Lo que tu quisiste pido.
¨ Fuego vine a traer a la tierra, y cuánto anhelo que sea encendido¨-
dijo nuestro Amado,y entre los cautivos, ¿hubo quien tal fuego hubiese anhelado?
Erase la fiesta, el fin de la misma, ni canto se prueba, ni un son momentáneo;
un grito espontáneo, salió de mi Cristo: “ El que tenga sed, a mi venga y beba”.
¿En este momento conceder pudieras, que tu pueblo tenga, restaurado el reino?
Poder les derramo- contesta el Maestro - cuando sobre ustedes mi Espíritu venga.
Tras de su partida se encierran y esperan, en clamor sincero, lo que prometiera;
lenguas repartidas de celeste fuego, rompen todo yugo y almas se renuevan.
Y en ese poder se llegó tan lejos, con frágiles vasos, tornados: guerreros,
servidores fieros, luchadores mansos; instruyeron niños, libertaron viejos.
Mis ojos hoy miran el terreno vasto, y en ecos de guerra se engolan los retos,
y en momentos quietos de un alma serena, se percibe el mal dejando su rastro.
¿Que hay ojos cegados?
Se nota...y es luego.
¿Los pueblos?... atados.
No es cosa de juego.
Por lo cual elevo al Dador plegaria, y que en su respuesta: caigan fortalezas,
obtengamos armas de espiritual fuerza, traigamos la calma en heridas áreas.
Y por mi misma alma, que combate al ego, pido que incrementes oh Señor querido,
no de sus deleites, no de sus quejidos, sino lo que avivas en el alma... ruego:
lo que al enemigo sumirá en el suelo, lo que hará de mi un soldado erguido,
un íntegro siervo y eficaz testigo ... lo que Tú quisiste... lo que pido es ¡Fuego!
Erskine. 2005
¨ Fuego vine a traer a la tierra, y cuánto anhelo que sea encendido¨-
dijo nuestro Amado,y entre los cautivos, ¿hubo quien tal fuego hubiese anhelado?
Erase la fiesta, el fin de la misma, ni canto se prueba, ni un son momentáneo;
un grito espontáneo, salió de mi Cristo: “ El que tenga sed, a mi venga y beba”.
¿En este momento conceder pudieras, que tu pueblo tenga, restaurado el reino?
Poder les derramo- contesta el Maestro - cuando sobre ustedes mi Espíritu venga.
Tras de su partida se encierran y esperan, en clamor sincero, lo que prometiera;
lenguas repartidas de celeste fuego, rompen todo yugo y almas se renuevan.
Y en ese poder se llegó tan lejos, con frágiles vasos, tornados: guerreros,
servidores fieros, luchadores mansos; instruyeron niños, libertaron viejos.
Mis ojos hoy miran el terreno vasto, y en ecos de guerra se engolan los retos,
y en momentos quietos de un alma serena, se percibe el mal dejando su rastro.
¿Que hay ojos cegados?
Se nota...y es luego.
¿Los pueblos?... atados.
No es cosa de juego.
Por lo cual elevo al Dador plegaria, y que en su respuesta: caigan fortalezas,
obtengamos armas de espiritual fuerza, traigamos la calma en heridas áreas.
Y por mi misma alma, que combate al ego, pido que incrementes oh Señor querido,
no de sus deleites, no de sus quejidos, sino lo que avivas en el alma... ruego:
lo que al enemigo sumirá en el suelo, lo que hará de mi un soldado erguido,
un íntegro siervo y eficaz testigo ... lo que Tú quisiste... lo que pido es ¡Fuego!
Erskine. 2005