Yo creo que el sustituto de Dios es Pablo.)
A nosotros hoy el número no nos hace mucha importancia, pero a los semitas sí. Santiago dirige su epístola "a las doce tribus esparcidas" (Santiago 1:1). Esas "tribus" son los que forman la iglesia. Hoy nosotros, espiritualmente, somos de las 12 tribus.
La Nueva Jerusalén tiene doce puertas con una gran perla y en ellas están inscritos los nombres de las 12 tribus. Por la puerta que entremos, esa será la morada de los 144,000, que será un grupo muy grande, pero contable, a difrencia de la "gran multitud", que no se puede contar.
Algunos piensan que todos los salvados vivirán en la Nueva Jerusalén, pero es falso. Isaías 65 menciona como los justos habrán de tener sus casa y predios de terreno para sembrar. La tierra entera será poblada por los redimidos de Jehová, los cuales se formarán en naciones.
La última iglesia se llama Laodicea, nombre que significa "pueblo del juicio". Representa a la iglesia de hoy, compuesta de todo los fieles cristianos, sin importar a qué grupo pertenecen. A cada período eclesiástico, Cristo le da una linda promesa, pero esta es sólo para los vencedores. Aunque a esta iglesia el Testigo fiel le da severas amonestaciones, prueba que habrá fieles vencedores y la promesa es la más hermosa y abarcante de todas: "Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono..." (Apoc. 3:21).
Esto no quiere decir que habrá un trono tan largo que siente a millones, sino que hemos de gobernar con Cristo. Las naciones tendrán sus reyes y estos serán de los 144,000. También vivirán con Cristo en la santa ciudad, donde convivirán además con los
ángeles.
Es privilegio de todos los salvados de la última generación el pertenecer a ese grupo selecto.
------------------
Luis G. Cajiga
La razón de esta interpretación es que el texto de Apoc. 7 dice que son de las 12 tribus de Israel. Ahora hay un problema: hoy no existen las 12 tribus.
Cuando murió Salomón, el reino se dividió. Judá, con media tribu de Benjamín, formó el reino del sur, con Jerusalén como su capital. Las otras tribus se formaron en el reino del norte, con Samaria como su capital. Como Israel se corrompió rápidamente y fue cautivado por Asiria, algunos de Israel se movieron a Judá. Otra causa de para que algunos se mudaran a Judá era que allí estaba el templo, centro del culto a Dios.
Más tarde, a causa de su rebelión contra Dios, Judá fue cautivada por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Allí estuvieron cautivos por unos 70 años. Al regreso a la patria, ya las 12 tribus habían perdido su identidad y todo se llamaban judíos.
Como los de una tribu se unían a otras tribus, ya la identidad de 12 tribus no existe. Por lo tanto tenemos que visualizar esto en sentido espiritual.
Una vez que el pueblo judío colmó la copa de su extravío al rechazar, como nación, al Mesías, y habiéndose cumplido las 70 semanas que Dios les asignó, ya el concepto de israelita pasó a la iglesia, compuesta de los judíos que aceptaron a Cristo y los gentiles que se unieron a ellos, especialmente bajo el ministerio de Saulo de Tarso. Es por eso que Apoc. 2 y 3 usan el término "judíos" para referirse a los cristianos. (Vea Apoc: 2:9 y 3:9.)
Hoy, y desde que terminó el tiempo de la economía judaica, todos los que hemos creído en Cristo formamos el Israel de Dios. Por eso Pedro, hablando a la iglesia, le dice: "Vosotros sois rel sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido..." (1 Pedro 2:9) Pablo menciona en Efesios, que Cristo quitó la "pared intermedia de separación" entre judíos y gentiles. Ya todos forman la familia de Dios.
Teniendo esto en cuenta, podemos visualizar los 144,000 como la última generación de cristianos que estarán listos al regreso de Jesús. ¿Y qué del número? El número 12 es esencial en la numerología bíblica. Representa un número completo. Esa es la razón porque los apóstoles se apresuraron a buscar el sustituto de Judas, el cual cayó en Matías. (Yo creo que el sustituto de Dios es Pablo.)
A nosotros hoy el número no nos hace mucha importancia, pero a los semitas sí. Santiago dirige su epístola "a las doce tribus esparcidas" (Santiago 1:1). Esas "tribus" son los que forman la iglesia. Hoy nosotros, espiritualmente, somos de las 12 tribus.
La Nueva Jerusalén tiene doce puertas con una gran perla y en ellas están inscritos los nombres de las 12 tribus. Por la puerta que entremos, esa será la morada de los 144,000, que será un grupo muy grande, pero contable, a difrencia de la "gran multitud", que no se puede contar.
Algunos piensan que todos los salvados vivirán en la Nueva Jerusalén, pero es falso. Isaías 65 menciona como los justos habrán de tener sus casa y predios de terreno para sembrar. La tierra entera será poblada por los redimidos de Jehová, los cuales se formarán en naciones.
La última iglesia se llama Laodicea, nombre que significa "pueblo del juicio". Representa a la iglesia de hoy, compuesta de todo los fieles cristianos, sin importar a qué grupo pertenecen. A cada período eclesiástico, Cristo le da una linda promesa, pero esta es sólo para los vencedores. Aunque a esta iglesia el Testigo fiel le da severas amonestaciones, prueba que habrá fieles vencedores y la promesa es la más hermosa y abarcante de todas: "Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono..." (Apoc. 3:21).
Esto no quiere decir que habrá un trono tan largo que siente a millones, sino que hemos de gobernar con Cristo. Las naciones tendrán sus reyes y estos serán de los 144,000. También vivirán con Cristo en la santa ciudad, donde convivirán además con los
ángeles.
Es privilegio de todos los salvados de la última generación el pertenecer a ese grupo selecto.
------------------
Luis G. Cajiga