Recientemente, el diario italiano Corriere della Sera formuló la pregunta de si el Vaticano tenía conocimiento del Holocausto nazi mientras este se producía.
El artículo cita a muchos testigos oculares confiables que informaron directamente al Vaticano sobre el genocidio de los judíos y de otros. Por ejemplo: un capellán que había estado en un tren hospital “le comunicó al Papa, entre sollozos: ‘La matanza de minusválidos y de judíos continúa. Los pobres judíos ni siquiera tienen cartillas de racionamiento para conseguir alimento, de modo que mueren de hambre’”.
Según este artículo, entre los que informaron del Holocausto al Vaticano figuraban: el delegado apostólico de Berlín, los arzobispos de Münster y Viena, el embajador del Papa ante el gobierno alemán y el del Reich en la Santa Sede. ¿A qué conclusión llegó el artículo? “El Vaticano lo sabía.”
El Papa pudiera haber usado la radio del Vaticano para emitir una fuerte denuncia contra las matanzas e imponer un interdicto sobre la nación alemana, so pena de excomunión de todos los alemanes católicos que participaran en el Holocausto.
Cuando un periodista católico le preguntó por qué no hacía algo, él contestó: ‘Querido amigo, no olvide que millones de católicos sirven en los ejércitos alemanes. ¿He de causarles sentimientos conflictivos de conciencia?’”.
¿Hubiese detenido el holocausto el Papa al alzar la voz contra semejante barbarie? Lo mas seguro es que no, pero ¡Cuánto hubiese servido para elevar la condición moral de la iglesia, la cual se encuentra históricamente por los suelos!
En palabras del historiador estadounidense George Mosse, al optar por el silencio, Pío XII “salvó a la Iglesia, pero sacrificó su mensaje moral. Se comportó como un jefe de estado, no como un papa”.
ACLARACIÓN: Por supuesto, todo papel que el Vaticano haya desempeñado en la salvación de vidas es digno de elogio; aun así, es un hecho que el Papa no denunció al régimen nazi. De otro modo, podría haber salvado millones de vidas.
El artículo cita a muchos testigos oculares confiables que informaron directamente al Vaticano sobre el genocidio de los judíos y de otros. Por ejemplo: un capellán que había estado en un tren hospital “le comunicó al Papa, entre sollozos: ‘La matanza de minusválidos y de judíos continúa. Los pobres judíos ni siquiera tienen cartillas de racionamiento para conseguir alimento, de modo que mueren de hambre’”.
Según este artículo, entre los que informaron del Holocausto al Vaticano figuraban: el delegado apostólico de Berlín, los arzobispos de Münster y Viena, el embajador del Papa ante el gobierno alemán y el del Reich en la Santa Sede. ¿A qué conclusión llegó el artículo? “El Vaticano lo sabía.”
El Papa pudiera haber usado la radio del Vaticano para emitir una fuerte denuncia contra las matanzas e imponer un interdicto sobre la nación alemana, so pena de excomunión de todos los alemanes católicos que participaran en el Holocausto.
Cuando un periodista católico le preguntó por qué no hacía algo, él contestó: ‘Querido amigo, no olvide que millones de católicos sirven en los ejércitos alemanes. ¿He de causarles sentimientos conflictivos de conciencia?’”.
¿Hubiese detenido el holocausto el Papa al alzar la voz contra semejante barbarie? Lo mas seguro es que no, pero ¡Cuánto hubiese servido para elevar la condición moral de la iglesia, la cual se encuentra históricamente por los suelos!
En palabras del historiador estadounidense George Mosse, al optar por el silencio, Pío XII “salvó a la Iglesia, pero sacrificó su mensaje moral. Se comportó como un jefe de estado, no como un papa”.
ACLARACIÓN: Por supuesto, todo papel que el Vaticano haya desempeñado en la salvación de vidas es digno de elogio; aun así, es un hecho que el Papa no denunció al régimen nazi. De otro modo, podría haber salvado millones de vidas.